Abe no Seimei: un hechicero velado por el misterio
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Funcionario del Ministerio del Onmyō y doctor en astronomía
Abe no Seimei fue una persona real del periodo Heian (794-1185); la genealogía del clan Abe en el registro Zoku gun shorui jū afirma que murió en 1005 (Kankō 2) a la edad de 85 años. Si calculamos hacia atrás los años, su nacimiento sería en el año 921 (Engi 21).
El Seimei de las leyendas era un ser sobrehumano, de otro mundo, capaz de manipular a un tipo de dioses demoníacos conocidos como shikigami, y exorcizaba demonios, pero la figura histórica era un funcionario del Gobierno, perteneciente al Onmyōryō, el Ministerio del Onmyō.
El Ministerio del Onmyō era una de las instituciones estatales del sistema ritsuryō entre los siglos VII y X (un sistema de gobierno basado en un determinado sistema legal y unas instituciones), y se encargaba de los cuatro asuntos políticos del onmyō, el calendario, la astronomía y el rōkoku (medición de las horas por medio de un reloj de agua).
El más importante de ellos, el onmyō, era simplemente una forma de adivinación. Por ejemplo, si una noble se convertía en esposa del emperador, dicha boda era un asunto nacional, por lo que se utilizaba la adivinación para determinar qué día sería mejor para que la novia entrara en la corte.
La gente también temía que, si se producía un suceso extraño, como una serpiente colándose en una mansión, ese fenómeno presagiara algo. Por eso confiaban la adivinación a los maestros del onmyō. También se adivinaba determinando ciertos tabúes, como “No hagas esto este día”, “No vayas en esta dirección” o “No celebres un funeral este día”.
Seimei era doctor en astronomía, y observaba los cuerpos celestes y el clima. Aunque el cargo de doctor en astronomía no incluía originalmente la práctica del onmyō, el historiador Shigeta Shin’ichi afirma que, en la época de Seimei, los encargados del calendario y la astronomía también practicaban el onmyō, que no existía una barrera clara entre ambas disciplinas (Abe no Seimei - onmyōji tachi no Heian jidai, “Abe no Seimei: el periodo Heian de los onmyōjis”; Yoshikawa Kōbunkan. En adelante todas las referencias son a este mismo libro excepto cuando se indica otra fuente).
La adivinación y la gestión de tabúes y prohibiciones de Seimei tenían, al parecer, un índice sobresaliente de precisión, y el diario Gonki de Fujiwara no Yukinari, un noble de la corte, lo elogia como una “Figura destacada del camino (del onmyō)”. Se pueden encontrar también, de hecho, registros relacionados con Seimei en los diarios y libros de historia que legaron otras figuras influyentes de la época.
- 984 (Eikan 2): fecha y hora elegidas para la abdicación del trono del emperador En’yū al emperador Hanayama (Fujiwara no Sanesuke, Shōyūki).
- 986 (Kanna 2): adivinación de la aparición de una serpiente en el edificio del Gran Consejo de Estado (libro de historia de finales del periodo Heian, Honchō seiki).
- 1000 (Chōho 2): Selección de la fecha y hora del rikkō (nombramiento formal como emperatriz consorte) de Akiko, hija de Fujiwara no Michinaga (Fujiwara no Michinaga, Midō kanpaku ki).
- 1004 (Kankō 1): Adivinación de los pros y los contras de la salida de la corte de la emperatriz Shōko (ibid.).
También era un maestro de hechizos y oraciones para satisfacer diversos deseos. Algunos de sus logros son:
- 989 (Eiso 1): Purificación y recuperación de la enfermedad del emperador Ichijō (Shōyūki).
- Mismo año: Celebración del festival Taizanfukun para el emperador Ichijō (ibid.).
- 1004: Tras un periodo de sequía, se le pidió a Seimei que rezara pidiendo lluvia, y por primera vez en más de treinta días, cayó una lluvia torrencial (Midō kanpaku ki).
Figura de confianza para los aristócratas, como principal experto en onmyōdō
El festival de Taizanfukun ya mencionado requiere una explicación. Taizanfukun era la deidad principal del onmyō, gobernante de la vida y la muerte humanas y considerado ayudante del gran rey Enma (el nombre que recibe en Japón la deidad hindú Iama, dios y guardián del inframundo), y Seimei era un experto a la hora de conjurar a Taizanfukun.
La imagen del encabezado es una pintura que supuestamente representa el festival Taizanfukun; en él, la magia de Seimei iba revelando a los ayudantes del inframundo. Esto era, por supuesto, una creación posterior, y en la época no se dio ninguna situación tan extraña. Sin embargo, los aristócratas de la época probablemente creían que la adivinación y la brujería de Seimei eran tan precisas debido a su estrecha relación con Taizanfukun.
De este modo Seimei se ganó la confianza de poderosos de la época como Fujiwara no Michinaga, y del año 985 al 986 alcanzó el estatus de “principal experto en onmyōdō”. En esa época Seimei ya tenía más de sesenta años y se había jubilado del Ministerio de Onmyō, pero incluso después de renunciar a su cargo siguió realizando adivinaciones y brujería a petición personal de los nobles.
En el año 993 lo ascendieron también al rango de jushiige. Ese rango en el escalafón correspondía en esa época al de director o vicedirector de un ministerio actual, similar a cargos como el Konoe no chūshō (vicedirector de la guardia imperial), Keibishi bettō (jefe de policía) o Kurōdo no tō (secretario jefe del Gabinete); se trataba de un funcionario de alto rango, también conocido como daibu. El diario Gonki describe a Seimei como “Gon no daibu de Sakyō” (uno de los distritos de Kioto), y también como “Anshii”. Ese “An” se refiere a Abe (Onmyōji, de Shigeta Shin’ichi; Ed. Chūkō Shinsho).
En el documento titulado Shuzeiryō Izumo no Kuni shōzei henkyakuchō (Registro del informe de devolución de impuestos de la provincia de Izumo por el Ministerio de Hacienda) se afirma que el estipendio por rango (los ingresos anuales) que recibía Seimei era de poco menos de 361 koku (medida de volumen que equivale a unos 180 litros) de arroz. Según Shigeta, esto se traduce en un valor actual de entre 200 y 400 millones de yenes.
Nadie sabe con certeza si Seimei tenía realmente poderes mágicos. Lo importante es que era un maestro del onmyōdō que había adquirido fama de profeta y hechicero, y trascendía a la gente corriente de la sociedad aristocrática de la época; esto es lo más seguro que sabemos sobre él.
¿Fabricaron los descendientes de Seimei sus inusuales habilidades?
Tras su muerte, Abe no Seimei desapareció de la memoria de la gente y cayó en el olvido. Esto se debió a la influencia del clan Kamo.
El clan Kamo y el Abe eran rivales en el mundo de los onmyōji y, a partir de la era Ten’en (973-976), el título de “Onmyōji principal” siempre estuvo en poder de uno de los dos clanes. Al parecer Kamo no Yasunori fue maestro de Seimei, y el primer maestro de onmyōdō en recibir el rango de jushiige. Cuando Seimei recibió la misma distinción, este hecho se basó en el precedente que se había establecido con Yasunori. Dado que este falleció unos treinta años antes que Seimei, fue su discípulo quien se hizo con la posición de su maestro, e incluso superó su reputación. El clan Kamo no debió de sentirse muy contento al respecto.
Yasunori tenía un hijo, Kamo no Mitsuyoshi. Era dieciocho años más joven que Seimei, pero en el año 973 (el primer año de la era Ten’en) fue nombrado Doctor del Calendario en el Ministerio del Onmyō, y se cuenta que era tan brillante como Seimei (Abe no Seimei no issen nen, “Los mil años de Abe no Seimei”, de Tanaka Takako; Ed. Hōzōkan). Mitsuyoshi también realizó un gran esfuerzo por revalorizar a su familia, tras la muerte de Seimei.
El clan Kamo, que pretendía recuperar el poder del mundo del onmyōdō, trabajó duramente para mejorar la reputación de Yasunori, y en 1032 muchos lo consideraban ya como “el modelo de onmyōji”, según Sakeiki, el diario del aristócrata Minamoto no Tsuneyori. Esta teoría arraigó, y cien años después, a principios del siglo XII, el clan Kamo recuperó el poder hasta el punto de dar lugar a la idea de que hablar de onmyōji era hablar de Kamo.
El clan Abe tampoco estaría contento así, claro.
Tanaka Takako presenta una teoría de investigación según la cual, para salvar las distancias con el clan Kamo, los descendientes del clan Abe se embarcaron en una estratagema para correr un velo de misterio sobre la figura de Seimei. Era la época del insei, sistema de gobierno que entró en pleno apogeo a principios del siglo XII. El establecimiento de una estructura dual de poder, con un emperador retirado (jōkō) y otro emperador en el trono (tennō), algo que hacía fluctuar la situación política, y que aumentaba sin cesar el número de prohibiciones que restringían el comportamiento de los ciudadanos.
A medida que aumentaban esas prohibiciones la gente se iba enamorando cada vez más de la figura de Seimei, aquel inigualable maestro del onmyōdō que viviera antaño, y así Abe comenzó a regresar a la fama. También fueron apareciendo, una tras otra, historias en extremo exageradas sobre él, y así fue tomando forma la leyenda de Seimei como héroe.
Konjaku monogatari shū y Abe no Seimei monogatari
Se dice que la colección de cuentos Konjaku monogatari shū se creó a principios del siglo XII, durante el periodo del insei. El decimosexto relato del volumen 24 comienza así.
“Érase una vez un onmyōji llamado Abe no Seimei, doctor en astronomía. Era un hombre poseedor de habilidades tan excelentes que se habría avergonzado de ellas ni comparándolas con las de los maestros de antaño”.
Se decía que había un onmyōji llamado Abe no Seimei, con un poder extraordinario, en absoluto inferior al de los maestros de antaño, y esta imagen que tenía de él la gente de la época Heian era tan grande, según Shigeta Shin’ichi, como la de las figuras de la antigüedad, lo que indica que con esta frase le brindaban el mayor de los elogios.
Además, en el volumen 19, episodio 24, se nos dice que “Realizó los rituales de Taizanfukun en lugar de su maestro”, es decir, que actuó como sustituto de su maestro, Kamo no Yasunori. Esto equivale a decir que Seimei era el sucesor de Yasunori, algo que sin duda habría dejado consternados a los descendientes del clan Kamo. Cabe suponer que el movimiento para revitalizar la reputación de Seimei se propagó por medio de rumores e historias, e influyó en la creación del Konjaku monogatari shū.
En el siglo XIII, por otro lado, las obras Ujishūi monogatari y Kojidan describían a Seimei como un héroe que protegía a la Corte Imperial. En estos dos libros se incluyen anécdotas sobre la salvación de Fujiwara no Michinaga de una maldición.
El ejemplo por excelencia es el kanazōshi (una forma de literatura popular) de 1662 Abe no Seimei monogatari (El cuento de Abe Seimei). En él se cuentan historias como el episodio en el que Seimei se percata por la conversación entre unos cuervos de que la enfermedad del emperador la ha causado un embrujo, o el momento en que se da cuenta de que su madre es una diosa-zorro; esos pasajes fueron muy populares y bien recibidos por el público. La imagen de Abe no Seimei como un mago más allá de la comprensión humana arraigó en la imaginación de la gente, y se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días.
Puede decirse que la imagen de Seimei que tomó forma a través de estos procesos influyó, por ejemplo, en la naturaleza fantástica de la canción “Seimei” (el tema principal de la película Onmyōji), que el patinador artístico Hanyū Yuzuru adoptó para su programa libre.
Un último detalle: el nombre de Seimei se acepta generalmente con esa lectura, pero lo correcto debería ser leerlo como Haruaki o Haruakira, y muchas de las referencias que hemos utilizado al escribir este artículo también utilizan esas lecturas. La serie histórica de la NHK adopta la versión “Abe no Haruakira”.
La identidad de Abe no Seimei fue un verdadero misterio… y esto incluye también su mismo nombre, claro.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: el rollo Fudō riyaku engi emaki, donde se representan los conjuros de Seimei. Cuando Abe reza ante el altar, los demonios del inframundo aparecen desde el otro lado – ColBase.)