París 2024: Kitaguchi Haruka, la reina de las remontadas apunta al oro con su jabalina

Deporte

Buscando superarse, viajó a la República Checa para recibir instrucción de uno de los mejores entrenadores del mundo. La temporada pasada ascendió más alto que ninguna de sus predecesoras japonesas en las disciplinas atléticas de salto y lanzamiento. A sus 26 años, Kitaguchi Haruka afronta su segundo reto olímpico.

Una atleta de rendimiento ascendente

Budapest (Hungría), agosto de 2023. Se disputa el Campeonato del Mundo de Atletismo. Entre atronadoras palmas y voces de ánimo, la jabalina lanzada por Kitaguchi Haruka hiende el aire de la noche.

66 metros y 73 centímetros. Kitaguchi se sitúa a la cabeza. Solo queda saber si la colombiana Flor Denis Ruiz-Hurtado, que cierra la competición, es capaz de batirla. Y no lo es. Kitaguchi se convierte así en la primera japonesa en ganar un campeonato del mundo en cualquiera de las disciplinas atléticas de lanzamiento y salto.

Las hazañas de Kitaguchi durante 2023 no quedaron en eso, pues en septiembre se coronó campeona de la Liga de Diamante, que incluye las 14 reuniones atléticas internacionales más importantes, siendo también en este capítulo la primera persona de nacionalidad japonesa en conseguirlo.

La energía de Kitaguchi se manifiesta en los lanzamientos finales de cada competición. Es toda una especialista en darle la vuelta a la clasificación.

Además del Campeonato Mundial, la pasada temporada estuvo presente en la reunión valedera para la Liga de Diamante de Silesia y en la de Bruselas, y esta temporada lo ha hecho en la de China (abril) y en la reunión por invitación de Mito (mayo), así como en el Golden Grand Prix de Tokio, en el que se dieron cita los atletas más destacados del mundo. En todas estas ocasiones, Kitaguchi o bien le dio la vuelta a la clasificación con un gran sexto lanzamiento, o bien sentó un nuevo récord.

Especialista en el sexto y último lanzamiento como ella y acostumbrada a rendir al máximo cuando se siente más presionada, Kitaguchi nunca pierde la confianza en su capacidad de hacer una apoteósica remontada final, sea cual sea la situación a la que se enfrenta.

“Para ser sincera, en los entrenamientos me doy por satisfecha si llego a los 55 metros o así. Como sé que, en el momento de la verdad, voy a rondar los 65 metros, empiezo la tanda sin haberme hecho una imagen clara. Hasta que no hago el primer lanzamiento no tengo ni idea de lo que voy a ser capaz de hacer. Generalmente me doy cuenta de cómo estoy una vez que he lanzado”.

La simpática sonrisa de Kitaguchi le ha ganado muchos fans por el mundo. En la fotografía, saludando durante la reunión atlética Golden Spike de Ostrava (República Checa), el 28 de mayo de 2024. (Reuters)
La simpática sonrisa de Kitaguchi le ha ganado muchos fans por el mundo. En la fotografía, saludando durante la reunión atlética Golden Spike de Ostrava (República Checa), el 28 de mayo de 2024. (Reuters)

Si en los entrenamientos no rinde es, según dice, porque cuando lanza piensa en demasiadas cosas.

“Si tengo que cuidar 10 cosas, mientras lanzo en los entrenamientos estoy pendiente de las 10, pero cuando compito rebajo ese número a dos o tres y así, con muchas menos vacilaciones, soy capaz de lanzar con todas mis fuerzas”.

Los problemas que le revela el primer lanzamiento los corrige en el segundo, los del segundo en el tercero y así sucesivamente, hasta llegar al último de la tanda.

Cuando batió el récord de institutos de bachillerato lo hizo en el sexto lanzamiento, y cuando, en mayo de 2019, batió por primera vez el récord absoluto de Japón, fue en el quinto. Ahora, aunque durante la primera mitad de la tanda no esté a la altura esperada, contando con esa experiencia de haber hecho grandes segundas mitades, se planta en los últimos lanzamientos con plena confianza en sí misma.

En la República Checa, país de grandes lanzadores

Detrás de todos estos logros está David Sekerák, seleccionador nacional del equipo junior de la República Checa, una gran potencia de la jabalina. En 2019, Kitaguchi viajó sola allí para entrenarse con Sekerák. La temporada pasada Kitaguchi hizo grandes progresos en la ejecución de la carrerilla previa al lanzamiento y eso también se lo debe al checo.

Hasta entonces, Kitaguchi no podía evitar frenarse en los últimos metros de la carrerilla, perdiendo así la aceleración obtenida. Pero desde la temporada pasada corre más rítmicamente, desarrolla mayor velocidad y descarga todo ese impulso en la jabalina. Además, ha ganado fuerza física haciendo ejercicios con pesas.

Kitaguchi reconoce que antes no comprendía en absoluto la relación entre el lanzamiento de jabalina y el entrenamiento con pesas. Pero con Sekerák comprendió lo necesario que era hacer pesas y ahora, sin haber perdido nada de su elasticidad innata, va armada además de una mayor fuerza física con la que está logrando lanzamientos más largos.

Cuando se puso a las órdenes de Sekerák, la comunicación se hacía parte en inglés y parte en checo, pero con muchas limitaciones. Ahora Kitaguchi habla el checo con fluidez y es capaz de intercambiar opiniones con franqueza y, cuando es necesario, también de defender sus posturas. “Yo creo que poco a poco esto se va pareciendo a lo que debería ser una relación entre entrenador y atleta”, dice con una risa.

Durante el invierno previo a la presente temporada, al tiempo que perfeccionaba la ejecución de la carrerilla, Kitaguchi se propuso mejorar también su alimentación, para lo que ha contado con el apoyo de un nutricionista, algo que sin duda le permitirá afrontar los juegos de París con mayores garantías.

Los sprints que disputa con sus compañeras de entrenamiento han contribuido también a su puesta a punto. “Estamos apretando bastante en las carreras”, comenta, consciente de sus avances. A mayor velocidad en la carrera, más difícil resulta preservar al mismo tiempo el aspecto técnico, pero también esto lo deja a una sucesión de pruebas por ensayo y error, confiada en que “no hay mejor entrenamiento que la competición” y preparándolo todo para llegar al verano en plenitud de forma.

Gesto de regocijo de Kitaguchi en el Estadio Nacional el 19 de mayo de 2024, segundos después de haberle dado la vuelta a la competición con un gran sexto lanzamiento en el Golden Grand Prix de Tokio, reunión que dio cita a las mejores lanzadoras del mundo. ¿Veremos esta misma sonrisa en estos juegos olímpicos? (Jiji Press)
Gesto de regocijo de Kitaguchi en el Estadio Nacional el 19 de mayo de 2024, segundos después de haberle dado la vuelta a la competición con un gran sexto lanzamiento en el Golden Grand Prix de Tokio, reunión que dio cita a las mejores lanzadoras del mundo. ¿Veremos esta misma sonrisa en estos juegos olímpicos? (Jiji Press)

Convertir en aliada la presión externa

Kitaguchi no ha perdido el impulso de la temporada pasada y sigue su imparable carrera. En las reuniones de la Liga de Diamante, comenzando por la de China, ha logrado cinco victorias en seis participaciones. En los Juegos de Kuortane (Finlandia) de junio, no dándose por satisfecha con ser subcampeona, consiguió lanzar hasta los 64,28, mejorando así su mejor marca de la temporada.

El Campeonato de Japón, celebrado también en junio, volvió a ser campeona después de un paréntesis de un año, pero no fue capaz de mejorar los 62,87 de su segundo lanzamiento. Kitaguchi deploró no haber sido capaz de sacarle más partido al campeonato. “La verdad, esto no va bien”, dijo. “Estoy bastante alarmada”.

El año pasado también lamentó mucho su actuación en el Campeonato de Japón, que dejó escapar tras haberlo ganado dos años seguidos. “Me he dejado arrastrar por el ánimo”, confesó entre lágrimas, “y no he podido sacar lo mejor de mí”. Pero a la postre todos esos remordimientos se han convertido en fuerza motriz, impulsándola hacia un nuevo récord de Japón y hacia su primera victoria en un campeonato mundial.

Si se cuelga la medalla de oro en París, volverá a ser, como en el caso del campeonato del mundo del año pasado, la primera atleta japonesa de la historia en conseguir esa hazaña en cualquier disciplina de salto o lanzamiento.

“Por supuesto quiero una medalla y si puede ser de oro, mejor todavía. Eso lo sé muy bien yo y lo sabe todo el mundo. No va a ser fácil, pero voy a prepararme bien para la ocasión”.

Desde que es campeona del mundo, ahora es ella la figura a batir y eso probablemente se traduzca en una presión mucho mayor que la que ha podido sufrir hasta ahora. Después del último campeonato de Tokio dijo estar más preocupada que en las temporadas anteriores porque no tenía una sensación real de estar ganando forma y ese lanzamiento del que poder sentirse orgullosa no llega.

Pero Kitaguchi sigue en la brecha. Va a saber convertir su alarma y todas las presiones que siente en energía positiva y regalarnos una vez más un gran lanzamiento, esta vez en París.

Fotografía del encabezado: Kitaguchi en acción durante la reunión celebrada en el London Stadium en julio de 2024, valedera para la Liga de Diamante. En los Juegos Olímpicos de París la lanzadora japonesa aspira a estar en lo más alto del podio. (Action Images, Reuters)

(Traducido al español del original en japonés.)

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