La meca del manga Tokiwa-sō revive trayendo consigo la pasión de hace 60 años
Manga Turismo Entretenimiento- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
El crujido de unas escaleras nos lleva 60 años atrás
“Llegué a Tokiwa-sō. ¡Qué buen lugar! Aunque parece un poco viejo y desgastado. Escuché que fue construido hace dos o tres años, no debería estar así. Quizá se deba a la pared exterior de color beige pálido. En la entrada, abajo en ambos lados, hay casilleros para dejar los zapatos. Los habitantes de la planta baja utilizan los de la izquierda y los de la planta alta, los de la derecha… Este es el mío… Sí, porque mi habitación está en el primer piso. Subiendo la amplia escalera inmediatamente encontramos un “baño” comunitario. Junto a él está la cocina… también comunitaria. Un pasillo largo y oscuro. Este pasillo podría ser otra de las razones que hacen que el edificio luzca deteriorado. La segunda puerta desde el fondo a la derecha es mi habitación. Un amplio espacio de 4,5 esteras tatami (aproximadamente 7,3 m²). Tengo una colchoneta futon, una olla, un caldero, mi maleta y un bolso...y todavía me queda espacio. Qué amplio…” (Ishinomori Shōtarō, Mi juventud en Tokiwa-sō, Chūkō Bunko).
Ishinomori describe así su profunda emoción, un mes después de haber llegado a Tokio desde Miyagi e inmediatamente después de mudarse a la habitación de 4,5 tatami en la planta alta de Tokiwa-sō. Anteriormente se hospedaba en un cuarto de 2,5 tatami de una posada en Nishi-Ochiai, en el distrito de Shinjuku. Si Ishinomori pusiera un pie en el Museo del Manga, sin duda creería que viajó 60 años al pasado.
Las escaleras que crujen a cada paso. Las letrinas de hoyo comunitarias. Los cuatro grifos abiertos al mismo tiempo del fregadero de la cocina comunitaria que hacía las veces de bañera. Este es exactamente el Tokiwa-sō en el que Ishinomori y sus amigos pasaron su juventud.
Todo el trabajo que requirió crear una réplica idéntica del ambiente de principios de los años 60
Tokiwa-sō terminó de construirse el 6 de diciembre de 1952 y se localizaba en Shiinamachi 5-2254, distrito de Toshima (actualmente Minami-Nagasaki 3-16). En ese tiempo era un apartamento común de dos pisos y el alquiler por habitación ascendía a 3.000 yenes al mes.
Un año después, en 1953, y gracias a la mediación de Gakudōsha, editorial que publicaba la revista Manga Shōnen, Tezuka Osamu se instaló en Tokiwa-sō. Gakudōsha también intervino para que Terada Hiroo, autor de Sportsman Kintarō se mudara a este edificio. Posteriormente, otros autores prometedores que admiraban a Tezuka como Fujiko F. Fujio, creador de Doraemon, Fujiko FujioⒶ, autor de Kaibutsu-kun, Ishinomori, autor de Kamen Rider o Akatsuka Fujio de Tensai Bakabon, también llegaron a Tokiwa-sō. Incluso después de 1954, cuando Tezuka se mudó al apartamento Namiki Hausu en Zōshigaya, Terada siguió manteniendo la unidad del grupo y tomó la batuta para crear, junto con sus compañeros, el club Shin-Manga Tō. Fue así como Tokiwa-sō se convirtió en la cuna de los grandes creadores de manga.
A unos 300 metros de la ubicación original de Tokiwa-sō, en el parque Minami-Nagasaki Hanasaki del distrito de Toshima (también conocido como parque Tokiwa-sō), se inauguró el Museo del Manga. En la construcción se utilizó una técnica de envejecimiento de materiales para recrear el ambiente en el que vivió Ishinomori y compañía, unos 10 años después de la edificación del Tokiwa-sō original.
Paredes que dan la impresión de estar sucias por las lluvias y el lodo. Esteras tatami quemadas por el sol en las habitaciones que también eran lugares de trabajo. Los tazones de ramen colocados sobre la mesa de la cocina comunitaria tienen el nombre Matsuba, el restaurante de comida china que frecuentaban los residentes de Tokiwa-sō. Matsuba conservaba tres de los tazones que se usaban en ese entonces y cedió uno al museo.
La construcción y el diseño de la exhibición estuvo a cargo de la empresa Tanseisha, que cuenta con una buena reputación en la industria de las remodelaciones e hizo las renovaciones del Museo del Manga Ishinomori (ciudad de Ishinomaki, prefectura de Miyagi) y del Museo del Manga Yokote Masuda (ciudad de Yokote, prefectura de Akita), entre otros. El grupo de expertos del Centro de Investigaciones Tansei, del mismo conglomerado empresarial, especialistas en la creación de espacios culturales, comenzó a recabar información para la edificación de este museo en 2010. Con la información obtenida se embarcaron en su construcción.
Katō Tsuyoshi, director creativo de la empresa, dijo que no se conservaban los planos de la construcción, pero que sí pudieron tener acceso a fotografías de cuando este fue demolido. Gracias a dicha información lograron recrear la mayor parte de la distribución y la estructura. Muchas de las fotografías de los interiores y exteriores que ofrecieron los entonces residentes de Tokiwa-sō correspondían a los años previos a la demolición, por lo que mostraban el edificio bastante deteriorado. Además, las fotografías eran en blanco y negro, y fue necesario realizar cuestionarios para poder conocer mejor el color y el nivel de oxidación que tenía el edificio en los años 60.
El ruido de las escaleras que ponía en alerta a los creadores
Tokiwa-sō era un edificio de madera y mortero. Para cumplir con las normas actuales de construcción, el Museo del Manga tiene varillas de hierro de refuerzo, pero estas se disimularon entre paredes dobles, por lo que parece que se trata de un edificio hecho de madera. También son una réplica idéntica las vetas de la tabla de madera del techo, en la que Tezuka pintó a Safaia, la protagonista de su obra Princesa caballero (Ribon no kishi) y su autorretrato al momento de la demolición de Tokiwa-sō, y que posteriormente donó al club de periodistas local. Para conseguir la textura idéntica de la madera se creó un recubrimiento ignífugo a partir de los análisis fotográficos con cámara de alta definición de algunas de las tablas originales que se conservan en el museo de cultura local del distrito.
El equipo también se esforzó por reproducir el sonido que hacían las escaleras. Para los entonces habitantes de Tokiwa-sō, el crujir de los escalones cada vez que alguien subía era un ruido muy importante, ya que los alertaba de la llegada de una posible petición o recolección de trabajo por parte de los editores. Por esa razón, este detalle fue uno de los más relevantes en la reproducción del edificio. Katō recuerda que se pudo conseguir el nivel de realismo del Museo del Manga Tokiwa-sō porque no se trataba del diseño de exhibición en un edificio que ya existía, sino que pudo participar desde la etapa del diseño de construcción en conjunto.
Se hicieron algunos ajustes en el material que está entre el escalón y la base de acero. Además de que se hunde al dar un paso sobre él, también se colocó una capa de pintura de colofonía en el espacio que une la huella y la contrahuella del escalón, algo que facilita que se produzca el chirrido.
Un cuarto pequeño pero repleto de sueños exorbitantes
Pero ¿qué los impulsó a dar tanta importancia a los detalles? Katō señala que, para los fans, Tokiwa-sō es un lugar muy especial y por eso quería ofrecerles lo mejor. Por ejemplo, era primordial que pareciera que alguien había estado en la mesa dibujando cómics hasta hace un momento. Justamente por eso, el mejor halago que Katō ha recibido son unos mensajes de Twitter que comentaban que parecía que iba a salir un hedor terrible del baño.
Pero el Museo del Manga Tokiwa-sō no es solo un edificio con estilo de otra época, ni tampoco el recuerdo de un lugar donde se reunían jóvenes llenos de ilusiones. Satonaka Machiko, titular de la junta de administración del museo y directora de la asociación de creadores de cómics de Japón, nos dice con entusiasmo que en la actualidad el anime y el manga son productos que ponen la bandera de Japón en alto internacionalmente, pero que en el pasado, cuando alguien mencionaba la posibilidad de convertirse en autor de cómics recibía miradas de desconcierto de quienes lo rodeaban.
En ese tiempo, los jóvenes residentes de Tokiwa-sō se lanzaron a la aventura que representaba el mundo del manga. Vivían en una habitación pequeña pero repleta de sueños exorbitantes. Además, se apoyaban mutuamente y se alentaban a sacar el mayor partido de sus peculiaridades. Aunque se sintieran fascinados por las obras de sus compañeros, se esforzaban por crear algo original. Aquí queda demostrada la esencia del manga y el anime que surgió en Tokiwa-sō y por medio de la exhibición del museo se busca transmitir su importancia al mundo y a las próximas generaciones.
Devolver la vida al pasaje comercial trayendo a los jóvenes de vuelta a la zona
Por otra parte, los habitantes de la zona tienen puestas sus esperanzas en que el Museo del Manga Tokiwa-sō devuelva la vida al pasaje comercial.
Durante el periodo de reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial, el barrio de Shiinamachi era un lugar accesible desde Ikebukuro por tren o autobús y se construyeron muchos apartamentos de madera para hospedar a jóvenes que acababan de llegar a Tokio. En el pasaje comercial de 500 metros de largo había cerca de 200 comercios y mucha gente se reunía ahí diariamente. En la actualidad solo quedan una docena de tiendas y se ha convertido en una zona semiabandonada.
Koide Mikio, encargado de publicidad de la asociación del proyecto de colaboración Tokiwa-sō Toshima Minami-Nagasaki, abrió coincidiendo con la inauguración del Museo del Manga la librería de segunda mano Furuichi Tokiwa-sō, una tienda fundada en colaboración con la importante empresa de libros usados TAY TWO, en el lugar en el que anteriormente tenía desde la época de su padre una tienda de relojes frente al parque Tokiwa-sō. Ahí se pueden adquirir cerca de 7.000 títulos relacionados con los creadores de cómics que vivieron en Tokiwa-sō, y también hay una cafetería que se llama Eden, el mismo nombre que aquella que frecuentaban Ishinomori y sus amigos.
Koide nos dice que él dio el primer paso, pero su idea es que, poco a poco, otros jóvenes ocupen los locales ahora vacíos y traigan consigo ideas originales que devuelvan la vitalidad a este pasaje comercial.
Debido a la pandemia del coronavirus, la inauguración del museo se pospuso del 22 de marzo al 7 de julio. Además, por el momento, es necesario hacer una reserva para poder visitarlo, pero, a pesar de las circunstancias, ya es posible ver algunos frutos de este proyecto. Durante los fines de semana y días festivos se acercan hasta más de 400 visitantes y en la calle Tokiwa-sō se hace evidente la presencia de familias. En el restaurante de comida china Matsuba se forman filas para comer el famoso plato “ramen, como el de los viejos tiempos”.
“Koike-san está loco por el ramen”, un personaje que surgió de la amistad en Tokiwa-sō
Si hablamos de ramen y Tokiwa-sō, no podemos dejar de mencionar a “Koike-san está loco por el ramen”, un personaje que aparece frecuentemente en las obras de los Fujiko, como El fantasma Q-taro.
Koike es un personaje “real”. Está basado en Suzuki Shin’ichi, que actualmente es director del Museo de Animación Suginami de la Universidad Politécnica de Tokio. Suzuki llegó a Tokio proveniente de Shimonoseki en agosto de 1955 y vivió unos 10 meses en Tokiwa-sō. Posteriormente se convertiría en creador de animaciones y establecería junto con Fujiko Fujio y otros el Studio Zero, una compañía de producción y realización de animaciones, donde se han creado obras como Osomatsu-kun o Perman (Pāman).
Suzuki nos revela el secreto del nacimiento de Koike, su historia nos confirma la amistad que existía entre los habitantes de Tokiwa-sō.
Nos dice que en ese entonces acostumbraban a regalarse retratos en sus cumpleaños: “Ninguno de los que recibí en mi cumpleaños se parecía a mí. No recuerdo quién dibujó un personaje con el pelo desaliñado y todos coincidimos en que era muy bueno. Tiempo después me sorprendí y me alegré al descubrir el mismo rostro en El fantasma Q-taro. Fujiko no olvidó aquel día. Y yo también lo uso como mi retrato, cambiándole un poco la expresión”.
Ahora nos surge la duda, ¿por qué se llama Koike si el personaje real se apellida Suzuki? Suzuki nos explica que después de vivir en Tokiwa-sō se mudó a la casa de la familia Koike, algunos pensaron que ese era su apellido y así quedó bautizado el personaje.
Los jóvenes, promesas de los cómics japoneses que se hospedaban en Tokiwa-sō, eran pobres, y ahorraban sus gastos para comida, ropa y baño con el objetivo de poder salir con sus amigos a divertirse, al cine, comprar libros u otras diversiones.
Suzuki continúa diciéndonos que entre ellos casi nunca hablaban de cómics, pero sí de las películas que veían o los libros de misterio y ciencia ficción que leían. Señala que de estas conversaciones, juegos y viajes de amigos, surgía la inspiración para sus obras. Si alguno triunfaba lo celebraban juntos y, cuando era necesario, se apoyaban como asistentes en sus trabajos. Por último, Suzuki nos dijo sonriendo que está seguro de que Akatsuka e Ishinomori se sentirían felices si la gente pudiera experimentar cómo era sentarse a trabajar en un cuarto de 4,5 esteras tatami.
Museo del Manga Tokiwa-sō del distrito de Toshima
- Horario: de 10 a 18 horas (entrada hasta las 17:30). Cerrado los lunes (o el próximo día laboral, en caso de ser festivo), en fin de año y Año Nuevo, y mientras se prepara una nueva exhibición.
- Coste: Entrada gratuita (algunas actividades tienen costo).
- Dirección: Tōkyō-to, Toshima-ku, Minami-Nagasaki 3-9-22, dentro del parque Minami-Nagasaki Hanasaki.
- Teléfono: 03-6912-7706
- Cómo llegar: a cinco minutos a pie de la estación de Ochiai Minami-Nagasaki de la Línea Toei Ōedo; a 10 minutos de la estación de Higashi-Nagasaki de la línea Seibu Ikebukuro; o a 15 minutos de la estación Shiinamachi de la línea Seibu Ikebukuro.
- Sitio web: https://www.tokiwasomm.jp
Fotografía del encabezado: el exterior de Museo del Manga Tokiwa-sō del distrito de Toshima. También se reprodujo la señalización de Tokiwa-sō así como la palmera que estaba a la entrada. Fotografía: Amano Hisaki.