Takahashi Rumiko y el género: los límites fluidos del manga
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Un protagonista que también es una protagonista
“¡Soy un hombre!”
Muchos aficionados al anime se habrán emocionado, sin duda, al escuchar de nuevo el famoso grito de guerra interpretado por la actriz de voz Hayashihara Megumi.
El 5 de octubre de 2024 comenzó a emitirse un remake total de la serie de animación Ranma 1/2. La popular comedia romántica de artes marciales, obra maestra de Takahashi Rumiko, volvía a las pantallas tras 35 años. Se ha mantenido casi todo el elenco original de voces: Yamaguchi Kappei, Hayashihara Megumi, Hidaka Noriko… La nueva serie está ahora en boca de todos.
El protagonista de la historia es Saotome Ranma. Tiene 16 años, y herederá la Escuela de Combate Libre Saotome tras su padre, Genma. Mientras entrenan juntos en China, sin embargo, Genma hace que Ranma caiga en un estanque maldito, y a partir de entonces cuando el joven se moja con agua fría se convierte en chica, y debe mojarse con agua caliente para volver a ser chico. Las aventuras de Ranma conllevan muchos cambios de sexo, una plétora de extraños rivales y un sinfín de combates feroces o absurdos. Al mismo tiempo se va desarrollando su relación con Tendō Akane, su prometida, con la que no hace más que pelear…
La publicación de Ranma 1/2 comenzó en 1987 en la revista Shūkan Shōnen Sandē (Weekly Shōnen Sunday). Su ambientación novelesca atrajo rápidamente a muchos lectores, y los fans de la obra anterior Urusei yatsura (serializada de 1978 a 1987) debieron de sonreír: el grito de Ranma –“¡Soy un hombre!”- es una imagen especular de otra muletilla de Fujinami Ryūnosuke en Urusei yatsura: “¡Soy una mujer!”.
Personajes que destruyen el ideal masculino de la era Shōwa
Ryūnosuke, con su uniforme escolar, parece un chico apuesto… pero es en realidad una chica. Su padre, que quería un heredero para la familia, le puso un nombre que sonaba masculino y lo educó como a un hombre. Ella usa ore para hablar de sí misma (un pronombre que por lo general solo usan los hombres), con tono beligerante, y tiene brazos fuertes, pero su identidad de género es femenina. Le encantan los uniformes de marinero y los sujetadores, y trata desesperadamente de llevar una vida como una chica normal, a pesar de las injerencias de su padre.
El personaje de Ryūnosuke nació en 1982, antes de que se firmara la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, en 1985, y entrara en vigor la Ley de Igualdad de Oportunidades en el Empleo al año siguiente; antes, básicamente, de que la igualdad de género se convirtiera en asunto público en Japón. La insistencia del padre de Ryūnosuke en que su heredero debía ser de todas todas un hombre no era una exageración si se tiene en cuenta cómo era la situación en aquella época (y cómo sigue siendo hoy, en parte). La presión por los roles de la masculinidad y la feminidad no es hoy comparable a lo que se sufría entonces.
Se debe ser fuerte, duro, genial y además tener un corazón puro. Ryūnosuke rompe de manera exquisita, por ser en realidad una chica, esa “imagen masculina ideal de la era Shōwa”. Takahashi afirma, de hecho, que “En el caso de Urusei yatsura, me impuse la norma de que un personaje masculino guapo debía ser algo despistado”; pero “A veces también quiero dibujar, de manera normal, personajes masculinos elegantes. […] Un día tuve un destello de inspiración: quizá podría salirme con la mía si esa figura ideal partía de un personaje femenino” (de Mangaka yomihon vol. 14: Takahashi Rumiko hon, “Lecturas sobre dibujantes, volumen 14: Takahashi Rumiko”).
Ryūnosuke, el hombre más “legítimamente guapo” (pero femenino) de Urusei yatsura, es muy popular entre las chicas. Shiowatari Nagisa, su prometida, que aparece hacia el final de la historia, es un hombre de firme pecho, que también aparenta ser una chica agraciada y hermosa… Es guapa y delicada, sueña con formar una familia con el amor de su vida y es extremadamente receptiva, lo que la convierte en la “mujer ideal de la era Shōwa”, pero al igual que Ryūnosuke se escabulle de los estereotipos de masculinidad y feminidad invirtiendo su género.
Como en el caso de Lum (Ramu), la heroína de Urusei yatsura, una invasora de otro mundo, el cruce de fronteras es un tema importante en las obras de Takahashi, Rumic World (incluso en su obra debut, Katte na yatsura, “Los egoístas”, de 1978, en la que aparecen sirenas, alienígenas y otros seres fantásticos). Desde que apareciera Ryūnosuke se ha representado ese “cruce de la frontera de la sexualidad” en repetidas ocasiones como una especie de fluctuación. La expresión de este tema se ha ido transformando también de manera gradual con cada obra; es decir, adaptándose a los tiempos.
Creatividad más allá de brechas de género
“(Con Ranma 1/2) quería hacer una historia sin géneros; es decir, de hombre a mujer y de mujer a hombre. Ese era el tipo de historia que realmente quería hacer”. (De una entrevista con Takahashi en Rumic World 35 All Star)
Ryūnosuke, personaje que trasciende los límites de género, “aportó nueva energía” a Takahashi, que se había quedado sin material para Urusei yatsura. Constatar que se trataba de “un género ambiguo, y era divertido dibujarlo” estimuló aún más el impulso creativo de Takahashi (De un número especial de la revista Da Vinci sobre Takahashi Rumiko)
El Ranma 1/2 resultante presenta un personaje que puede leerse como una continuación del linaje comenzado con Ryūnosuke y Nagisa, pero las “fluctuaciones sexuales” se vuelven más libres y vigorosas. El protagonista, Ranma, dice al principio: “¡Antes renunciaría a mi vida que a mi hombría, idiota!” Insiste en que es un hombre y que nunca se pondrá ropa femenina ni actuará como una chica, pero poco a poco su postura va cambiando: “No dudaré en vestirme de mujer si eso me sirve para ganar el combate”.
“Ranma chica es un personaje abierto cuya prioridad es ganar cualquier combate, aunque para ello se le desordene la ropa que lleva. Además, dependiendo del enemigo, también utiliza sus ‘armas de mujer’ (risas)”. (De Mangaka hon vol. 14: Takahashi Rumiko)
Como dice Takahashi, Ranma chica se viste de conejita o con lencería para ganar y, si puede hacerlo, “como un hombre”. Incluso llega a desnudar sus pechos. “Puedo volver a ser un hombre hecho y derecho. Para lograrlo… me haré pasar por cualquier tipo de chica mona”, dice Ranma al acudir a una cita con un chico, vestida con una pieza de volantes; es el colmo de la ambivalencia.
Cuanto más se esfuerza por ser solo hombre, más se convierte Ranma en mujer. Y cuanto más muestra su feminidad, más varonil es la mente de Ranma. La división entre masculinidad y feminidad se convierte en la ecuación masculinidad = feminidad, a medida que Ranma va y viene libremente entre ambos polos.
Homosexualidad en las páginas de Rumic World
A partir del año 2000 la ambigüedad de género que aparece en Rumic World se comenzó a extender más allá de los personajes individuales hasta la naturaleza de sus relaciones. En Ranma 1/2, serializada hasta 1996, ya se había presentado a Kuonji Ukyō, una mujer que se viste de hombre y que “ha renunciado a ser mujer”, así como otros personajes, uno de los cuales es un chico que se viste de chica y se enamora de Ukyō, que suelen ser heterosexuales pero de género bastante ambiguo. Lo mismo ocurre con Nagisa en Urusei yatsura. Siempre se trata del mismo tipo de patrón: el personaje en cuestión parece ser homosexual, pero al final resulta no serlo. En 1984 la propia Takahashi dijo: “Básicamente no deja de ser una relación entre un hombre y una mujer. De todos modos, no puedo dejar de lado ese elemento masculino-femenino”. (De Katari tsukuse netsuai jidai, “Narrativa de un apasionado periodo amoroso”)
Hacia el final de la historia hay una escena en la que Ranma se enamora apasionadamente de su rival Hibiki Ryōga mediante un objeto denominado “la caña de pescar del amor”, pero se trata de algo pasajero, y no deja de ser un simple gag. En la obra de Takahashi básicamente nunca aparecían hombres ni mujeres homosexuales.
Este entendimiento tácito fue roto por primera vez por Jakotsu, un enemigo de Inuyasha (manga homónimo serializado entre 1996 y 2008). Se trata de un hombre que lleva una horquilla en el pelo y pintalabios, y se viste con un kimono de mujer. A diferencia de Ryūnosuke, creado pasando el concepto de chico guapo por el filtro de una mujer, Jakotsu fue concebido originalmente como mujer (en el anime, de hecho, le pone voz una actriz, Orikasa Ai). El cambio a hombre se dio después de que Takahashi se preguntara si no sería problemático que Inuyasha luchara a muerte con una mujer.
Takahashi ha declarado acerca de Jakotsu que era la primera vez que dibujaba un “personaje masculino que se siente atraído por los chicos” (de la cuenta de X “Información de Takahashi Rumiko”). Al principio de su encuentro con Inuyasha, sus ojos se iluminan y musita “¡Qué... qué mono!”, algo muy parecido a lo que diría una jovencita, lo cual hace aún más llamativa la brutalidad que demuestra justo después.
Las formas cambiantes del amor a lo largo del tiempo
Jakotsu es un personaje centrado en la feminidad, tanto en su creación como en su diseño. Podría entenderse también que Takahashi lo escribió como una variante homosexual del típico romance entre hombre y mujer.
Sin embargo, en Kyōkai no Rinne (Rinne / Rinne: círculo de reencarnación, serializada de 2009 a 2018), aparece por fin un personaje masculino al que le gustan los hombres. Se trata de Matsugo, un amigo de la infancia del protagonista, Rokudō Rinne. Es un chico guapo que a base de trabajar duro ha mejorado mucho su aspecto y su mente, y aunque recibe las atenciones de una chica bonita de su clase, Anju, no les presta ninguna atención a esos sentimientos. Está entregado por completo a Rinne.
“¡Te quiero, Rinne!”, dice Matsugo en cierta escena; pero también insiste en que sus sentimientos son de amistad, aunque quienes lo rodean le dicen que seguro que es amor. En un mundo en el que puede lograr sus sueños, pasea dando saltitos con Rinne, ambos vestidos con esmoquin, y gritando a viva voz: “¡Jurémonos amistad eterna en la iglesia!”.
Matsugo y Rinne se enzarzan en un drama cómico a caballo entre el romance clásico hombre-mujer, como en un manga al uso para chicas, en el que la protagonista se reencuentra con un amigo de la infancia que una vez la salvó, y un bromance, ese tipo clásico de amistad íntima entre dos hombres.
Trascendiendo las fronteras del género en la era Reiwa
Desde finales del periodo Shōwa (1926-1989) hasta el final del periodo Heisei (1989-2019), las “fluctuaciones sexuales” de Rumic World han cambiado gradualmente. En cada una de estas obras, los personajes que “trascienden las fronteras sexuales” se saltan con furor los estereotipos para lograr ser lo que quieren ser y tener el tipo de relación que desean. Sus alborotos libres y autodirigidos, con su propio ser más que las normas del mundo como eje principal, rebosan una energía desenfrenada.
Por otro lado, también hay que señalar que se les trata como a personajes de broma y seres anormales (pervertidos). Tanto en Urusei yatsura como en Ranma 1/2 todo se representa según los valores de una época pasada. Queda por ver qué actualizaciones mostrará el nuevo anime de Ranma tras 35 años.
Takahashi Rumiko publica en la actualidad el manga Mao en Shūkan Shōnen Sunday, y con sus 46 años a la vanguardia del manga para jóvenes es sin duda una autora que nunca deja de evolucionar. ¿Cómo retratará Takahashi a personajes que “trascienden las fronteras del género” de los que “nadie se reirá”, de acuerdo con las sensibilidades de 2025? Espero con impaciencia el día en que la autora logre superar con su facilidad característica las expectativas de sus seguidores y las arraigadas opiniones existentes sobre el género.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: “Ranma chica”, con el pelo rojo característico de la versión de anime - © Takahashi Rumiko / Shōgakukan - Comité de producción de Ranma 1/2.)