“Existo gracias a la natación”: la milagrosa recuperación de Ikee Rikako
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El 4 de abril, segunda jornada del Campeonato de Natación de Japón, Ikee Rikako permanece en la piscina llorando de emoción después de ganar los 100 metros mariposa, su primera prueba en la competición. Las lágrimas no se detienen cuando sale del agua: “Me siento increíblemente feliz”.
Hubo un tiempo en que superar la larga batalla contra la leucemia y volver a competir le parecía un hito muy lejano. Igual lo veían muchos japoneses. Ante el dolor que sentían por la suerte de la joven promesa, aquella victoria los dejó a todos boquiabiertos y no merece más que alabanzas. Su marca le permitió además hacerse un sitio en el equipo nacional de relevos combinados para Tokio 2020.
La nadadora anunció su enfermedad hace algo más de dos años. No es de extrañar que se le saltaran lágrimas al ganar la primera prueba en el campeonato. Su emoción reflejaba el camino que había tenido que recorrer para llegar hasta allí.
Ikee Rikako, que ahora goza de reconocimiento incluso fuera del mundo de la natación y acumula una colección de marcas espléndidas, se inició en su deporte a los 3 años de edad. “Mis hermanos mayores nadaban y yo quise probarlo también. Pero no recuerdo qué aliciente le vi…”, comenta.
De pequeña le gustaba la actividad física en general, no solo la natación. Su familia apoyó su afición y encargaron una barra de ejercicios para su cuarto a un carpintero: “Me colgaba, hacía flexiones de brazos… Nadie me obligaba; me salía de forma natural porque me apetecía”. También le instalaron una escala horizontal con la que se ejercitaba todos los días.
Llegó un momento en el que empezó a despuntar como nadadora y participó en su primer campeonato nacional cuando estudiaba la secundaria. En tercer curso logró excelentes resultados en el Campeonato de Natación de Japón y se clasificó en el equipo de relevos para el Campeonato Mundial. Era la primera vez en 14 años que alguien de su franja de edad entraba en la selección.
El impacto de participar en siete pruebas en Río 2016
El nombre de Ikee Rikako saltó las fronteras de la natación y conquistó la fama pública cuando la deportista ingresó en el bachillerato, en 2016. El impacto que causó fue formidable.
Aquel año Ikee participó en varias pruebas de mariposa y estilo libre del Campeonato de Natación de Japón en el que también se clasificaban candidatos para las olimpiadas de Río. Sus impresionantes marcas, con las que batió siete récords juveniles y uno nacional, permitieron que se clasificara para cuatro pruebas.
El excelente rendimiento que demostró en las competiciones de mayo y junio la llevó a convertirse en la primera persona japonesa en presentarse a siete pruebas de natación en unas olimpiadas.
En Río nadó en un total de 12 carreras en las siete pruebas a las que optaba, llegando a eliminatorias, cuartos de final y finales. En los 100 metros mariposa, su especialidad, batió el récord nacional de Japón en la eliminatoria y de nuevo en cuartos de final y en la final. Quedó en quinto puesto (el día de la carrera fue sexta, pero luego otra nadadora resultó eliminada por dopaje y ella subió una posición). Aunque no se llevó ninguna medalla, se cubrió de gloria como si lo hubiera hecho porque todo el mundo constató que, a sus tiernos 16 años, era una fuera de serie con un talento nunca visto.
Japón ya había tenido otros nadadores que brillaron con una trayectoria espléndida desde la adolescencia. Sin embargo, mientras que aquellos destacaron en braza o espalda, Ikee lo hizo en estilos en los que los japoneses están lejos de las marcas mundiales, como mariposa y libre. Generó muchas expectativas al mostrar el potencial de batirse con las mejores del mundo. La capacidad de competir en un gran número de pruebas, que demostró en Río al participar en siete de ellas, contribuyó a impulsar su talento.
En otros países a veces surgen superestrellas que parece que puedan competir a diario, que sacan varios minutos a sus rivales y que suben al podio como si no les hubiera costado nada. Japón todavía no había tenido a nadie así. Ikee iba a cambiar el rumbo de la historia japonesa. Fue esa promesa lo que infló las expectativas de sus compatriotas.
Tras su debut olímpico, Ikee siguió progresando sin defraudar las expectativas. En el Campeonato de Natación de Japón de 2017, compitió en cinco pruebas: 50, 100 y 200 metros de estilo libre, y 50 y 100 metros mariposa. Ganó las diez carreras que nadó en cuatro días y fue la primera deportista de la historia de la competición en llevarse cinco victorias en un mismo año. En la edición de 2018, de nuevo arrasó en las seis pruebas en las que participó (50 y 100 metros libres, 50 y 100 metros mariposa, 400 metros de relevos de estilo libre y 400 metros de relevos combinados), fue la primera persona de Japón que conquistó tal número de medallas y se alzó como la mejor deportista del torneo. Hasta aquel año, acumuló la apabullante cifra de 28 nuevos récords japoneses en pruebas de estilo libre y mariposa solo en piscina olímpica (50 metros de largo).
Seguramente Ikee tiene un físico privilegiado para la natación, pero lo que espoleó su progreso fue la abrumadora pasión que siente por su disciplina. Las carreras le gustaron desde pequeña, como ilustra una anécdota ocurrida en 2016. El día que regresó de las olimpiadas de Río, fue directa del aeropuerto de Haneda a Hiroshima. Al día siguiente nadaba en los campeonatos nacionales de bachillerato y luego siguió compitiendo a razón de un torneo por semana: los Juegos Olímpicos Júnior, el Campeonato de Deportes de Japón… Puesto que lo normal en cualquier disciplina es descansar después de una competición importante, el calendario de la nadadora resultaba inconcebible.
Al preguntarle si no estaba agotada con aquel ritmo competitivo, respondió: “No suelo pensar en si me cansé o en lo cansada que estoy. Después de nadar una carrera exclamo ‘¡Estoy agotada!’, pero al terminar la competición no me sale decirlo. Solo pienso en la ilusión de afrontar todas las competiciones que tengo por delante. Al regresar de un torneo es cuando estoy más ilusionada”.
Ikee es una fuera de serie en muchos sentidos. Al terminar 2018, un gran año en su carrera, enfocaba el nuevo año con ilusión por empezar la universidad y con la mirada puesta en las olimpiadas de Tokio 2020.
La enfermedad grave que amenazó su floreciente carrera
Como preparación para empezar la nueva temporada, Ikee fue a una concentración deportiva en Australia que empezaba el 18 de enero de 2019. Allí tendría lugar el cambio que lo trastocaría todo.
El 7 de febrero se anunció que la nadadora interrumpía su estancia en la concentración para volver a Japón porque se encontraba mal y cinco días más tarde ella misma comunicaba en las redes sociales que le habían diagnosticado leucemia. Tuvo que cancelar todas las competiciones que tenía programadas para someterse al tratamiento.
La fama de Ikee como “nadadora con potencial de futuro” había llegado al entorno internacional de la natación, por lo que la impactante noticia traspasó las fronteras japonesas y se difundió por todo el planeta.
La joven estuvo hospitalizada mucho tiempo. Después de una dura lucha de la que más tarde comentaría “Estoy viva de milagro”, salió del hospital en diciembre de 2019.
Habiendo anunciado que renunciaba a Tokio 2020, retomó los entrenamientos con prudencia para prepararse para París 2024. El 29 de agosto de 2020, en el Campeonato Especial de Natación de Tokio, nadó su primera carrera después de 594 días alejada del mundo de la competición.
Posteriormente se dedicó a entrenar con tesón para recuperar el nivel desde cero, practicando la salida a diario y participando en varios torneos. Se enfrentó al Campeonato de Natación de Japón siete meses después de su regreso a las piscinas competitivas y logró una victoria en la primera prueba, los 100 metros mariposa, con la que se clasificó para Tokio 2020. Y no se detuvo ahí; ganó también las otras tres pruebas a las que se presentaba: 100 metros libres, 50 metros mariposa y 50 metros libres. Además de clasificarse para los 400 metros de relevos combinados, se hizo también un lugar en el equipo olímpico de 400 metros de relevos normales. Terminó la última carrera de la competición, la final de los 50 metros libres, con una sonrisa: “Creía que este sería el último año en que tendría que perder en Japón, pero quiero felicitarme a mí misma por haber logrado mejores resultados de lo que esperaba”.
Al repasar el penoso camino desde que se le declaró la enfermedad hasta hoy, uno vuelve a plantearse qué fue lo que impulsó esa recuperación que los medios de todo el mundo califican de milagrosa. Si hubiera que señalar algo en concreto, la clave estaría en algo que dijo al terminar Río 2016: “Este deporte tiene cosas durísimas, pero también me brinda muchos motivos de felicidad. Siento que existo gracias a la natación”.
Le encanta nadar. Es una parte indisociable de su persona. El lugar al que ha de volver para ser ella misma es la piscina, las carreras. Creo que es ese fervor lo que hizo posible la recuperación que conquistó a tantas personas.
Si se celebran como está previsto, las olimpiadas de Tokio se inaugurarán el 23 de julio. Qué ganas de presenciar el regreso o, mejor dicho, la evolución de Ikee Rikako en directo.
Fotografía del encabezado: Ikee Rikako llora de emoción tras declararse campeona de los 100 metros mariposa femeninos en el Campeonato de Natación de Japón, el 4 de abril de 2021. (© AFP/Jiji.)