Pekín 2022: La patinadora Kodaira Nao regresa por sus cuartas olimpiadas

Deporte

Kodaira Nao, la reina del patinaje de velocidad y campeona de los Juegos Olímpicos de Pieonchang, ha pasado una mala racha en los últimos años. La fuerza que la empujó a superar el bache y volver a la competición es la firmeza que le ha brindado su carrera como patinadora. Ya recuperada del todo, la versátil deportista se dispone a abordar sus cuartas olimpiadas consecutivas.

La mala racha tras el oro de Pieonchang y la recuperación

Ahora que deja atrás una época que le resultó especialmente dura porque acababa de lograr un oro olímpico, Kodaira Nao (35 años, Hospital de Aizawa) se enfrenta a la hazaña de añadir unos juegos más a los tres consecutivos que ya lleva a sus espaldas. La fenomenal patinadora de corta distancia, oro en 500 metros en Pieonchang 2018, se prepara intensamente para Pekín 2022.

Las molestias en la articulación de la cadera izquierda que arrastraba desde Pieongchang la condenaron a una inesperada mala racha. La temporada pasada se quedó sin la victoria en 500 metros por primera vez en cinco años. Ante un porvenir tan oscuro como un túnel sin salida, la patinadora tomó una difícil decisión para resurgir de sus cenizas: retirarse del hielo a mitad de temporada y centrarse en entrenar atletismo para restablecer su cuerpo desde cero. Su decisión surtió efecto y, ya con el físico a punto, ha logrado varias victorias en el Campeonato Mundial de la primera mitad de esta temporada.

En Pieongchang, Kodaira se convirtió en la primera patinadora japonesa en ganar un oro olímpico en la prueba de 500 metros. También se llevó la plata en los 1000 metros. Fotografía tomada el 18 de febrero de 2018 en Gangneung, Corea del Sur. (Jiji Press)
En Pieonchang, Kodaira se convirtió en la primera patinadora japonesa en ganar un oro olímpico en la prueba de 500 metros. También se llevó la plata en los 1000 metros. Fotografía tomada el 18 de febrero de 2018 en Gangneung, Corea del Sur. (Jiji Press)

En la segunda ronda del Mundial, que tuvo lugar en Noruega el pasado noviembre, Kodaira ganó el oro en 500 metros. Después de aquella victoria en el certamen, que no se celebraba desde febrero de 2020, se llevó el oro en 1000 metros en la cuarta ronda, organizada en diciembre en Canadá. Estas nuevas medallas ampliaron su colección de triunfos en 500 y 1000 metros a 34, igualando el récord japonés de Shimizu Hiroyasu, oro en 500 metros masculinos en Nagano 1998. Ahora que se ha clasificado para Pekín en 500 y 1000 metros, se muestra muy segura de sí misma: “En los Juegos Olímpicos de Pekín quiero poner en práctica la técnica y la mentalidad en las que vengo trabajando hasta la fecha”.

Kodaira optó por una elección audaz para hacer frente a una situación muy complicada y logró una recuperación espectacular. Su asertividad se forjó en el proceso de desarrollo que transitó desde muy joven gracias a la combinación de su carrera deportiva con la formación académica.

Una infancia en patines

Nacida en la ciudad de Chino de la prefectura de Nagano, Kodaira Nao empezó a patinar a los 3 años, siguiendo a sus dos hermanas de 4 y 5. La impresionante habilidad que demostró desde muy pequeña dejó anonadados a los adultos de su entorno. Lo que desencadenó su pasión por el patinaje fueron las olimpiadas de Nagano, que se celebraron en febrero de 1998, cuando la patinadora cursaba quinto de primaria. Cuando vio por televisión las carreras de Okazaki Tomomi, bronce en 500 metros femeninos, y Shimizu Hiroyasu, oro en la misma prueba masculina, enmudeció de la emoción.

Después de aquello el patinaje pasó a ser el centro de su vida. Su don floreció de repente cuando ingresó en secundaria y empezó a entrenar paralelamente en el equipo de patinaje de su escuela y en un club especializado. En invierno combinaba el entreno en las pistas de Chino y Okaya, y llegaba a casa a las 11 de la noche todos los días. En segundo curso de secundaria participó en el Campeonato Nacional. En el tercer curso destacó al competir en el Campeonato Junior de Japón, para jóvenes hasta tercero de bachillerato.

Kodaira cuando participó en el Campeonato Nacional de Bachillerato de 2005. Su talento ya asomaba claramente. Fotografía tomada en el YS Arena Hachinohe de Aomori, el 26 de enero de 2005. (Kyodo News)
Kodaira cuando participó en el Campeonato Nacional de Bachillerato de 2005. Su talento ya asomaba claramente. Fotografía tomada en el YS Arena Hachinohe de Aomori, el 26 de enero de 2005. (Kyodo News)

A Kodaira, que pulverizó múltiples récords de secundaria, le llovían ofertas de las mejores escuelas, pero decidió estudiar el bachillerato en un instituto de su zona. Durante el primer curso se alojó en casa de su entrenadora y los dos años siguientes vivió por su cuenta, dedicando todo el tiempo que no estudiaba a entrenarse.

Dos hitos decisivos gracias a sus capacidades deportivas e intelectuales

El ingreso en una universidad nacional fue un momento trascendental en la vida de Kodaira. Cuando supo que el entrenador Yūki Masahiro, que había ayudado a Shimizu a ganar el oro en Nagano con su enfoque científico, entrenaba en la Universidad Shinshū, se propuso acceder a ella por recomendación de su instituto y se consagró al estudio para mejorar sus calificaciones. A pesar de ello, como su máxima prioridad era mantener sus horas de entrenamiento, tuvo que hacer grandes esfuerzos para concentrar todo el estudio en el horario de clase.

Si uno da lo mejor de sí confiando en el camino que ha elegido, algo queda en su interior, independientemente del resultado. La patinadora se dio cuenta de que “lo que uno elige acaba siendo lo correcto, aunque no se llegue a triunfar”. Esta máxima es ahora el eje de la “filosofía Kodaira”.

En abril de 2009, habiendo terminado la universidad, entró a trabajar en el Hospital de Aizawa de Matsumoto, en la prefectura de Nagano. En los inicios de su vida laboral se entregó aún más al patinaje, mejoró su nivel y, en febrero de 2010, participó en sus primeras olimpiadas, las de Vancouver. Además de competir en disciplinas individuales como las carreras de 1000 y 1500 metros, obtuvo la plata en la persecución por equipos.

Mostrando las medallas de plata obtenidas en la persecución por equipos en las olimpiadas de Vancouver. De izquierda a derecha: Tabata Maki, Kodaira Nao y Hozumi Masako. Fotografía tomada en Vancouver el 27 de febrero de 2010. (Kyodo News)
Mostrando las medallas de plata obtenidas en la persecución por equipos en las olimpiadas de Vancouver. De izquierda a derecha: Tabata Maki, Kodaira Nao y Hozumi Masako. Fotografía tomada en Vancouver el 27 de febrero de 2010. (Kyodo News)

El segundo punto de inflexión en la carrera de la patinadora llegó después de los Juegos Olímpicos de Sochi 2014. Ante la decepción de quedarse sin medalla en sus primeros 500 metros olímpicos, decidió embarcarse en una misión en solitario a los Países Bajos, líderes mundiales de su deporte, para elevar sus capacidades al máximo nivel y partió hacia Europa.

En su nuevo destino, se entregó al estudio del idioma. El inglés no bastaba para comunicar las sutilezas técnicas del patinaje y no podía comprenderlas en profundidad. Para captar hasta los matices, tenía que hablar neerlandés. Al darse cuenta, Kodaira empezó a llevar siempre consigo una pequeña libreta para que sus compañeras de equipo le escribieran palabras que luego estudiaba con ahínco. Dos años después, cuando terminó su entrenamiento en el país para volver a Japón, había adquirido un nivel suficiente para mantener una entrevista en neerlandés.

A por las cuartas olimpiadas con 35 años y tras superar una derrota

Kodaira tiene ahora 35 años. Los Juegos de Pekín marcarán su regreso a la gran competición después de recuperarse de sus problemas físicos, por lo que los afronta con más entusiasmo que nunca. La patinadora fue consciente de su “crisis” un año después de Pieonchang, en enero de 2019, cuando estaba en Alemania para participar en el Campeonato Mundial. En Europa se la conocía por su victoria olímpica: “Tenían muchas expectativas puestas en mí y no podía ser sincera y decir que estaba mal”. Esa presión, junto con la de su oro pasado, le impedía mostrarse vulnerable.

Salió del paso como pudo y logró que sus resultados no se desplomaran, pero eso hizo que su lesión se prolongara. Su cuerpo dijo basta en noviembre de 2020. Ya había empezado la pretemporada de Pekín 2022, pero, viendo que la Federación Japonesa de Patinaje había decidido no enviar a nadie al extranjero debido a la pandemia, optó por recuperar su forma física desde cero con el atletismo.

Aquella valiente decisión fue lo que la encaminó hacia su regreso actual. Ahora enfoca su derrota de la temporada pasada en Japón desde un prisma positivo: “Creo que a casi todos nos da vergüenza mostrar nuestras debilidades, pero los amantes del deporte comparan nuestra experiencia con la suya y ven cómo las superamos”. De cara a Pekín, dice que no quiere que piensen que ha llegado por los pelos, sino que ha superado las expectativas: “En Pekín seré la única que aspire a repetir el oro en los 500 metros. Voy a seguir avanzando hacia ello con los pies en la tierra”.

Cuando capitaneó a la selección japonesa en Pieonchang, superó la superstición de que los capitanes no ganan y se llevó el oro en los 500 metros y la plata en los 1000. ¿Con qué colores brillará esta patinadora en unas cuartas olimpiadas para las que ha tenido que atravesar un camino tan arduo? El resplandor que emitirá cuando saque todo lo que lleva dentro en la pista será sin duda espectacular.

Fotografía del encabezado: Kodaira Nao patinando en los 1000 metros femeninos en las clasificatorias olímpicas de patinaje. Fotografía tomada en el estadio M-Wave de Nagano el 30 de diciembre de 2021. (Kyodo News)

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