‘Umi no chinmoku’: tres maestros en una única película
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Umi no chinmoku (El silencio del mar) cuenta la historia de un pintor de gran talento que desaparece misteriosamente de la escena pública tras cierto incidente. La película va revelando sus sentimientos ocultos, su obsesión por la belleza y el arte, y un “pasado que no puede olvidar”. A este protagonista da vida el famoso Motoki Masahiro, de fama internacional por su papel en Okuribito (Despedidas; 2008), cinta que recibió un premio Oscar a la Mejor Película en Lengua no Inglesa. La película fue rodada en Tokio, Kioto y Hokkaidō, prefectura que durante mucho tiempo ha sido escenario de las obras de Kuramoto. La ciudad de Otaru, bordeada por un canal, sirve de telón de fondo para describir un “amor y una belleza supremos”, como solo Kuramoto Sō puede narrar.
En el lugar de exposición del pintor de fama mundial Tamura Shūzō (Ishizaka Kōji), se revela que una de sus obras es una falsificación. A medida que las noticias diarias se van calentando al respecto, en Hokkaidō se descubre el cadáver de una mujer con tatuajes por todo el cuerpo. Entre estos dos incidentes, se descubre que Tsuyama Ryūji (Motoki Masahiro), antaño conocido como futuro genio de la pintura, ha desaparecido de la escena pública tras cierto incidente. Su antigua novia y actual esposa de Tamura, Anna (Koizumi Kyōko), viaja a Hokkaidō sin avisar a su marido, y se reencuentra en Otaru con Ryūji, alguien a quien no esperaba volver a ver y que resulta estar enfermo. ¿Qué pintará y en qué pensará en los pocos días que le quedan?
Elegido por el maestro para dirigir la película
Kuramoto Sō, quien pronto cumplirá 90 años, es un importante guionista que ha pasado décadas en la vanguardia del cine y la televisión desde que comenzara a trabajar, en los sesenta, y dominó el arte del guion en la década de los noventa con series de éxito como Kita no kuni kara (Desde un país del norte). Kuramoto había escrito una nueva película, y cualquier director se habría sentido emocionado o nervioso ante la oportunidad de dirigirla. Y sin embargo, la reacción de Wakamatsu Setsurō fue más bien sosegada.
“Por supuesto, yo admiro mucho a Kuramoto. Tuve la oportunidad de trabajar con él una vez, hace unos veinte años. Me habían dicho que resultaba difícil colaborar con él, pero a mí no me dijo nada en especial. Desde entonces han pasado ya muchos años, y cuando me llegó la oferta de dirigir esta película no pude evitar sorprenderme un poco, y preguntarme por qué me elegía a mí”.
La impresión al leer el primer borrador fue, cuenta Wakamatsu, que el maestro estaba realizando una fuerte apuesta. En aquella historia no se sentía la visión del mundo por la que era conocido Kuramoto.
“No era un himno a la humanidad, sobre un padre y su hijo, con una magnífica naturaleza como telón de fondo, como es típico de Kuramoto, ni tampoco un drama de sentimientos sobre gente torpe de los barrios populares de Tokio. El tema principal de la película es una pregunta: qué es la belleza. Me negué, porque pensé que mi sensibilidad no estaría a la altura”.
Pero Kuramoto le pidió en persona que acudiera de todas formas a Furano, donde él estaba. Wakamatsu pensó que si iba no tendría más remedio que aceptar el proyecto, pero fue a ver al guionista. Kuramoto le dijo, entre caladas a su cigarrillo: “¿Qué tengo que hacer para que aceptes dirigir esta película?”
“Me armé de valor y le expuse mis pensamientos. ‘Si se trata de Motoki y Koizumi, está claro que tiene que ser una historia de amor. ¿Qué tal si contamos una historia de amor entre un hombre y una mujer a punto de cumplir los 60?’, le dije”.
Tras mucho debatir sobre el amor y la belleza, finalmente Kuramoto le preguntó si dirigiría una historia de amor, en caso de que la escribiera, y Wakamatsu prometió hacerlo.
La calidad de los guiones de Kuramoto Sō
A Wakamatsu, que siempre ha admirado los guiones de este autor, le gusta especialmente “esa rebelión contra la sociedad que hierve a fuego lento en el interior de Kuramoto”; al parecer el director pudo sentir claramente esa ‘chispa de ira ardiente’ en la versión definitiva de Umi no chinmoku.
Buen ejemplo es cuando Suiken (Nakai Kiichi), un hombre misterioso que actúa como mayordomo de Ryūji, tiene que hablar directamente con Tamura, persona de mucho peso en el mundo del arte. “La ira que Ryūji y Suiken sienten hacia Tamura es algo con lo que el propio Kuramoto tiene que lidiar en su propia vida”, afirma Wakamatsu.
La imagen del “gran maestro”, tan común entre la opinión pública, no es correcta
“Sin duda es un gran maestro, pero hay muchos aspectos de él que me hacen preguntarme por qué es tan amable. Había ciertas frases que simplemente no me cuadraban, y cuando las comenté con él, las reescribió de forma brillante. En concreto, una escena en la que Suiken y Ryūji hablan en una habitación de hospital. Ahí metió un episodio de Van Gogh, y la relación entre ambos hombres, el que ayuda y el que es ayudado, se hizo visible de modo maravilloso. Me impresionó mucho”.
Los guiones de Kuramoto están escritos de forma muy estricta, desde el principio de la música hasta su final, sin mencionar las pausas entre las líneas de diálogo.
“El significado de las pausas de Kuramoto, su capacidad para expresar sentimientos con frases cortas y sencillas... En una sola palabra, como ‘sí’ o ‘ah’, nos damos cuenta de que en realidad está expresando un mundo bastante grande”.
Delegar: la clave del arte de la dirección
Está claro que Wakamatsu se granjeó la confianza del maestro porque le hablaba con franqueza. Esta actitud llana se refleja también en su comportamiento con todo el equipo. Durante el preestreno de la versión finalizada, Wakamatsu pronunció desde el escenario los nombres de todo su equipo y los presentó a la audiencia.
“Lo hice por gratitud hacia ellos, que siempre me apoyan. Para ser un buen director hay que creer en el equipo y delegar en él. Cuando se le pide a alguien que haga algo, esa persona se motiva y realiza el doble o el triple de esfuerzo. He podido ser director hasta esta edad porque puedo delegar en otras personas; de ese modo se pueden lograr cosas que uno no podría hacer solo, sin la ayuda de los demás”.
Wakamatsu ha trabajado en grandes producciones y se ha cruzado con grandes actores. Su método consiste en consultar siempre con ellos.
“Primero escucho atentamente lo que tienen que decir. Luego les digo: ‘De acuerdo. Voy a hacer caso a tres de tus argumentos; a cambio, quiero que sigas dos de los míos’, y normalmente llegamos a un acuerdo. En esta ocasión consulté con Motoki hasta que ambos quedamos satisfechos, antes de rodar, y le dejé todo lo demás a él. Luego lo hacía todo él solo. Incluso el momento en que Ryūji abre los ojos bajo el agua fue una sugerencia suya. Yo mismo no podría haber hecho semejante petición (risas)”.
En cuanto a Koizumi Kyōko, consiguió que ella lo entendiera simplemente mencionando el nombre de una gran actriz francesa del pasado: “Hazlo como Anouk Aimée, por favor”. Para Nakai solo tenía una orden: “Practica cómo cortar el pescado”.
“Incluso cuando estaba esperando su turno para rodar practicaba el corte silencioso del pescado. Creo que usó demasiadas platijas (risas)”.
No puedes rodar una buena escena sin gritar un buen “¡Acción!”
Precisamente gracias a contar con tantos veteranos en el rodaje Wakamatsu era capaz de dirigirlos de inmediato con una simple indicación. Es como dirigir una orquesta de músicos llenos de individualidad y talento.
“Aunque al mando del timón no haya más que un viejo como yo, el equipo mira en la misma dirección, y por eso se sienten todos a gusto. Los actores siempre observan al director con mucha atención. Por eso me abro a ellos y les dejo claro desde el principio qué tipo de persona soy. Si estoy contento, me río; si me aburro, pongo cara de asco. Para ellos es fácil entenderme porque soy como un niño. Así que si me ven preocupado, me preguntan si quiero que lo repitan. Si no hay problema, me acerco a ellos y les doy la mano con firmeza. Pero el “¡Acción!” para empezar a rodar solo puedo decirlo si me siento tan emocionado como el actor. Si no suelto bien ese grito no hay energía suficiente para conseguir una buena escena”.
Texto y fotografías: Watanabe Reiko.
Información de la película
- Reparto: Motoki Masahiro, Koizumi Kyōko, Shimizu Misa, Nakamura Tooru, Sugeno Megumi, Ishizaka Kōji, Hagiwara Masato, Murata Takehiro, Sano Shirō, Tanaka Ken, Mifune Mika, Tsukayama Masane, Nakai Kiichi
- Guion y obra original: Kuramoto Sō
- Dirección: Wakamatsu Setsurō
- Director de producción: Hikichi Katsuyuki
- Producción: Sano Tatsuharu (empresa: Inup)
- Distribución y publicidad: Happinet Phantom Studios
- País: Japón
- Año: 2024
- Duración: 118 minutos
- Página web oficial: https://happinet-phantom.com/uminochinmoku/
- Estrenada el 22 de noviembre de 2024 en Toho Cinema Hibiya y otras salas de todo el país.
Tráiler
(Artículo traducido al español del original en japonés.)