Ecología a la japonesa en la vida diaria

Una casa antigua heredada de generación en generación

Cultura Vida

En el pueblo de Shōwa, en la prefectura de Gunma, Takeuchi Akihiko, dedicado al cultivo de kon’nyaku (konjac), vive en una casa de madera que tiene 120 años con otros cinco miembros de su familia; tres generaciones que valoran la importancia del legado de sus antepasados, todo un estilo de vida ecológico.

Una casa que no se puede reproducir con la tecnología actual

Lo primero que se puede ver al entrar en el hogar de Takeuchi Akihiko es una viga grande y negra; se pueden sentir sus 120 años de historia.

La familia Takeuchi regentaba aquí desde la era Meiji (1866-1912) un negocio de venta de aceite de colza para cocina y lámparas, pero la generalización del petróleo hizo que se decantaran por la sericultura. Posteriormente, con el declive de la industria de la seda tras la Segunda Guerra Mundial, tuvieron que dedicarse al cultivo de kon'nyaku (konjac), planta de cuya raíz se extrae el glucomanano, utilizado en la elaboración de un alimento también llamado kon'nyaku, especialmente famoso en la prefectura de Gunma. Esta casa, construida a mediados de la era Meiji, ha sido reformada paulatinamente en función del negocio familiar y ha ido pasando de generación en generación.

En 2005, Takeuchi decidió realizar la primera reforma de gran envergadura en treinta años con la idea de compartir la casa con sus ancianos padres y de formar un hogar para las tres generaciones de la familia. Aunque en un principio su esposa Satomi pensó en construir una casa de estilo moderno en el mismo terreno sin derribar la existente, Akihiko se decantó por aprovechar la antigua.

"Las esplendorosas casas de nueva construcción de la época de la burbuja económica parecen desgastadas 20 años después. Sin embargo, la textura de las columnas ennegrecidas por el hollín del irori (fogón tradicional hundido en el suelo) no se puede conseguir usando nuevos materiales. Tampoco se pueden reproducir los recuerdos que conservo al haberme criado aquí. Más importante que todo eso, derribar una casa con tanta historia para construir una nueva y que ésta no fuera mejor que la anterior sería una falta de respeto hacia mis antepasados", enfatiza Akihiko.

"Decidí que quería seguir viviendo en esta casa cuando escuché que el arquitecto nos dijo que la madera se hacía más fuerte y sólida al pasar cien años, por lo que era posible vivir durante mucho tiempo en una casa así si se aumentaba la protección contra terremotos", cuenta Satomi.

El matrimonio Takeuchi consiguió construir la casa de sus sueños, tradicional a la par que moderna, tras tres años de colaboración con Hachimaki Hidefusa, representante de la empresa CA-LAB, responsable del proyecto. Se sienten orgullosos de las largas y gordas vigas que sustentan esta gran casa. Aunque en las actuales construcciones de madera se emplean maderos que han sido trabajados para que sean rectos, los carpinteros de aquella época hacían las casas aprovechando las curvaturas de la madera natural. En esta reforma han sabido emplear muy bien estas vigas.

El padre de Akihiko, Yoshishige, está muy contento de que hayan resaltado los tres pilares de olmo que sirven de sostén central y las puertas obito (un tipo de puerta corrediza de madera); así, siente que ha incluido en la casa algo de su generación. Han lijado y conservado también las puertas enrejadas, en las que había garabatos hechos por Akihiko cuando era niño, y las correderas.

El salón, en el que se han aprovechado gruesas y torcidas vigas de madera natural, es una de las peculiaridades de la casa de los Takeuchi. La familia encargó que hicieran un gran hueco en el suelo para poder instalar una mesa con brasero al estilo tradicional en torno a la que toda la familia puede reunirse.

 

Una casa donde pueda vivir la siguiente generación

No sólo se trata de darle importancia a las cosas antiguas. Las habitaciones de los niños, en el segundo piso, están diseñadas para que las paredes que las separan se puedan quitar fácilmente e ir así cambiándolas en función de las necesidades que ellos tengan conforme vayan creciendo; el diseño se hizo teniendo en cuenta el estilo de vida de la familia a largo plazo.

Al ver cómo la luz entra por los cristales translúcidos de las puertas enrejadas, Satomi siente lo bueno que es vivir en una casa antigua.

"Es posible llevar una vida bonita en una casa antigua. Tenemos que darle importancia a lo que tenemos ahora y usarlo durante mucho tiempo, algo que practicaban con total normalidad en la antigüedad. Me gustaría que mis hijos también vivieran aquí en el futuro", dice.

Utilizar una casa antigua y emplear lo bueno durante mucho tiempo; en definitiva, un estilo de vida ecológico.

Imágenes: Ōtaki Kaku

 

Álbum de fotos de la "ecología a la japonesa" del hogar de los Takeuchi


Se puede ver cómo han aprovechado los elementos tradicionales de cada habitación al pulsar los números del plano.

1 En el sur, un tejado de cristal. Además de darle luz a la casa, permite tender la ropa dentro y que ésta se seque con el calor.
2 Se ha ampliado el corredor exterior hacia el interior de la vivienda, desde donde sobresalen las vigas de la entrada. Así, cuando se recibe una visita corta, no es necesario que la persona pase a la casa, sino que se puede sentar en el borde del entarimado y hablar allí, como se hacía antiguamente.
3 Una estufa de pellet, obtenido tras secar y comprimir serrín, calienta la casa ecológicamente. A diferencia de la leña, no sólo no ocupa lugar ni cuesta esfuerzo conseguirlo, sino que tampoco despide humo, por lo que no hace falta chimenea.
4 "La madera natural no es uniforme, así que no se puede tratar con máquinas. Ya no se forman artesanos que trabajen madera natural en la construcción de casas", cuenta Hachimaki Hidefusa, arquitecto responsable del diseño de la casa.
5 En la parte baja de la escalera un cristal de la era Shōwa sirve como adorno y permite que entre luz. Se trata de un claro ejemplo de cómo reutilizan en la decoración muchos objetos antiguos que ya no se fabrican.
6 Aunque habría sido mejor tener pocos travesaños en el hueco de la escalera y por lo tanto una mayor sensación de apertura, han decidido dejar muchos como medida de protección contra terremotos.
7 El pilar que antes se usaba como estante para colocar los gusanos de seda ha sido orientado hacia un lado y forma parte ahora del hueco de la escalera.
8 Naoki y Yamato, segundo y tercer hijo del matrimonio Takeuchi, disfrutan jugando a la videoconsola en su habitación, donde se conservan vigas de hace 120 años.

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