Fukushima Satoshi, profesor sordociego: “Nuestra misión es vivir”
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En noviembre de 2022 se estrenó en Japón la película Sakurairo no kaze ga saku (Florece un viento color rosa), dirigida por Matsumoto Junpei y basada en la vida del profesor Fukushima Satoshi; la cinta ha recibido una estupenda acogida, como claramente indicó su primer puesto en los minicines durante su primer fin de semana en cartelera.
Con ocasión de dicho estreno, el propio profesor Fukushima aceptó una entrevista de nippon.com para contestar amablemente a unas preguntas; esa entrevista se tradujo al español, el francés, el inglés y el árabe, y se continúa leyendo en todo el mundo. En la primera parte de esta serie sobre la entrevista nos centramos en la historia que narra la película, mientras que en esta ocasión queremos recoger todo lo demás que el profesor nos contó.
Con el deseo de que la mayor cantidad de personas puedan ver la película, Fukushima, pese a lo ocupado que está, nos concedió dos horas completas de entrevista. Y haciendo honor a ese deseo nos narró todo tipo de historias y episodios que no pudimos incluir en esa primera parte por falta de espacio, que debimos ceder también a la película. De modo que lo haremos ahora.
¿En qué consiste la comunicación de una persona sordociega?
Al principio de la entrevista le preguntamos si a veces le hablaba motu proprio a la gente. La razón de esta pregunta es que, a diferencia de las personas con sordera congénita o desde edad muy temprana, Fukushima no quedó sordo hasta los dieciocho años, y no tiene por ello problemas para hablar. Esta fue su respuesta:
FUKUSHIMA La comunicación no consiste solo en poder hablar. Si no puedes escuchar lo que te contesta tu interlocutor, es como una calle de un solo sentido. Salvo en casos especiales, cuando hablo lo hago mediante mi conexión con la intérprete. Es decir, que solo puedo hablar cuando ella escucha lo que me dicen. Bueno, como voy solo al baño quizá a veces murmuro solo, cosas como “qué frío hace hoy”.
Esa “conexión” con la intérprete de la que habla es una expresión literal: se refiere a cuando Fukushima está frente a esa persona. Tras haber perdido la vista y el oído, solo puede valerse del tacto de las yemas de sus dedos, para ello. Es por eso que junto a Fukushima se sienta una intérprete de braille dactilar, que traduce la conversación mediante sus dedos, directamente sobre los dedos de él.
El braille dactilar consiste en tocar los dedos de la otra persona de modo similar a como se teclea en una máquina de escribir braille. Fue Reiko, la madre de Fukushima, quien inventó el método, como se cuenta en Sakurairo no kaze ga saku. A partir de esa idea improvisada se fueron realizando mejoras, hasta llegar a extenderse como una de las formas de comunicación instantánea más usadas entre las personas sordociegas.
Antes amaba la música
Gracias a esta intérprete de braille digital podemos mantener una conversación con Fukushima. Cuando el entrevistador hace una pregunta, la intérprete la transmite de inmediato por medio de sus dedos, y Fukushima responde de la misma manera, con voz muy animada. Se tarda menos tiempo en traducir de este modo que cuando se interpreta a una persona que habla otro idioma. La conversación avanza con tal naturalidad que uno no llega a sentir que su interlocutor vive en un mundo sin luz ni sonido.
Aprovechando la personalidad alegre y tolerante de Fukushima, le hicimos todo tipo de preguntas.
ENTREVISTADOR Usted no tiene problemas de vocalización; ¿alguna vez ha ido al karaoke?
FUKUSHIMA No, no voy porque no puedo mantener el tempo si no tengo retroalimentación. Hay personas que son sordas pero oyen un poco, y sí van. Pero yo antes escuchaba mucha música, y cuando eres un melómano de verdad lo cierto es que ya no puedes hacer las cosas a medias.
ENTREVISTADOR Tras perder la vista de niño se aficionó mucho, dicen, a grupos como The Beatles o Simon & Garfunkel.
FUKUSHIMA Estaba en un grupo, en el instituto. Componía las letras y la música de las canciones, y yo mismo las cantaba. Incluso después de perder el oído seguí tocando el piano por diversión, y he compuesto alguna pieza para eventos.
ENTREVISTADOR ¿Es cierto que realizó una canción con el músico Komuro Hitoshi para un evento, hace unos años?
FUKUSHIMA Yo escribí y compuse la letra, y él la cantó. Hablé con el director de la película para ver si podíamos usar esa canción, pero me dijo que como la había interpretado un músico profesional habría muchos problemas de derechos, y que costaría mucho. En la película Manami, una compañera de clase, la tararea un poco. Es solo una parte, así que resultó un poco decepcionante (risas).
Las noticias de internet
Fukushima es un académico, por lo que parte de su trabajo consiste en leer libros. Libros que están, por supuesto, escritos en braille. Le preguntamos sobre la lectura para sordociegos.
ENTREVISTADOR Cuando lee, ¿lo hace en kanji braille?
FUKUSHIMA Es una pregunta muy específica; ¿sabe mucho del tema?
ENTREVISTADOR No, solo un poco.
FUKUSHIMA En Japón se suele utilizar la base habitual del braille de seis puntos, con la que se representa el kana. Pero también se han inventado dos tipos de escritura braille que representan kanji: el de ocho puntos y el de seis. Ambos son excelentes sistemas de codificación, pero debido a diversas razones ninguno de los dos ha sido reconocido de forma oficial. Durante un tiempo aprendí el sistema de ocho puntos, pero al final lo que más uso es la notación normal de kana. Al leer y escribir también se pueden realizar conversiones entre ambos sistemas, de ser necesario, comprobando el kanji correcto por medio de comandos avanzados de lectura.
ENTREVISTADOR No llegaría a memorizar muchos kanjis por su forma, cuando estaba en la escuela, ¿verdad?
FUKUSHIMA Aunque no puedo imaginar las formas de los caracteres, sé qué significan, y cuándo usarlos. Incluso un diccionario tan grande como el Kōjien existe en ese formato de texto. Es uno de mis libros favoritos, y suelo revisarlo a menudo. Pero a veces no sé cómo usar algunos kanjis simples, y tengo que preguntar a la gente que me rodea. Ayer, por ejemplo, tuve una conversación en este sentido; pregunté con qué kanji se escribía dai (atril), y me dijeron que era como en daidokoro (cocina).
Al oír esto, el autor no se hacía idea de cómo podía Fukushima “leer datos de texto con el ordenador”; tras pedirle una explicación más detallada, el profesor nos contó que existe una terminal que convierte datos de texto a braille. Con ella puede conectarse a Internet y leer noticias. Cuenta también con una función para escribir braille y enviarlo como texto, lo cual permite el intercambio de correos electrónicos.
FUKUSHIMA Las personas con discapacidad visual pueden escuchar los datos a través de la función de texto a voz de sus smartphones. Pero los sordociegos necesitamos datos en braille. Esta terminal se llama BrailleSense, y con ella podemos introducir y emitir datos en braille, y conectarnos a internet. En este dispositivo, por ejemplo, tengo unos siete mil libros almacenados, y al mismo tiempo unos mil convertidos a datos de texto que puedo leer en cualquier momento por medio de la pantalla de braille.
El día de la entrevista (28 de noviembre de 2022) el Centro de Investigación de Ciencia y Tecnología Avanzadas de la Universidad de Tokio, donde se encuentra el despacho del profesor Fukushima, estaba realizando un simulacro de evacuación. Al escuchar el anuncio por megafonía pensé que Fukushima no podría enterarse del simulacro, pero esa información ya le había llegado por correo electrónico.
FUKUSHIMA Hay estudiantes internacionales, y otros con discapacidades auditivas, así que les pedí que enviaran un correo electrónico al respecto. Sí, aquí está. ¡Ah! Hay letras raras por la codificación (risas). No se puede leer con mi máquina. A veces hay problemas como este, debido a la incompatibilidad de diferentes versiones.
Después de una demostración del uso del aparato, Fukushima nos leyó sin problemas las principales noticias del día, como la detención de un sospechoso de haber disparado y matado al presidente de la cadena de restaurantes Gyōza no Ōshō, o el lanzamiento de un misil balístico por parte de Corea del Norte en el mar del Japón.
ENTREVISTADOR Este tipo de aparatos no existían cuando usted era joven, ¿no?
FUKUSHIMA Me quedé sordociego en 1981, y todavía faltaba mucho por andar. Los discapacitados nos beneficiamos mucho de la tecnología. Aunque no puedas moverte con libertad, puedes conectarte al mundo gracias a internet. Esta terminal también es muy útil para conseguir información, pero como se trata de un mercado muy limitado, es muy cara. Yo pude comprarla con mis fondos para investigación, pero una persona normal con discapacidad tiene que pagar de su bolsillo cerca de 200.000 yenes, aun contando con ayudas públicas. Las discapacidades conllevan todo tipo de gastos adicionales.
Los sordociegos no pueden mantener la distancia social
ENTREVISTADOR Usted recibe, pues, este tipo de información a diario. ¿Qué temas le despiertan más interés?
FUKUSHIMA Las bombas sucias. Quizá no esté bien decir esto, pero no me preocupan mucho cosas como la depreciación del yen; si mi sueldo me da para vivir, me conformo. Me preocupa mucho más que Rusia utilice armas nucleares. Si esto sucede, afectará a Japón en muchos niveles. Personalmente lo que más me preocupa son los problemas de Ucrania, y especialmente la idea de que las bombas sucias sean un paso hacia las armas nucleares.
ENTREVISTADOR Otro problema que afecta al mundo entero es el coronavirus. Al principio de la pandemia todos estábamos muy preocupados, sin apenas información; ¿cómo fue para usted, sin poder comprobar nada con sus propios ojos y oídos?
FUKUSHIMA El coronavirus es algo muy molesto. Los sordociegos no podemos hablar sin tocarnos, por lo cual es imposible mantener la distancia social. Hacerlo significa no hablar, algo que fue muy difícil para nosotros. Además ha aumentado el número de personas sordociegas que se han quedado solas en su casa, lo cual empeora mucho la situación. Usar una mascarilla te hace sentir como si tuvieras una bolsa en la cabeza. Además de no poder ver ni escuchar, la mascarilla reduce el olfato y dificulta la respiración…
Cómo superar la soledad
ENTREVISTADOR Cuando comenzó la crisis del coronavirus se plantearon todo tipo de problemas de comunicación a varios niveles. ¿Qué tipo de inquietudes tuvo como docente que interactúa con los estudiantes a diario?
FUKUSHIMA Me preocupa que muchos estudiantes se van quedando aislados. Los que ingresaron en 2020, sobre todo, quienes en el departamento están ahora en tercer curso, han pasado los últimos dos años estudiando en clases en línea, y se han visto muy limitados en sus posibilidades para hacer nuevos amigos y participar en las actividades de los clubes. Creo que en muchas ocasiones no se han sentido como si fueran realmente universitarios.
ENTREVISTADOR A diferencia de cuando usted era joven, los chicos de ahora se conectan por medio de sus smartphones.
FUKUSHIMA Pero con los smartphones no pueden compartir el mismo espacio. No poder caminar, comer o beber juntos crea una sensación de aislamiento, creo. Cuando estás con la otra persona puedes hacer pequeñas bromas, darle un toque en el hombro… ese tipo de juegos sirve para apoyarse.
ENTREVISTADOR Tenía solo dieciocho años cuando, además de haber perdido la vista, perdió el oído, y describió ese momento diciendo que era “como haber sido arrojado solo, al espacio exterior”.
FUKUSHIMA En el espacio exterior no se produce claridad solo con la luz que tú mismo arrojas. Si no cuentas con nada que refleje tu luz, la oscuridad es infinita. Creo que es algo parecido a eso; solo cuando algo rebota hacia nosotros, cuando hay palabras o reacciones en respuesta, por parte de otra persona, nos sentimos vivos y podemos irradiar esa luz. No es algo conceptual, sino físico. Estaba experimentando una situación cercana al cero absoluto, y me sentí realmente preocupado.
ENTREVISTADOR No es nada raro en chicos de esa edad, pero al parecer no le habló de esa preocupación a su madre, su mayor defensora. En su diario ella escribió que no sabía qué estaba pensando.
FUKUSHIMA Tampoco estaba tratando de ocultarle las cosas, pero no le conté nada porque pensé que sería inútil. La comunicación se había cortado, no había nada que pudiéramos hacer al respecto, y me sentía como si estuviera hundiéndome en el fondo de un mar interminable. En la película, por cierto, hay una escena en la que Tanaka Taketo, en su papel de Satoshi, derrama lágrimas en ese momento, pero yo en realidad no lloré. Si uno puede llorar sobre algo es que el dolor aún no es completo.
ENTREVISTADOR ¿Cómo logró salir del fondo de ese mar?
FUKUSHIMA Fue gracias a ir leyendo libros y escribiendo, y pensando todo tipo de cosas. Porque todo lo que podía hacer era pensar, claro. Si la vida tenía un sentido, debía de haber un sentido en ese dolor también. Muchas personas mueren jóvenes, en accidentes, o por enfermedades. En mi entorno también hubo casos así. Pero yo había sido dotado de vida, aunque se me obligaba a vivir bajo la condición de no poder ver ni oír. No podía comprender qué significa esa situación. La única otra persona que se me ocurría, con este tipo de problema, era Helen Keller, pero seguramente en Japón también habría otras personas así. El hecho de que no se sepa implica que la sociedad las mantiene en la sombra. Así comencé a pensar vagamente que quizá mi situación era un mensaje para que hiciera algo por esas personas.
La misión de las personas es vivir
ENTREVISTADOR Sin embargo son muchos quienes no logran encontrar una respuesta al sentido de la vida y se apresuran hacia cualquier conclusión.
FUKUSHIMA Si nos preguntan qué sentido tiene la vida y decimos que ninguno, ahí termina la conversación. Si creemos que la existencia humana no tiene razón de ser, nada lo tendrá. Yo creo que debemos pensar que la vida tiene sentido de todos modos, lo comprendamos o no. Creo que nuestra primera misión es vivir, y la segunda seguir viviendo.
ENTREVISTADOR Y sin embargo nos cuesta simplificar así, y sufrimos pensando cómo vivir.
FUKUSHIMA La gente parece buscar exclusivamente su propia forma de vida, hasta el punto de que sus vidas se ven influidas más bien por una gran superficialidad. Se preocupan por las críticas de los demás, se comparan con ellos, se preocupan por las cosas más triviales… En mi caso, yo vivo en un lugar en el que, para empezar, esa evaluación y esa comparación no tienen sentido.
Cierto periodista le preguntó en una ocasión si alguna vez había sentido celos.
FUKUSHIMA Nunca, por lo que puedo recordar. Porque si tuviera que sentir celos de las personas que tienen vista y oído, no podría seguir viviendo. Cada uno es como es, yo soy como soy. Así es como vivo: solo puedo vivir mi propia vida.
ENTREVISTADOR A veces se nos escapan palabras como “Preferiría morir antes que vivir así”. Pero ese es un pensamiento bastante presuntuoso, ¿verdad?
FUKUSHIMA Muchas personas, sean discapacitadas o no, terminarán por caer enfermos, por envejecer, por ver cómo se deterioran sus funciones corporales, y no podrán vivir sin el cuidado de otros. La gente que era más activa cuando era joven suele creer que es mejor morir que vivir así, pero cuando somos bebés tampoco podemos hacer nada solos, y nos tienen que cuidar. Y sin embargo envejecer y no poder valerse por uno mismo es algo natural, ¿verdad? En este mundo hay tanto personas que no pueden vivir sin ayuda como otras que ofrecen esa ayuda. Creo que la forma más ideal de nuestra existencia consiste precisamente en apoyarnos unos a otros para poder lograr nuestra misión: vivir y seguir viviendo.
Interpretación por manos: Haruno Momoko, Maeda Atsumi
Imágenes de la entrevista: Hanai Tomoko
Texto: Matsumoto Takuya
(Artículo traducido al español del original en japonés)