El manga y el anime japonés de ayer y de hoy
Mizushima Shinji, el dibujante que desafió la barrera del género con su manga de béisbol
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La primera jugadora profesional de béisbol de Japón
En 2022 todavía no hay ninguna jugadora que pertenezca a la Organización de Béisbol Profesional de Nippon (NPB). Sin embargo, si se estiran las alas de la imaginación, la primera jugadora ya nació en el siglo XX, en los años 70.
Fue la lanzadora Mizuhara Yuuki, uno de los personajes centrales del manga Yakyū-kyō no Uta del dibujante Mizushima Shinji, que murió en enero de 2022. La protagonista fue reclutada por los Mets de Tokio en la primera ronda cuando estudiaba en el instituto de Musashino, lo que sacudió no solo en el mundo del béisbol sino también a la sociedad japonesa.
Ella pretendía al principio ir a África para ser zoóloga y no tenía intención de convertirse en jugadora profesional de béisbol.
No es de extrañar, porque el convenio de béisbol de la época contenía una cláusula, el Artículo 83, establecía que ningún jugador que no fuera reconocido médicamente como varón podía ser miembro de la organización. Además, en aquella época nadie pensaba que una mujer pudiera entrar en el béisbol profesional y convertirse en una jugadora potente. Mizuhara Yuuki se enfrentó a dos grandes barreras de género: el sistema y el sentido común.
Sin embargo, el reclutador de los Mets, Iwata Tetsugorō, un lanzador que ya tenía más de 50 años, y su amigo Gori Ippei, el entrenador, la vieron lanzar y se quedaron tan sorprendidos por sus cualidades que la acogieron en el equipo. Al principio ella se negó, pero cuando finalmente decidió unirse al equipo, añadió a su contrato la condición de que sería tratada como un jugador masculino en el campo.
Mizuhara Yuuki fue ascendida al primer equipo en su primer año en el club. En cuanto a su talento, se decía de ella que tenía el mejor cerebro de todos los jugadores de los Mets, que eran todos muy diferentes entre sí, y solo era superada por Hiura Ken, el lanzador as, en cuanto a valor en el montículo. También tiene un lanzamiento original, la “Bola de los Sueños”, que desarrolló tras mucho esfuerzo. Jugó como lanzadora de relevo y compitió con los mejores bateadores de la Liga Central, como Tabuchi Kōichi, de los Tigres de Hanshin.
Un alto nivel de perfección desde el principio
El objetivo de Mizushima al describir las hazañas de la primera jugadora de béisbol profesional de Japón era hacer que la historia fuera realista.
Mizushima nació en la ciudad de Niigata en 1939. Empezó a trabajar a tiempo parcial cuando cursaba el tercer año de primaria, y en el primer ciclo de secundaria comenzó a ayudar en la tienda de pescado fresco de su familia. Después de graduarse, se levantaba a las cinco de la mañana para ir al mercado intermediario, un trabajo agotador, pero en el poco tiempo que tenía entre trabajos leía mucho manga de alquiler. Mizushima, a quien siempre se le había dado bien el dibujo, se presentó a la Copa de Novatos de Hinomaru Bunko, una editorial de manga de alquiler con sede en Osaka. Por recomendación del difunto Saitō Takao, le fue concedido el segundo premio.
En su momento, muchos de los mangas presentados eran maníacos y teóricos, y se decía que los jueces apreciaban ese tipo de manga. Sin embargo, Mizushima fue consciente de la importancia del entretenimiento desde el principio, y su obra alcanzó numerosos logros. Saitō recomendó con mucha fuerza la obra de Mizushima.
Mizushima se trasladó a Osaka para empezar a dibujar manga después de ser seleccionado para el premio. Al comienzo, trabajó en cualquier campo que no fuera el del género shōjo (para chicas), incluyendo obras ambientadas en el Japón feudal, pero el verdadero reto era aprender el arte de dibujar escenas de béisbol de forma convincente: lanzamientos, bateos y defensas. Después de eso, estaba decidido a dibujar el tipo de manga de béisbol que le gustaba desde que era un niño.
Mizushima finalmente se lanzó al reto de dibujar un manga de béisbol, Otoko Do-ahou Kōshien, publicado por entregas en Shōnen Sunday. Después de este éxito, Mizushima seguiría creando muchos otros clásicos del béisbol muy queridos, como Dokaben y Abu-san.
Mizushima quería contar a los niños todo lo que le gustaba del béisbol y dibujar un manga sin mentiras. Siempre era un observador cercano. Cuando el difunto Nomura Katsuya era entrenador de los Halcones de Nankai (ahora los Halcones de Softbank), iba al estadio Kōrakuen siempre que el equipo estaba allí para recoger las pelotas de entrenamiento. Al cubrir la escena profesional, finalmente consiguió un pase libre para recoger las pelotas en cualquier estadio.
Una bola mágica aprobada por un famoso catcher
Al tratarse de una obra de Mizushima, la trama de Yakyū-kyō no Uta no es una fantasía descabellada. Es bien sabido que el autor preguntó a muchos jugadores si había algo que las mujeres pudieran hacer mejor que los hombres en el béisbol. Por respuesta encontró un rechazo general. Nomura fue el único que respondió que solo una lanzadora con un cambio de ritmo, limitada a una entrada, podría superar a un hombre. Así nació Mizuhara Yuuki y su arma, la Bola de los Sueños.
Esta Bola de los Sueños no es una misteriosa bola mágica. La idea era combinar el shootball, tiro del entonces lanzador de los Tigres de Hanshin Emoto Takenori, con la screwball del lanzador de los Gigantes de Yomiuri Clyde Wright. Esta bola se dobla, se balancea y cae. Nomura le dijo que un lanzamiento con efecto así sería posible.
Aunque Mizushima se enorgullecía de ser uno de los mejores dibujantes de manga de béisbol de todos los tiempos, en su momento fue un enorme reto representar a una lanzadora como una “posibilidad real”. ¿Por qué Mizushima se embarcó en semejante aventura?
Según la explicación de “Los fanáticos del béisbol y yo”, de la banda sonora original del anime, Yakyū-kyō no Uta, la inspiración vino del hecho de que, entre 1971 y 1978, “el récord mundial femenino en la prueba de natación de 1.500 metros libres superaba el récord japonés masculino”. De hecho, hay mujeres que tienen la capacidad de romper las barreras de género y superar a los hombres. Inspirado por este hecho, Mizushima decidió desafiar las barreras institucionales.
El transfondo de la popularidad de las heroínas
Existe una superstición en el campo del entretenimiento: los personajes femeninos atraen la atención en tiempos de recesión. En los años 70, cuando se publicó Yakyū-kyō no Uta, hubo dos crisis del petróleo y la gente compró todo tipo de artículos para el hogar. De hecho, fue durante este periodo cuando personajes como Oka Hiromi, del manga Ace wo Nerae! y Óscar de Versailles no bara, heroínas del manga femenino, atrajeron el interés del público.
Los mejores creadores son los que comparten el ambiente de la época. Quizá sea imaginar demasiado, pero Mizushima pudo haberse inspirado en estos tiempos para representar a una lanzadora que desafía a un equipo de béisbol profesional.
Aunque no es una prueba de ello, Yakyū-kyō no Uta incluye una colaboración con la dibujante Satonaka Machiko. El nombre de Satonaka Satoshi, el as de Dokaben, lo tomó prestado de Satonaka Michiko porque quería atraer a las lectoras y, por tanto, quería un nombre familiar. A raíz de esto, imaginé que quería transmitir la diversión del béisbol a las lectoras de shōjo manga dibujando mujeres.
Sin embargo, cuando un creador llega a ser tan grande como Mizushima, va más allá de “compartir el ambiente de la época”: crea y agita la propia época con sus obras.
Por ejemplo, en la edición del 23 de abril de 2005 de Shūkan Gendai, Mizushima dijo: “Abu-san puede manejar un bate de un metro de largo, cosa que Ochiai, Kiyohara y Shinjō no podían hacer”. Cuando leí esto, pensé: “¡Vaya! Para Mizushima, Abu-san existe como un jugador real”. Esta es la clase de situación a la que Mizushima pudo llegar porque vino apuntando a un manga de béisbol sin mentiras. En otras palabras, para él, los sueños (es decir, las obras) y la realidad son equivalentes.
Simbólicamente, la “Bola de los Sueños” aparece en un sueño de Mutō Heikichi, otro de los personajes de Yakyū-kyō no Uta, un veterano receptor que había permanecido durante años como suplente. Esta técnica no surge solo de un sueño dulce a modo de “revelación”, sino el deseo real de “ser ascendido como receptor de Mizuhara y jugar en el primer equipo”. Recreando este sueño, logra definir la técnica de la “Bola de los Sueños” y convertirla en una realidad. Mizushima trató de reflejar que los sueños también abren posibilidades. La realidad es importante, pero los sueños también lo son.
Fue en 1991 cuando se eliminaron las restricciones de género del convenio de béisbol profesional. La Federación Nacional del Béisbol Femenino de Institutos se creó en 1997. Y en 2008, la lanzadora Yoshida Eri apareció en la liga independiente de béisbol profesional. A lo largo de su historia, siempre se ha mencionado la existencia de Mizuhara Yuuki. Se puede decir que el sueño ha trascendido el sentido común y ha cambiado la realidad.
Al final de la mencionada explicación “Los fanáticos del béisbol y yo”, Mizushima dijo esto: “Mizuhara Yuuki fue capaz de ganar muchos seguidores e incluso popularizó el béisbol femenino. Como autor, siempre me alegra oír el nombre de Mizuhara Yuuki cuando se habla del béisbol femenino. Fue una temeridad, pero mereció la pena”.
Las aventuras de Mizushima siguen adelante y seguro que inspiran a nuevos aspirantes. Un día, sin duda, alguien subirá al montículo de la NPB con la “Bola de los Sueños”.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: En la década de 1970, cuando las palabras “género” y “diversidad” no eran tan comunes, Mizushima Shinji rompió el estereotipo de que el béisbol era para los hombres al representar a Mizuhara Yuuki. Y en Yakyū-kyō no Uta: Heisei-hen (El poema del fanatismo por el béisbol, Edición Heisei), la devolvió al servicio activo como entrenadora y lanzadora con más de 40 años. Fotografía: Redacción de Nippon.com.)