La cultura japonesa a través del manga
‘Hyouge-mono’, un manga sobre el refinado sentido del humor del zen y la ceremonia del té
Manga Cultura Historia- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
La historia de un señor feudal que vivía según la vía del té imbuida del espíritu del zen
En Japón, la centralización del poder comenzó a mediados del siglo VII y, a principios del siglo VIII, se estableció, por así decirlo, un sistema en el que “un Gobierno de nobles encabezado por un emperador gobernaba todo el país”.
Con el tiempo, sin embargo, los samuráis surgieron de las regiones remotas. En el siglo XII crearon su propio Gobierno, el bakufu, dirigido por un shogun. La autoridad la tenía el Emperador y el shogun dirigía la fuerza militar. Este sistema se estableció en la época medieval en Japón, pero en la segunda mitad del periodo medieval, la guerra se extendió por todo el país y éste entró en el periodo Sengoku (de los Estados beligerantes o Estados Guerreros, 1467-1568), en el que se establecieron pequeños reinos en varias regiones.
Japón es una nación insular, separada por todas partes por el mar. Hay poca migración étnica, lo que probablemente explica que tradicionalmente haya sido una sociedad con una fuerte tradición de “sucesión hereditaria” (incluso en el Japón moderno, alrededor del 30 % de los miembros de la Dieta son hereditarios). El periodo Sengoku, sin embargo, fue excepcionalmente una época de meritocracia, en la que “el hombre fuerte gana”, y surgieron por todo el país los “Sengoku daimyō”, gobernadores guerreros.
Los señores de la Europa medieval no solo habrían tenido el valor de un león, sino también la sabiduría de un zorro. Los señores feudales guerreros de Japón no solo eran valientes y arrojados, sino que también tenían lo que hoy llamaríamos soft power (un enfoque persuasivo en las relaciones internacionales, que suele implicar el uso de la influencia económica o cultural).
El movimiento cultural que se popularizó entre estos señores feudales fue la ceremonia del té (cha-no-yu, chadō o sadō). El manga Hyouge-mono de Yamada Yoshihiro es un relato histórico sobre la vida de Furuta Oribe, un señor feudal que era a la vez un maestro de la ceremonia del té y un samurái que vivía para luchar. Hyouge-mono ganó el 14.º Gran Premio Manga del Premio Cultural Tezuka Osamu y fue adaptado al anime en 2011.
La ceremonia del té por la que Oribe se sentía fascinado era, en esencia, el acto del anfitrión de preparar el té y agasajar a los invitados. Para ello se prescribieron ciertos utensilios y modales. Pero no se trataba solo de modales en la mesa.
Okakura Kakuzō (también conocido como Okakura Tenshin, 1863-1913), director de la sección de arte de China y Japón del Museo de Bellas Artes de Boston durante la era Meiji (1868-1912), escribió esto en The Book of Tea (El libro del té), obra que escribió en inglés para presentar la ceremonia del té en el extranjero.
“La ceremonia del té es una especie de ritual basado en la veneración de las cosas bellas que existen en los asuntos mundanos de la vida cotidiana”.
En otras palabras, la ceremonia del té es un ritual para encontrar la belleza universal ligada al principio cósmico en la propia actividad cotidiana de beber té. Su esencia, dice Okakura, “reside en el culto a lo imperfecto”.
El dō de la ceremonia del té (sadō) es el mismo que el dō del judō y el bushidō. En español, se traduce como “vía” o “camino”. El destino del dō es una altura espiritual, similar a la iluminación del zen. De hecho, Sen no Rikyū, conocido en la historia de Japón como un gigante de la ceremonia del té, fue también un hombre que nunca descuidó su práctica del zen.
Este té fue un gran boom entre los señores de la guerra, y con este naturalmente llegaron elaborados utensilios para hacer y tomar té. Lo complicado aquí son los valores en el mundo del té, que, como repito, se basa en el zen. La ceremonia del té es una forma de encontrar la belleza en la vida cotidiana conectada con el cosmos. Por lo tanto, no es cierto decir que si se hace un utensilio brillante y precioso con joyas, tiene un alto valor, sino más bien es un asunto complicado como que “el cuenco de té con el borde astillado que estaba tirado en el suelo de tierra de un pescador era una rara obra maestra”.
El valor de los utensilios de té, por tanto, solo puede ser reconocido y apreciado por quienes tienen cierto discernimiento estético. Sen no Rikyū, mencionado anteriormente, era considerado un hombre con una gran sensibilidad estética en aquella época.
Furuta Oribe, el protagonista de Hyouge-mono, era una persona real, y un discípulo aventajado de Sen no Rikyū. Más tarde sucedió a Rikyū y llegó a ser conocido como “el mayor maestro del té del país”.
El dilema existencial de Furuta Oribe
En la historia, Furuta se presenta como un personaje que se debate entre vivir una vida siguiendo su afición o una vida consagrada a las artes marciales. Al principio es solo un oficial, pero su sentido estético es genuino. No es incompetente como samurái y, llegado el momento, tiene el valor de desafiar a la muerte como emisario. Su único defecto era que, incluso en un apuro, sus ojos siempre se fijaban en los utensilios del té.
Su señor era Oda Nobunaga. Este hombre era único entre los señores feudales beligerantes: era excelente en política económica, fuerte en la guerra y empleaba a personas sin importar su origen, siempre que fueran capaces. También era un hombre culto, con un agudo sentido de la cultura, y tenía la sensibilidad necesaria para comprender la belleza de los países extranjeros transmitida por los comerciantes y misioneros occidentales.
Sin embargo, también era conocido por su personalidad cáustica, que destruía a conciencia a los poderes religiosos rivales y exiliaba sin piedad a los subordinados incompetentes, y tenía una personalidad compleja y fascinante que se podría comparar con la del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico II, descrito por el historiador de la civilización Burckhardt como el “primer hombre moderno”.
Por cierto, esta persona es conocida por los aficionados a los videojuegos de Asia Oriental como el protagonista de Nobunaga no Yabō (La Ambición de Nobunaga).
El objetivo de Nobunaga era reunificar un Japón dividido, pero fue asesinado en un golpe de estado por su subordinado Akechi Mitsuhide. Toyotomi Hideyoshi, que también era su subordinado, sucedió a Nobunaga en el proyecto. Finalmente logró la unificación de Japón, tras lo cual la ceremonia del té disfrutó de su apogeo con el uso intensivo del estilo de Rikyū.
Hasta aquí hemos descrito el desarrollo de los hechos históricos, pero en Hyouge-mono el autor los amplía aún más haciendo gala de su imaginación.
De hecho, fueron Hideyoshi y Rikyū quienes conspiraron para que Akechi Mitsuhide diera el golpe de estado. Hideyoshi había asesinado en secreto a Nobunaga con sus propias manos y detrás del complot había un enfrentamiento de gustos estéticos.
El mundo de belleza osada y suntuosa de Nobunaga era incompatible con el amor de Rikyū por el negro, la cima del minimalismo.
En los años ochenta, el colorido y la belleza del mundo de la moda se vieron conmocionados por la “ropa negra” procedente de Japón, como la de Comme des Garçons de Kawakubo Rei y Yōji Yamamoto. Esta estética negra formaba parte originalmente de la tradición cultural japonesa wabi-sabi, y Rikyū también era un hombre con esa sensibilidad.
Por eso planeó eliminar a Nobunaga, pero su sucesor, Hideyoshi, acabó heredando la brillante estética de Nobunaga. Hideyoshi se peleó con Rikyū y finalmente no tuvo más remedio que matarlo.
Furuta Oribe era la única persona que conocía el sufrimiento de Hideyoshi. Tras la muerte de Hideyoshi, Tokugawa Ieyasu se hizo con el poder y fue nombrado shogun por el Emperador. El periodo Sengoku había terminado y el mundo giraba completamente alrededor de los Tokugawa. Sin embargo, es en ese momento cuando Furuta Oribe, junto con un grupo muy reducido de amigos, urde una gran conspiración. Esto también ocurrió debido al conflicto con el sentido estético de los Tokugawa.
Un relato que resuena con la sensibilidad contemporánea
El término “hyouge-mono” se refiere a una persona con sentido del humor. Su humor no es tan simple como reírse de los demás de forma divertida, sino que significa un gusto complejo. De hecho, el periodo en el que Nobunaga y Hideyoshi estuvieron activos fue también el periodo en el que nació ese espíritu moderno del humor.
Nobunaga, por ejemplo, colocó una gran piedra en su castillo y ordenó a sus hombres adorarla como si fuera él. El propio Nobunaga debió aguantarse la risa mientras observaba a sus hombres adorar la piedra con rostros serios.
Rikyū también escribió a un discípulo que le había enviado carne para consolarlo, pidiéndole que le enviara plata en lugar de pollo, a lo que señala el historiador Hongō Kazuto que habría sido un humor exclusivo de los maestros.
Furuta Oribe, el personaje de Hyouge-mono, también era amante de esas complejas sensibilidades humorísticas. Sin embargo, la era de los Estados Guerreros, en la que las personas con personalidades fuertes podían expresarse libremente, había terminado, y había llegado la era del serio y orientado a la estabilidad Tokugawa Ieyasu. En medio de estas olas, Furuta Oribe utilizó su vida misma para expresar su sentido de la belleza al final de su vida. La historia se cierra dejando una obra maestra de toda su vida.
El régimen Tokugawa, que estableció su capital en Edo (actual Tokio), reguló los intercambios con el extranjero y la innovación. La mentalidad del “culto a la imperfección” pasó a la historia y, de todos modos, en el mundo se hacía hincapié en lo “bien formado”. A cambio de la innovación, sin embargo, la sociedad japonesa consiguió estabilidad y 200 años de paz hasta 1853, cuando llegó Perry, comandante en jefe de la Flota de las Indias Orientales de Estados Unidos, y exigió la apertura del país.
En el mundo contemporáneo real, la estabilidad del siglo XX es ya un pasado lejano. Vivimos en un mundo turbulento, por así decirlo, como el “periodo de Estados Guerreros”. En una época así, el hecho de que la historia de Furuta Oribe, que vivió una interesante vida en el periodo Sengoku, sea amada por la gente es también una coincidencia curiosa.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Hyouge-mono, que también tiene un diseño exclusivo en la edición de volúmenes tankōbon que consta de 25 tomos, se publicó por entregas en la revista Morning de la editorial Kōdansha de 2005 a 2017. También se adaptó como serie de animación para NHK-BS de 2011 a 2012. Fotografía de la redacción de nippon.com)