Japoneses que aspiran al oro olímpico
Aspirantes al oro olímpico: Fumita Ken’ichirō, una gran esperanza en una difícil disciplina
Tokio 2020 Deporte- English
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Oro mundial 34 años después
Fumita Ken’ichirō se inició en la lucha divirtiéndose con su padre, un exluchador y entrenador. Su talento quedó de manifiesto cuando comenzó a luchar “en serio”, siendo ya alumno de secundaria. Después de destacarse ganando torneos nacionales, ingresó en la universidad, donde su progresión se hizo todavía más rápida. En el tercer curso era ya campeón nacional y al año siguiente, en 2017, obtuvo el oro en el Campeonato Mundial.
En la lucha olímpica hay dos disciplinas: la lucha libre, en la que se utiliza todo el cuerpo, y la grecorromana, en la que se prohíbe utilizar la mitad inferior y atacar esa parte de la anatomía del adversario. Fumita ha llegado a lo más alto en la segunda, que es precisamente la que más se les resiste a los japoneses. Su oro mundial llegó 34 años después del último obtenido por un japonés, siendo además el luchador de esta nacionalidad más joven en conseguirlo.
En 2018 Fumita se lesionó y se perdió el campeonato mundial, pero en 2019 volvió a ser incluido en el equipo japonés y a obtener el metal más preciado. En estos Juegos Olímpicos, Fumita es sin duda una de las grandes esperanzas de Japón.
Si este palmarés deportivo lo acredita como uno de los grandes aspirantes al oro olímpico, es sin duda su técnica del sorinage (suplex) lo que marca la diferencia con el resto. Aunque su adversario sea un extranjero de poderoso torso, Fumita se las arregla para agarrarlo y lanzarlo por los aires hacia atrás, arqueando espectacularmente la espalda, algo que solo puede lograrse con mucha flexibilidad y una técnica muy depurada. La agudeza de su mirada, que se anticipa a cualquier acción de su oponente, y la vehemencia de que hace gala a lo largo del combate revelan unas cualidades fuera de lo común.
La otra cara de Fumita: un gran aficionado a los gatos
Pero fuera del tapiz de 12 x 12 metros, su semblante cambia. Tras ganar el Campeonato Mundial en 2017, lo primero que hizo fue un viaje en solitario por dos islas de la prefectura de Fukuoka, ambas llamadas Ainoshima, si bien se escriben con diferentes ideogramas, y ambas famosas por la gran cantidad de gatos que viven en ellas.
“Me compré una cámara réflex para sacar buenas fotos de gatos”, dice. Los días festivos, se da un respiro visitando algún nekokafe (cafeterías en las que se disfruta de la compañía de gatos). Cuando habla de estos animales se dibuja en su boca una suave sonrisa y en su rostro no queda ni rastro de la fiereza que muestra sobre el tapiz. Sus continuas salidas al extranjero para competir y las concentraciones que debe hacer a lo largo del año le impiden criar gatos en su casa, pero su preferencia por estos felinos es de sobra conocida.
En todo caso, Fumita no se desconcentra y sabe muy bien hacia dónde va. En su punto de mira no hay otra cosa que el oro olímpico. Y estos van a ser sus juegos.
Margen de mejora
En el último campeonato japonés, disputado en diciembre del año pasado, Fumita prefirió no hacer demasiado uso del sorinage. Valiéndose de otras técnicas, consiguió alzarse con el triunfo final. Llevó adelante esta estrategia a sabiendas de que sus técnicas serían objeto de análisis, pero el resultado fue satisfactorio.
“Estaba tratando de conseguir más variedad en el ataque y creo que he empezado a lograrlo”, explicó. Y concluye: “Todavía tengo margen de mejora”.
Ganar el oro en los juegos no es su único objetivo. Tiene una conciencia muy clara de todas las esperanzas que se depositan en su persona. “Me gustaría contribuir a levantar la lucha en Japón”, dice.
Para poder ir a buscar a sus queridos gatos con su mejor sonrisa, para convertirse en el as de la lucha japonesa, Fumita Ken´ichirō sabe que en la gran cita olímpica su lugar está en el centro del podio.
Fotografía del encabezado: Fumita destaca sobre todo por la flexibilidad de su espalda, que arquea para lanzar al contrincante de forma muy efectiva. En la fotografía, Fumita en un ataque sobre Suzuki Ayata (arriba), uno de sus rivales durante el Campeonato de Japón, el 20 de diciembre de 2020 en el Gimnasio de Komazawa, Tokio. (Jiji Press)