El género “tokusatsu” que Godzilla llevó a todo el mundo
Cara a cara con Godzilla: Satsuma Kenpachirō y el rey de los monstruos
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La primera película de Godzilla en 1954 inauguró en Japón el género tokusatsu, que pronto encontró una legión de fans que esperaba con expectación cada nueva película para descubrir a qué terribles monstruos tendría que hacer frente la humanidad. Durante casi dos décadas estas películas se orientaron a un público infantil que se mantuvo fiel durante un tiempo, pero que fue creciendo y acostumbrándose a la presencia del monstruo en la pantalla.
En 1975 el público vería la última película del Godzilla de la era Shōwa, Mekagojira no Gyakushū (Mechagodzilla contraataca), pero con Kawai Tōru (fallecido en 1996) en el papel del kaijū, después de que Nakajima Haruo, el primer Godzilla, se retirase de la escena en 1972 tras Gojira tai Gaigan. Hasta 1984, treinta años después del estreno de la primera película, no volvería a renacer el interés del público. Es el inicio de lo que se conoce como el Godzilla de la era Heisei (serie de 1984 a 1995), con Satsuma Kenpachirō encarnando al rey de los monstruos.
El Godzilla de 1984 recupera la oscuridad del filme de 1954
Satsuma nos recibe en una cafetería, ataviado con un kimono tras una pausa en su entrenamiento diario. Aunque bromea sobre su edad, aún conserva una vitalidad que muestra al hablar de manera apasionada sobre Godzilla y su trabajo como actor. Hablamos sobre el pasado, y sobre su llegada al mundo del tokusatsu en 1971. Un año antes Satsuma labraría una amistad con el director de efectos especiales Nakano Teruyoshi, que se encontraba en un momento dulce de su carrera, en pleno auge del género.
Satsuma hasta entonces había desempeñado roles de soldado en las películas de Ningen Productions. “En esa época yo estaba en plena forma, y el director de Godzilla vino a verme”. Sin embargo, entre risas Satsuma confiesa que hasta entonces no había visto ninguna película de kaijū “porque no tenía mucho interés”, aunque eso no hizo que se sintiese menos decepcionado cuando le ofrecieron el papel de Hedorah, una criatura nacida del barro tóxico generado por la contaminación humana. “Esperaba algo mejor, pero de todas formas decidí hacerlo”, nos cuenta Satsuma.
Hasta el final de la serie de Godzilla de la era Shōwa, Satsuma participó en tres películas junto a Nakajima Haruo (Godzilla contra Hedorah, Godzilla contra Gigan y Godzilla contra Megalon). Esta experiencia propició que en 1984 llegara su oportunidad. Pero Godzilla desaparecería primero durante nueve largos años.
“Las tres últimas películas de Godzilla no tuvieron mucha repercusión. Fue en la siguiente película que hice, nueve años después, después de estrenar el nuevo Godzilla, cuando la serie volvió a tener éxito”, explica Satsuma. En Gojira, la película de 1984 conocida en el resto del mundo como “El Retorno de Godzilla” (o Godzilla 1985, en Estados Unidos), la historia se retoma donde lo dejó el filme de 1954, ignorando el resto de la serie de la era Shōwa. Godzilla vuelve a ser un monstruo aterrador, el doble de grande que el original, que amenaza en esta ocasión al Japón desarrollado durante la época de la burbuja económica, un país en plena efervescencia, lleno de brillantes rascacielos, luminosos carteles y grandes infraestructuras.
El Gojira kenpō, un entrenamiento para interpretar a Godzilla
El Godzilla de la era Heisei dejó a un lado el estilo de la saga de Shōwa y se concentró en recuperar la oscuridad y el terror del filme de 1954. Satsuma Kenpachirō confiesa que se distanció hasta cierto punto de la forma de actuar del veterano Nakajima Haruo. Influyeron también las modificaciones del nuevo traje de Godzilla.
“El traje de Godzilla de la era Heisei era más grande, por lo que era muy pesado y apenas me permitía moverme”. Dentro del traje el peso de la cabeza de Godzilla caía sobre la sien y los hombros de Satsuma, y al igual que en los trajes de la era Shōwa, unos agujeros en el cuello del monstruo eran los que permitían al actor ver y respirar un poco. “Tengas la preparación física que tengas, al entrar en el traje de Godzilla hay poco oxígeno, y eso dificulta mucho el trabajo”. “Rodábamos en una enorme piscina. En al menos 10 ocasiones pensé que iba a morir cuando me sumergía en el agua y no podía respirar, aunque el director luego me felicitaba por el trabajo y eso me alegraba”, explica Satsuma.
El actor bromea también sobre su éxito al volver a dar vida a la serie. “Al interpretar a Godzilla empecé a ganar dinero, así que también comencé a engordar un poco (risas). Pensaba continuamente en que tenía que adelgazar”. Por este motivo el ejercicio formaba parte de la rutina del rodaje para Satsuma, que conocedor de las artes marciales no tardó en crear una disciplina propia.
“Siempre entrenaba dos horas antes del rodaje, porque había que esperar mucho. Era un entrenamiento especial al que llamé Gojira kenpō. Fue con ese entrenamiento con el que creé el estilo del Godzilla de la era Heisei”. El actor nos muestra ese estilo propio en su lugar habitual de entrenamiento, alejado del ruido de la ciudad, en un jardin silencioso escondido entre un barrio de casas bajas, donde se levanta un pequeño santuario. Allí guarda varios bō (varas) de madera de yusunoki (distylium racemosum) y objetos para su entrenamiento, del que nos hace una demostración, golpeando con un movimiento estudiado un tronco del que vuelan astillas. Posteriormente sus manos desnudas golpean con una serie de movimientos rápidos y firmes el mismo tronco. En los distintos libros que ha publicado Satsuma podemos encontrar imágenes similares previas a los rodajes de las películas de Godzilla, hace 30 años. El actor no ha dejado nunca de entrenar.
Ser “actor de traje” no es un trabajo cualquiera
“Este no es un trabajo que pueda hacer cualquier actor, porque dentro del traje nadie puede verte la cara”, insiste Satsuma. Los sucesivos trajes de Godzilla fueron mejorando la animación del rostro, con movimientos de la mandíbula y los ojos, pero sin apenas cambios en la expresión. “Interpretar a Godzilla es difícil. Tienes que expresarlo todo con el movimiento del cuerpo”. El actor se lamenta de que apenas le dejasen participar en las reuniones, aunque siempre estaba presente: “En las reuniones con el director y otras personas antes del rodaje yo nunca podía decir nada. Era en el momento de la acción cuando yo me expresaba”.
Satsuma pone toda la carne en el asador cuando nos hace una demostración de su interpretación de Godzilla: “dentro del traje de Godzilla me concentraba en inspirar terror y expresar furia”. En las películas de la era Heisei el kaijū se convirtió en un ser más intimidante y violento, destruyendo todo lo que tuviese delante, pero Satsuma también tenía que lograr dar una personalidad al monstruo, demostrando que tenía en cuenta a sus enemigos y también a aliados como Mothra.
Aunque Satsuma valora las técnicas de diseño por ordenador que han vuelto a dar vida a Godzilla en la nueva película dirigida por Gareth Edwards, en parte se lamenta de que el trabajo del actor de traje ya no esté presente en esa película: “me hubiera gustado que Watanabe Ken se hubiese metido en el traje de Godzilla, en lugar de hacer el papel de un científico. Él es inteligente, y podría mostrar a todo el mundo que hace falta ser actor para ponerse en la piel de Godzilla”.
Satsuma durante una de las escenas acuáticas. (©Toho Co., Ltd.)
La experiencia norcoreana de Satsuma Kenpachirō
Se cuenta que el ex mandatario norcoreano Kim Jong-il, fallecido en 2011, era aficionado a las películas de Godzilla, y que en 1985 ordenó crear el que se convertiría en el primer filme del género kaijū en Corea del Norte: Pulgasari. La película fue dirigida por el surcoreano Shin Sang-ok, que había sido secuestrado en 1978 por el régimen del norte para la producción de filmes que sirvieran a los fines propagandísticos del régimen. El filme ganó fama internacional después de que el director y su esposa, la actriz Choi Eun-hee, que también había sido secuestrada, huyeran del control norcoreano durante el Festival Internacional de Cine de Viena en 1986, recibiendo asilo posteriormente en los Estados Unidos.
El filme cuenta la historia de una aldea de campesinos y herreros que se ven acosados por las fuerzas de un malvado gobernante durante el reino de Goryeo (918-1392). El anciano lider de ese pueblo muere tras ser encerrado, pero antes de fallecer crea un muñeco con el poco alimento que le llega. El muñeco, recogido por la hija del anciano, cobrará vida tras caer unas gotas de sangre en él, y comenzará a devorar todo el hierro que encuentra a su paso, convirtiéndose en el gigantesco Pulgasari que ayuda a los aldeanos a aplastar a sus opresores.
Para la dirección de los efectos especiales Tōhō llegó a un acuerdo con el gobierno de Kim Jong-il, un año después del estreno del nuevo Godzilla en Japón. Satsuma Kenpachirō participaría como actor de traje: “para nosotros los japoneses Corea del Norte es el enemigo, por lo que fue una situación complicada, aunque pude ir finalmente a rodar la película después de que el director Shin recibiese el permiso del segundo de a bordo de Kim Jong-il. Todo el rodaje se realizó bajo una estricta vigilancia del régimen”.
Interpretar a Pulgasari, un monstruo de hierro que camina erguido, fue más sencillo para Satsuma. El principal reto, además del estricto control del país, fue superar la inexperiencia del personal norcoreano. “Las escenas de destrucción fueron muy complicadas. Corea del Norte había producido muchas películas de guerra, pero no conocían este tipo de producciones y las maquetas que preparaban eran difíciles de destruir. Además, en las reuniones teníamos que explicarles continuamente lo que era cada cosa”, recuerda el actor.
El resultado fue satisfactorio, después de todo, y la película hoy es un filme de culto dentro del género tokusatsu, no sólo por su rareza sino también por su calidad. La película no pudo verse en Japón hasta el 4 de julio de 1998, el mismo año en el que el Godzilla de Roland Emmerich, la primera adaptación de Hollywood, llegó a la gran pantalla.
Satsuma escribiría posteriormente sobre su experiencia norcoreana en el libro Gojira ga mita Kitachōsen (La Corea del Norte que vió Godzilla, 1988) e incluso una “Carta de Pulgasari a Kim Jong-il” en una de sus últimas obras, Ore wa haiyūda ― ki gurumi yakusha to yobarete 30 nen (¡Yo soy actor! – 30 años como actor de traje, 2004).
“Que Godzilla viva o muera depende de los fans”
El filme que marcó el 50 aniversario de Godzilla, Gojira: Fainaru Wōzu (Godzilla: final wars, 2004), utiliza efectos realizados por ordenador y muestra un ritmo diferente al de los filmes de la serie de Heisei. Sin embargo se mantiene fiel a la tradición de los trajes.
“Los gráficos por ordenador y el tokusatsu han empezado a mezclarse. En Estados Unidos son unos maestros en esto, y logran que cada vez se vea más real. Pero en Japón lo fundamental son los trajes”, insiste Satsuma, que además se lamenta de que “con la llegada de los gráficos por ordenador, los artesanos del tokusatsu están empezando a desaparecer”.
Satsuma Kenpachirō durante el rodaje de Godzilla contra Destoroyah. (©Toho Co., Ltd.)
Preguntamos a Satsuma sobre su película favorita de Godzilla: “por supuesto nadie discute que la mejor película de Godzilla es la de 1954. Tuvo un impacto mundial. ¡Pero después de esa mis favoritas son las de la era Heisei! Especialmente recuerdo con gran aprecio Gojira tai Desutoroia (Godzilla contra Destoroyah, 1995)”.
Esa fue la última película de Godzilla de la serie de Heisei, y también una de las más celebradas por la crítica. En 1999 Tōhō retomaría la saga con la serie Millenium (1999 – 2004), que inauguraría la película Gojira 2000 mireniamu (Godzilla 2000), con Kitagawa Tsutomu en el papel del rey de los monstruos.
“Tal vez con el Godzilla de Hollywood también vuelva a renacer el interés en Japón”, comenta esperanzado Satsuma, aunque insiste: “que Godzilla viva o muera depende de los fans”.
Pase lo que pase, Godzilla seguirá siendo un importante símbolo de Japón que trasciende la cultura popular. “Godzilla es algo de lo que enorgullecernos ante el mundo. No es una simple película de violencia, sino que tiene como trasfondo los terrores de la era nuclear. Japón, como país que ha experimentado dos bombas nucleares, tiene a Godzilla como heredero del odio hacia lo nuclear”. Satsuma Kenpachirō ha dejado constancia de ese odio a través de su interpretación en las siete películas que ahora forman parte de la historia del tokusatsu.
(Artículo escrito en español a partir de una entrevista realizada en japonés el 9 de junio de 2014)Filmografía de Satsuma Kenpachirō como Godzilla
1984 | Gojira | El retorno de Godzilla |
1989 | Gojira tai Biorante | Godzilla contra Biollante |
1991 | Gojira tai Kingu Gidora | Godzilla contra King Ghidorah |
1992 | Gojira tai Mosura | Godzilla contra Mothra |
1993 | Gojira tai Mekagojira | Godzilla contra Mechagodzilla II |
1994 | Kaijū puranetto Gojira | El planeta de los monstruos: Godzilla (atracción del parque Sanrio Puroland) |
1994 | Gojira tai Supēsu Gojira | Godzilla contra Space Godzilla |
1995 | Gojira tai Desutoroia | Godzilla contra Destoroyah |
▼Para saber más
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