Adultos que no siguen al rebaño: Sakamoto Junji habla de su película ‘Ichido mo uttemasen’
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Ichikawa Shin, escritor sin éxito de novelas de género hard-boiled pasadas de moda, tiene una cara oculta: la de asesino legendario. Y sin embargo, lo cierto es que jamás ha matado a nadie. Siempre que su viejo amigo Ishida (Kishibe Ittoku) le lleva un encargo, Ichikawa confía para completarlo en Imanishi (Tsumabuki Satoshi), empleado de una ferretería; él simplemente se encarga de investigar los movimientos del objetivo. Un buen día un asesino a sueldo de origen chino ataca a Ishida y el propio Ichikawa queda en peligro; al mismo tiempo, su esposa Yayoi (Ōkusu Michiyo) sospecha que Ichikawa le es infiel con Hikaru (Momoi Kaori), una antigua actriz de musicales...
La película Ichido mo uttemasen cuenta con un elenco lleno de talento, con grandes artistas que han sostenido durante años la industria del cine japonés, desde el propio Ishibashi Renji en el papel protagonista a actores de la talla de Ōkusu Michiyo, Kishibe Ittoku, Momoi Kaori, Satō Kōichi o Tsumabuki Satoshi. Todos ellos forman parte de la red de actores que trabajaron en su día con Harada Yoshio, un maestro de la actuación que pasó a mejor vida en 2011 y a quien el propio Sakamoto dirigió en su última película: Ōshikamura sōdōki (distribuida en Occidente como Someday).
Una comedia basada en el encanto del Ishibashi Renji
——Cuéntenos cómo comenzó el proyecto.
“Este proyecto cuenta con Ishibashi Renji. Yo siempre empiezo los proyectos pensando con quién quiero rodar. En esta ocasión, cuando me planteaba a quién quería ver actuando, me vinieron a la mente las caras de la generación de Renji. Hoy día son pocos los actores que puedan ‘tomarse en serio la diversión’. Al darle a él el papel principal estaba convencido de que todavía podría hacer muchas cosas interesantes. Mi objetivo era que se divirtiera en medio de toda esa ficción”.
——Se podría decir que el elenco fue posible porque usted era el director, ¿no?
“Todos ellos se solían reunirse en casa de Harada Yoshio, pero también me conocen bien y yo conozco las manías de cada uno. Creo que pudimos hacer la película precisamente porque teníamos una relación excelente. Quizá los propios actores sintieran mucha ilusión ante la idea de poder actuar con Renji y aprender unos de otros, sin dejar de prestar atención”.
——Este guion lo escribió Maruyama Shōichi, famoso por Tantei monogatari. ¿A qué puntos dedicó una atención especial, a la hora de preparar la producción?
“Hace unos cinco años nos encontramos en una reunión para otro proyecto. Le dije que quería trabajar con Renji, y Maruyama me contestó con un argumento: ‘Es un asesino legendario, pero nunca le ha disparado a nadie’. Al escucharlo, me pareció muy interesante. Al contar con Renji como protagonista uno puede tener la imagen de que va a ser una historia seria, pero si resaltábamos esa cualidad graciosa que tiene el proyecto entero tomaría la forma de una comedia. Aunque mi intención al hacer esa comedia no era contar algo con gestos histriónicos y chistes, sino una historia en la que más te ríes cuanto más trata el protagonista de hacer ver que es un tipo duro”.
El significado de la improvisación en el cine
——¿Sintió en algún momento que las imágenes iban más allá de lo imaginado, al rodar?
“Da la sensación de que varias escenas están improvisadas, ¿verdad? Pero lo cierto es que siguen con bastante fidelidad el guion, y solo hay diferencias pequeñas en la actuación. Ese grupo de actores saben improvisar de verdad; son gente que ha vivido rompiendo barreras en sus propias vidas. Si trabajas con actores de una generación anterior a la tuya, incluso aunque lleves décadas dirigiendo películas, logras una perspectiva nueva respecto a si la forma de actuar que has aprendido llega o no al público, o si las palabras que has elegido son adecuadas. Yo mismo quería que jugaran de esa manera, para este proyecto. Por eso no quería que me vieran como uno más del grupo, mientras lo rodaba. Pero por otro lado también sentía la necesidad de conseguir que la película tuviera una buena forma. Las escenas en las que chocan Momoi y Ōkusu también fueron posibles porque se conocen bien y pueden subir la tensión. Se trata de una película que no habría sido posible de no haber existido este grupo”.
——¿Qué opinión le merecen las improvisaciones de los actores?
“Aunque la improvisación pueda generar risas, a menudo crea problemas para la continuidad, al editar. Los actores con experiencia comprenden que las películas no solo se ruedan, sino también se montan. Tienen una clara conciencia sobre cuándo frenar, es decir, cuánta libertad está permitida, hasta dónde hacer para que la escena no quede a un nivel diferente. Lo importante es la interpretación del papel; las partes interesantes que se hacen siguiendo el guion siempre quedan interesantes. Creo que los buenos actores también son conscientes de esto, cuando improvisan”.
——¿Hay improvisaciones que el director puede tolerar y otras que no?
“Hay actores que siguen el guion en los ensayos, pero luego quieren agregar algo a los diálogos de una escena y de pronto tratan de dirigir la producción, pero eso es algo que yo nunca permito. Sobre el escenario uno actúa ante sus compañeros, y debe mostrar cortesía hacia ellos. Satō Kōichi, por ejemplo, me decía a veces: ‘Esto no está en el guion, pero quiero que lo veas una vez antes de decidir’. Este era un proyecto colaborativo, y como él seguía los pasos para presentar la idea yo la escuchaba, y si me parecía graciosa la incorporaba a la escena; pero a la hora del rodaje no acepto que nadie haga eso, sin avisar”.
——También se suele decir que la película pertenece al director y el teatro a los actores.
“En el caso del teatro, hay muchos días en que un guionista no ve la obra. Una vez escribí un guion para un teatro de Shinbashi Enbujō. Los actores eran Fujiyama Naomi, Nakamura Kankurō y Emoto Akira. Al principio el guion se seguía a rajatabla, pero cuando fui a ver la última sesión, dos semanas después del estreno, vi que el contenido había cambiado por completo. Si actúas de la misma forma todos los días, se convierte en un acto racional. Para poder mantener una sensación fresca sobre la actuación es necesario cambiar ciertas cosas, poco a poco. Es algo que ya había oído, pero fue en esa ocasión cuando me di cuenta de verdad”.
——¿Sabían los actores que usted estaba entre el público?
“No. No fue hasta que el productor me llamó: ‘Es la última sesión, así que sube al escenario tú también, Sakamoto’. Cuando subí al escenario todos los actores estaban sorprendidos: ‘¿Eh? ¿Estabas aquí?’ Me pareció un poco irrespetuoso (risas). Pero lo cierto es que yo, por mucho que supiera escribir guiones de cine, era un novato total en lo que al teatro se refería. Es algo relacionado con el significado de ‘lo cinematográfico’. Cada persona que va al cine busca algo diferente; por eso trato de crear ‘lo cinematográfico’ en base a lo que creo. En ese sentido, ahora hablamos de personas que han vivido toda su vida en el mundo del cine. Simplemente por el hecho de estar ahí ya eran cinematográficos”.
¡Jóvenes, no sigáis al rebaño, abrid los ojos al mundo!
——Los artistas jóvenes y de nivel medio probablemente habrán aprendido mucho, subidos a hombros de los actores más veteranos, capaces de hacer cine simplemente con su aparición en pantalla.
“Creo que hay muchos actores jóvenes que tienden a seguir al rebaño con facilidad, hoy día. A veces puede ser útil salir a beber con amigos, para prepararse para un papel, pero es importante dejarlo hecho antes de que empiece el rodaje (risas). Yo dudo de que haya realmente algo bueno en ese rebaño social. Para la película resulta mucho mejor que el actor se meta en el personaje y actúe ante la cámara, en lugar de andar interactuando en la vida real. Los actores que se reunían en casa de Harada Yoshio no dan la más mínima impresión de necesitar esa interacción; siempre mantienen una cierta distancia. Sin embargo, cuando deben luchar juntos sí que se dan la mano. Cada uno posee su propia opinión, su propia interpretación del papel, y se escuchan unos a otros, como si cada uno fuera fertilizando así su propia mente. Se trata de una relación muy constructiva, sin importar cuántas veces se repita la situación. Como si la vida misma se hubiera convertido en el sustento de los actores”.
——Usted ha filmado en Corea del Sur, Tailandia, Rusia, Estados Unidos y Cuba; Ichido mo uttemasen es una obra realizada con artistas que lo conocen bien, una producción casi contraria a las anteriores. ¿Cuál ha sido la mayor diferencia respecto a las producciones realizadas en el extranjero?
“Dado que cuando trabajo con actores de otras nacionalidades debemos usar intérpretes se pierde cierto tiempo al traducir; no me gusta nada que se pierda con él esa temperatura corporal que sube al rodar. La mayor diferencia es el hecho de poder conectar o no directamente con los actores. ¿Por qué dirijo películas en el extranjero, a pesar de eso? Todo se reduce a un deseo de intentar comunicar por medio de ciertos puntos mediante los cuales las culturas no se comunican. Resulta muy emocionante esa lucha durante la cual tratamos de encontrar algo en el otro. Lo complicado es que debo juzgar todo simplemente por la expresión del actor. Sufro por estas decisiones, que en circunstancias normales no necesitaría tomar, pero gracias a ello he podido conocer Cuba, un lugar al que quizá nunca habría ido. Conocer el mundo haciendo cine es algo muy interesante”.
Imágenes: Hanai Tomoko
Entrevista y redacción: Watanabe Reiko
Información de la película
- Reparto: Ishibashi Renji, Ōkusu Michiyo, Kishibe Ittoku, Momoi Kaori, Satō Kōichi, Toyokawa Etsushi, Eguchi Yōsuke, Tsumabuki Satoshi, Shinzaki Jinsei, Inoue Mao
- Dirección: Sakamoto Junji
- Guion: Maruyama Shōichi
- Producción: Kinoshita Group
- Distribución: Kino Films
- Año: 2019
- País: Japón
- Duración: 100 minutos
- Página web oficial (en japonés): http://eiga-ichidomo.com/
- Estreno en cines de todo el país el 3 de julio (viernes)