Tarō no baka, un antihéroe para la nueva época
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En septiembre de 2019 se estrenó en Japón la película Tarō no baka (El tonto de Tarō, dirigida por Ōmori Tatsushi), cuyo protagonista es un joven de quince años sin registro de familia, quien jamás ha pisado una escuela. En Japón, si no estás oficialmente registrado, tu nombre no es más que una etiqueta. La película narra el día a día de Tarō y dos amigos estudiantes de instituto; sus días pasan sin futuro, como hierba sin raíces.
En Japón se han dado casos de personas que no figuran en los registros oficiales desde la recuperación económica de la posguerra, a través del periodo de rápido crecimiento económico e incluso hasta el periodo posterior de estabilidad y prosperidad. Si una madre, por algún motivo, no notifica el nacimiento de su hijo a las autoridades, este pasa a ser un niño sin registro familiar. El Ministerio de Justicia estima en sus recuentos más recientes de personas en esta situación que la cifra se halla por encima de las 700, pero según algunos expertos el número real podría superar las 10.000.
Es por eso que la ambientación de esta historia no se aparta en ningún momento de la realidad. Sin embargo resulta complicado encontrar a un actor adecuado para el papel de Tarō, un tipo de persona que uno se podría encontrar en alguna parte, pero no en cualquiera. Es de suponer que esa fue la primera duda que asaltó a Ōmori a la hora de convertir su guion en una película. Tras más de 300 audiciones a jóvenes actores ninguno de ellos convencía al director, hasta que encontró por casualidad la página de Instagram de YOSHI, alguien sin experiencia ninguna ante las cámaras. Tenía 15 años cuando comenzó el rodaje.
“La escuela… a mí tampoco me gusta, la verdad. Mis compañeros de clase y yo no hablamos de las mismas cosas, y no he podido intimar con nadie. Yo me muevo por instinto, y cuando no le veo el sentido a algo no me gusta hacerlo. Cuando me di cuenta de esto empecé a tratarme más con adultos. Como tenía interés en la ropa, conocí a algunos gracias al mundo de la moda”.
Por medio de la influencia de sus amigos mayores YOSHI comenzó a usar Instagram, y a asistir a fiestas relacionadas con la moda. Un suceso decisivo, relacionado con sus actividades actuales, se dio en 2016, cuando YOSHI tenía 13 años. Acudió a la fiesta de presentación de Off White, una nueva marca de moda callejera, con uno de sus productos de éxito, el llamado “Industrial belt” (cinturón industrial) anudado al cuello; el propio diseñador, Virgil Abloh, quedó encantado con él. Abloh, que ha llegado a ejercer como director artístico para la línea masculina de Louis Vuitton, es una figura altamente influyente en el mundo de la moda, y con una fotografía de los dos que subió YOSHI a su cuenta de Instagram llegó a millones de personas de todo el mundo.
“Me hicieron una entrevista en calidad de completo desconocido, me sacaron fotos y, para cuando me di cuenta, ya había entrado en el mundo de la moda. En esa época me presentaron simplemente como un chico al que le gustaba la moda. Fui simplemente el foco de atención; tampoco es que fuera modelo ni nada determinado. Yo mismo no me creía nadie especial. No tenía ni idea de lo que iba a suceder en el futuro, pero pude sentir que había encontrado mi lugar, y sentí que quería hacerme famoso”.
Posteriormente comenzó a trabajar en el mundo de la moda, no solo como modelo en eventos fotográficos para marcas famosas, sino en un campo más amplio, que abarca desde el arte hasta el diseño de conjuntos. A comienzos de 2019 se embarcó en su primer proyecto musical, cuya portada de disco diseñó él mismo.
-Desde el año pasado hasta este parece haber trabajado seriamente en muchas áreas: cine, música…
“El tema de la música comenzó porque asistí al rodaje del vídeo musical de un amigo, empecé a cantar junto a la cabina del DJ y el productor me dijo que lo hacía bien. Es todo una cuestión del momento correcto. En mi vida se dan muchos milagros”.
-¿Cómo fue el rodaje de la película?
“Era mi primera experiencia como actor, así que hasta que me acostumbré a hacerlo bien en la primera toma estuve bastante nervioso. Dudaba de lo que pasaría el mes siguiente, si la película no me iba bien. Pero tras probarlo me di cuenta de que no tenía problemas para actuar. En un rodaje puede haber treinta o cuarenta personas, entre equipo y actores, que se unen como si fueran una sola. Cuando lo comprendí pude relajarme, y el rodaje continuó como una seda (risas)”.
Fuerza para respetarse a sí mismo
-¿No siente miedo a veces?
“En parte sí me preocupo (risas), pero siempre pienso positivamente, y no suelo sentir miedo de nada. No siento vergüenza, y quizá ese sea uno de mis puntos fuertes. Ni siquiera en mi relación con el director me preocupo por la diferencia de edad. Ahora mismo hablo en lenguaje honorífico, pero no quiero que mi respeto venga de algo tan superficial, sino del interior, de corazón a corazón”.
-¿No cambia nunca de actitud, hable con quien hable?
“Normalmente, si uno se encuentra con alguna persona importante, suele saludarlo con educación y voz suave, ¿no? Hacer eso me parece de mal gusto. Yo saludo siempre con un “Ah, hola”. Da igual que sea un político o quien sea, solo pienso si es alguien con quien me quiera llevar bien y hablar. Me pregunto simplemente qué estará pensando. ¿No es algo maravilloso, si podemos entendernos así? Conocer a gente es algo estupendo. De cualquier modo, creo que tengo una excelente capacidad de comunicación (risas). Creo que es la parte de mí mismo en la que tengo más confianza”.
-Hay muchas personas en el mundo que no tienen confianza…
“Me gusto, simplemente, y siento confianza. Esa confianza no es sinónimo de narcisismo, sino de respeto a uno mismo. Por eso, si me preguntan a quién respeto, no hablo de gente como Michael Jackson, o alguien así. Me respeto más que a nadie, y me gusta pensar qué tipo de persona soy en realidad”.
-¿Hasta qué punto se conoce a sí mismo?
“Aún no lo sé. No se puede uno conocer por completo, y creo que está bien así. Qué aburrido sería llegar a ese punto final, ¿no? Me da la impresión de que el yo consiste en seguir buscándolo eternamente”.
-Se dedica a muchas cosas; ¿qué es lo que más desea hacer?
“Cine, música, exposiciones de arte… hay muchas cosas, pero creo que lo que más deseo es expresar toda mi persona a través de todas ellas, y que otros me conozcan así. Es decir, que todo se reduce a querer expresar algo que llevo en mi interior. No sé qué es ese ‘algo’, pero de momento lo que quiero es intentar cosas que no haya hecho hasta ahora. Quiero avanzar dando el cien por cien de mí mismo a todo lo que hago, y si lo consigo será algo fantástico, ¿no cree? Me gustaría crear un nuevo modelo de vida, del que se pueda decir ‘¿De verdad existe alguien así?’”
El trabajo con el que más se entusiasma
-¿Tiene alguna idea concreta sobre ese nuevo modelo del que habla?
“Crear un modelo libre y original, incluso a mí me parece lo más difícil… Como los Beatles, por ejemplo. Siempre estaban probando cosas nuevas, y se movían un paso por delante de todos los demás. En una sociedad tan estamental como la británica pudieron visitar el palacio de Buckingham sin importar su posición, fueron condecorados, y al parecer dijeron de la reina que era una ‘abuela simpática’. Eran ellos mismos en cualquier lugar al que fueran. Eso también es algo que me atrae”.
-¿Lo inspiran personas como David Bowie o Sid Vicious (Sex Pistols)?
“Me gusta la gente que vivió en otras épocas. Quizá mi corazón tenga una vena clásica. Me gustan la cultura y la forma de pensar que ya no se encuentran en los jóvenes de ahora. Creo que tienen una profundidad diferente. Las personas de esta época ven las cosas con simplicidad, y las juzgan de igual manera. No saben lo que es meterse de lleno en algo. Se esfuerzan en su trabajo, pero no en sus aficiones e intereses. Me parece algo muy aburrido. Yo quiero poner toda la carne en el asador”.
-El Tarō de la película es alguien que, cuando aumenta la tensión, se abre paso rompiéndolo todo; ¿es usted así?
“En parte me parezco, sí. Pero Tarō es muy solitario, y su corazón está lleno de tinieblas. Creo que yo no soy tan oscuro (risas), aunque tengo una parte algo loca… como él, yo vivo emocionalmente, con energía. Cuando trabajo, cualquier cosa me entusiasma. Como ahora, durante la entrevista. Hacer mi trabajo me llena de orgullo. Poder expresarme a mí mismo es lo que me resulta más divertido”.
-El estreno de la película le reportará una gran atención; ¿qué planes tiene ahora?
“Quiero ir diciendo cosas nuevas. La vida es una obra de arte, en cierto modo, y todo se trata de qué podemos pintar en ese lienzo. Quiero hacerme más famoso y dejar constancia de mi paso por esta época. También quiero ganar dinero. En suma, lo que me gusta es la materia de la que están hechas las aventuras de los hombres. Parece que las personas de mi generación no tienen mucho interés por ese tipo de cosas. Yo creo que carecer de sueños en este mundo en que vivimos es muy aburrido. ¡Por eso quiero vivir mi vida al máximo!”
Imágenes de la entrevista: Hanai Tomoko
Entrevista y texto: Matsumoto Takuya (sección multilingüe de Nippon.com)