El percusionista Ogawa Keita: un japonés con dos premios Grammy
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Impresiones de la ceremonia de entrega de los Grammy: “¡Esto es América!”
El 14 de marzo de 2021 se anunciaron los ganadores de la 63 edición de los premios Grammy. Se trata del mayor honor que un artista puede recibir en la industria musical de Estados Unidos, y en esta ocasión uno de los premios recayó sobre cierto grupo, uno de cuyos miembros es un músico japonés. El grupo es Snarky Puppy, y el japonés es Ogawa Keita, percusionista; Ogawa y sus compañeros se llevaron el galardón al “Mejor Disco Instrumental de Música Contemporánea”. Además, han sido ya cuatro las veces en que el grupo fue galardonado con un Grammy.
Son realmente muy pocos los artistas que pueden experimentar la sensación de caminar sobre esa lujosa alfombra roja que precede a un Grammy, ese umbral mágico del mundo de la música.
Los miembros del grupo siguieron la ceremonia de 2021 por Zoom (el sistema de videoconferencias), cada uno desde su casa, por culpa de la pandemia del coronavirus; Ogawa había sido ya nominado para el mismo premio en 2020 por su trabajo en otra banda, Bokanté, y pudo experimentar en aquella ocasión la entrega de premios en persona. Los músicos nominados para cada premio, tras escuchar los discursos de aceptación, caminan por la alfombra roja y llegan a una gran sala de reuniones colindante, con dimensiones casi de estadio.
En 2020 el ambiente de la ceremonia se vio teñido por la repentina muerte del exjugador de baloncesto Kobe Bryant en un accidente de helicóptero, la mañana misma del evento. Se agregó a la ceremonia, a toda prisa, un evento conmemorativo para Kobe, y sus seguidores llenaron el lugar. Ogawa recuerda claramente esos momentos.
“El lugar tenía una atmósfera increíble: estaba plagado de artistas que habían recibido premios en otras ediciones y de otras personalidades de la música, y se podía sentir con fuerza esa América, ese país de la industria del entretenimiento. Era algo muy diferente a la escena musical en la que me encuentro; era un verdadero torbellino de energía”.
Un impactante solo de batería en televisión
Ogawa, oriundo de la ciudad de Sasebo, en la prefectura de Nagasaki, comenzó a tocar la batería a los quince años. Su interés por la percusión se remonta al día en que vio, siendo tan solo un estudiante de primaria, un concierto de jazz por televisión. El solo de batería que vio y escuchó ese día lo impactó profundamente. Ogawa no sabía quién era aquella persona a la batería, pero tiempo después llegó a conocerlo, por una fantástica coincidencia.
“Cuando entré en el instituto comencé también a tocar en directo en una cafetería de conciertos, cuyo dueño era también batería; él empezó a enseñarme a tocar, después de las clases. Siempre tenía algún concierto de jazz puesto en la televisión del local, y un día me sorprendí cuando, al ver de nuevo aquel primer concierto en la pantalla, me fijé en el batería y me di cuenta de que era el dueño”.
Tras aquel encuentro fortuito, Ogawa entró en la Academia de Música y Baile Kōyō de Kobe (actualmente llamada Escuela Especializada en Música y Baile Kōyō de Kobe) después de graduarse en el instituto. Dicha academia es un centro asociado al famoso Berklee College of Music de Estados Unidos, donde Ogawa podría estudiar posteriormente. Sorprendida por este nuevo dato, le pregunto a Ogawa si llegó a vivir en Estados Unidos, y me responde con una sonrisa:
“Fueron muchos los compañeros de mi promoción que fueron a Berklee; como me gusta llevar la contraria, yo decidí ir a estudiar a Tokio”.
Ogawa comenzó a trabajar en Tokio como roadie (parte del personal de gira, que se encarga de tener a punto, transportar y mover los instrumentos musicales) para la percusionista Sendō Saori. Durante los dos años en que trabajó para ella tuvo el privilegio de observar de cerca las actuaciones tanto de músicos de vanguardia, tanto japoneses como artistas extranjeros que visitaban Japón, y Ogawa comenzó a sentirse cada vez más atraído por el extranjero.
“Cuando acompañé a Saori para una grabación con Marlena Shaw (cantante estadounidense de jazz) me sorprendí mucho del tremendo nivel de ejecución de la artista. En ese momento decidí que solo podría aprender ese tipo de arte si iba a Estados Unidos”.
Fue en 2005 cuando por fin viajó a Boston para estudiar en Berklee. Sus opiniones musicales fueron cambiando, y de la batería pasó a la percusión manual; cuanto más aprendía sobre este tipo de percusión más lo absorbía. Por otro lado, “comprendía las cosas de algún modo, cognitivamente hablando, pero cuando trataba de ejecutar alguna pieza no terminaba de encajar, no me sentía a gusto”.
En 2007, aprovechando sus tres meses de vacaciones de verano, fue a estudiar música a Brasil.
“Mi vida musical cambió por completo después de ese viaje. Todo lo que no había podido aprender por métodos académicos entró en mi interior como una avalancha de música local, como si los más de dos años que llevaba estudiando en Berklee se hubieran comprimido en aquellos tres meses”.
Miembro de Snarky Puppy
Ogawa participa, actualmente, en varios grupos musicales. Su historia con Snarky Puppy, el grupo que recibió el Grammy en 2021, comenzó en 2010.
Ogawa conoció al líder y fundador de la banda, Michael League (Mike), y pronto estaba ya de gira con ellos, y habían empezado a grabar juntos, explica: “Para cuando me di cuenta era un miembro oficial del grupo”.
Hubo una persona clave gracias a la que Ogawa conoció a Mike; se trata de Jamey Haddad, de quien Ogawa asegura: “No habría podido construir mi carrera en Estados Unidos, de no haber sido por él”. Para el percusionista japonés, se trata de una figura de gran importancia: fue su profesor durante la época en Berklee, y además trabajó como percusionista para Paul Simon.
Aunque Ogawa conoció a Jamey en las aulas de Berklee, tras graduarse entró en su banda y comenzaron a tocar juntos. Fue el propio Jamey quien le presentó a Mike.
“Mike se había mudado desde Texas, donde tenía su centro de operaciones Snarky Puppy, a Nueva York, y cuando Jamey nos presentó nos caímos bien enseguida. Poco a poco empezamos a actuar juntos en restaurantes y bodas, Mike me invitó a grabar discos con el grupo e ir de gira, y de forma natural comenzaron a considerarme miembro de la banda”.
Posteriormente el vínculo entre los tres artistas se fue haciendo cada vez más profundo. Cuando Mike formó un tiempo más tarde el grupo Bokanté invitó para la percusión tanto a Jamey como a Ogawa.
“Siempre le digo a Jamey que le estoy tremendamente agradecido por la gente a la que me ha presentado y las experiencias que me ha proporcionado. Se le da muy bien conectar con la gente. Aunque me lleva más de treinta años tenemos el mismo tipo de personalidad bromista, y hoy día lo considero un amigo íntimo”.
Ogawa lleva tiempo sin poder ver en persona tanto a Mike como a Jamey, sus amigos y mentores, por culpa de la pandemia del coronavirus. Sin embargo a partir de junio de 2021 comienza la producción del nuevo disco de Bokanté en un estudio español, tras la cual comenzarán una gira europea, de modo que pronto podrán reencontrarse en España.
Una larga época de vacas flacas
Incluso en Estados Unidos no son muchos los músicos que pueden ganarse la vida únicamente con la música, y mucho menos ganar un Grammy. En Nueva York, sobre todo, los alquileres son muy altos, y se trata de una zona que reúne a artistas de talento de todo el mundo en pos de sus sueños, por lo que la competencia es realmente feroz.
Ogawa afirma que la realidad es muy dura: “Con la pandemia muchas personas han dejado Nueva York y la música misma. Yo mismo solo llevo seis o siete años con una cierta estabilidad económica”. Tuvo también periodo en el que trabajó con el famoso violonchelista Yo-Yo Ma (en el Symphony Hall de Boston), pero no se engaña al respecto: “Pensaba estar trabajando bien, pero fui incapaz de ahorrar nada, y pasé una larga temporada en la que apenas llegaba a fin de mes”.
Desde 2020, además, la pandemia ha proyectado una terrible sombra sobre la industria musical. Al principio Ogawa se mostraba optimista, pensando que las cosas mejorarían en verano, pero los conciertos seguían cancelándose uno tras otro, y comenzó a darse cuenta de lo mal que estaba realmente la situación.
“No quería dejarme llevar por el derrotismo, así que decidí tomar una actitud más activa y empecé a actuar online”.
Comenzó a producir vídeos en colaboración con otros artistas por las redes sociales y a crear y distribuir paquetes de muestra de sus obras percusivas, colecciones con grabaciones de sus fraseos instrumentales.
“Como no había conciertos ni giras aumentó mucho el tiempo en que podía grabar en casa, así que en parte me libré de la ruina”.
Los miembros y el equipo técnico de Snarky Puppy se apoyaron unos a otros en los momentos más difíciles; según Ogawa todo funcionaba más como en una empresa que como en un grupo. Dado que contaban con muchos seguidores en las redes sociales y poseían un fuerte valor de marca los miembros del grupo pudieron trabajar realizando clases en línea y dando lecciones personalizadas; recibieron ofertas, en este sentido, de todas partes del mundo.
“El coronavirus ha cambiado el contenido de nuestras actividades, pero también estamos abriendo nuevos campos”.
Lo importante es seguir siendo uno mismo
“Esta ciudad está llena de gente con un nivel increíble”.
Esto es algo de lo que Ogawa fue muy consciente al llegar a Nueva York. Sin embargo, fue capaz de seguir su camino sin perderse a sí mismo en ella.
“Hay mucha gente con buena técnica, pero si su música no le llega a nadie no tiene sentido; definitivamente, lo más importante es seguir siendo uno mismo. Los artistas que salen del montón son aquellos que se comprenden a sí mismos y son capaces de expresarse. Yo no le veo ningún sentido a copiar a alguien para tratar de sacar mi propio sonido, así que no tengo ganas de hacer lo que otros hacen; quizá yo salí adelante porque era consciente de lo que podía hacer por mí mismo”, reflexiona Ogawa.
Al final de la entrevista ofrece esta idea para las generaciones más jóvenes.
“No te mientas a ti mismo; solo tienes que ser sincero sobre lo que estás haciendo. Aprecia también a las personas que te rodean y piensan en ti”.
Su historia de éxito ha estado siempre unida a esas personas que lo rodean.
“Creo que he podido llegar hasta donde estoy ahora gracias a las personas que fui conociendo en cada momento. De igual modo que recibí mucha ayuda por parte de quienes habían tenido éxito en la generación anterior, ahora considero que debo guiar a aquellos jóvenes de las nuevas generaciones que aspiran a lograr algo. Y también, por supuesto, quiero seguir creando buena música a mi propio ritmo”.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Ogawa Keita en el estudio de su casa; imagen: Albert Cheung)