‘Bad City’, lo último de Ozawa Hitoshi: “La acción es la esencia del cine”
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40 años de papeles fuera de la ley
El actor estadounidense Tom Cruise es famoso, entre otras cosas, por no usar dobles para sus escenas de trepidante acción. Japón también cuenta con un actor que puede presumir de lo mismo: se trata de Ozawa Hitoshi, que llegó a este mundo dos semanas antes que Cruise.
El actor estadounidense saltó a la fama sobre todo por dos cintas de 1983, The Outsiders (Rebeldes) y Risky Business, mientras que Ozawa debutó con un personaje secundario en la serie de gran éxito Taiyō ni hoero! (¡Ládrale al sol!). Desde ese punto mantuvo una larga presencia en las pantallas, siempre haciendo de malo, en obras como Sukūru uōzu (Guerras de escuela) o Bī bappu haisukūru (Instituto be-bop), en una carrera sin respiros de ya cuarenta años, tanto en cine como en televisión. En todo ese tiempo casi no ha hecho otra cosa que dar vida a personas al margen de la ley.
“De joven hacía de estudiante delincuente. Luego hice de yakuza, de pandillero... no me he rehabilitado nada (risas). Así es más divertido. Si hubiera salido en una serie hogareña diciendo ‘Mamá, más comida’, me habría estresado un montón, habría acabado de los nervios, me habría ido a beber y terminado peleando con alguien. Pero en los rodajes no hago más que pelear, así que estoy satisfecho. La vida cotidiana es muy tranquila, en contraste. Yo me canso enseguida de las series, me hacen engordar. Por eso siempre les pido que me maten para el segundo episodio (risas)”.
Sin embargo los forajidos no tienen, normalmente, tanta presencia en la televisión o el cine común. Su principal campo de batalla sigue siendo el V-cinema (directo a vídeo). Una de sus series de películas más representativa, Nippon tōitsu (La Unificación de Japón), ha superado por sí sola los cincuenta títulos. Ozawa ha perdido la cuenta del número exacto de películas en las que ha trabajado, aunque sumando toda su producción audiovisual el total supera las quinientas obras.
Un juego de gachinko que rompe las reglas
De entre toda su producción, una de las obras que más poso ha dejado es la película Score, de 1995 (estrenada en 1996, y dirigida por Muroga Atsushi), en la que Ozawa también hizo las veces de productor. Pasado más de un cuarto de siglo desde entonces, Ozawa iba sintiendo cada vez con más fuerza el deseo de lanzar de nuevo un espectáculo tan gigantesco como aquel.
“Quería probar si aún contábamos con la fuerza necesaria para crear un milagro como aquel, si el cuerpo me aguantaría hasta el final. Porque este mundo es muy aburrido ahora. Hay que buscar la conformidad, la seguridad, no se puede hacer esto, no se puede hacer lo otro… Incluso cuando haces películas te ponen todo tipo de pegas”.
Así fue como nació Bad City, partiendo de una idea de Ozawa que se basaba en el concepto de no necesitar esa conformidad. Escribió él mismo el guion, y participó como productor ejecutivo.
La historia está ambientada en una ciudad portuaria donde la gente sufre mucha miseria y hay una violencia rampante. La mafia coreana asesina brutalmente al jefe, la familia y los miembros del Sakurada-gumi, un sindicato del crimen afincado en esta ciudad. El fiscal en jefe Hirayama (Katō Masaya) especula que detrás de este caso se encuentra Gojō Wataru (Lily Franky), el presidente del zaibatsu (conglomerado de negocios integrados verticalmente) Gojō. Este es un pez gordo del mundo del hampa, y pese a haber sido acusado en otro caso, logra ser absuelto y anuncia que se va a presentar a alcalde.
Hirayama convoca a Koizumi (Dan Mitsu), funcionaria de la Sección 0 de Seguridad Pública, y le ordena crear un equipo especial de investigación con detectives encargados de crímenes violentos. Torada (Ozawa Hitoshi) es nombrado jefe del grupo. Debido a cierto incidente, el exinspector de policía se halla en custodia en un centro de detención, pero hay razones por las que le otorgan la libertad condicional y lo ponen al mando de la operación. ¿Podrá desvelar el malvado plan de Gojō y enviarlo a prisión?
Dando vida a los mafiosos coreanos se encuentran actores como Katase Rino, que interpreta a la jefa, Yamaguchi Yoshiyuki y Motomiya Yasukaze, estrellas del V-cinema que ya aparecieran en la serie Nippon tōitsu, además de Tak∴ (Sakaguchi Taku), actor de películas de acción. La gran pelea que Ozawa y los suyos desarrollan contra más de cien enemigos es una verdadera secuencia de acción estilo gachinko (movimientos fuera de la coreografía ensayada, en lucha libre), sin efectos por computadora o dobles, algo muy raro hoy día.
“Normalmente la agencia se niega a este tipo de cosas. Dicen que hay que usar dobles, que si uno de los actores se hiere es un problema. Pero si lo hacemos así no podemos rodar una película como esta. La imagen la quita el aliento al espectador porque ve que es el propio actor quien está todo el tiempo peleando (aunque actúa, claro), en planos largos. Si usas dobles tienes que cortar los planos y montarlos después”.
El director de la película es Sonomura Kensuke, quien fuera director de escenas de acción en Baby walkure (2021), una película de gran éxito durante un periodo sorprendentemente largo en cartelera. En esta ocasión, por supuesto, también ha dirigido las escenas de acción.
“En su generación, el concepto de acción ha cambiado de forma dramática a raíz de que se creara el término mismo de ‘director de acción’. Antiguamente se trataba del tateshi, el maestro de la espada. Los planos los hacía el director con los camarógrafos, y el tateshi añadía los combates con espada. El director de acción ahora decide incluso qué planos se seleccionan. La presentación es diferente, e incluso la forma de practicar los combates es totalmente distinta. Era la primera vez que trabajaba así, y fue algo muy divertido. Me brillaban los ojos, como a un niño grande con un juguete nuevo. Una vez aprendes esa forma nueva de hacer las cosas, una vez tu cuerpo las ha asimilado por medio de ensayos, todo lo que resta es salir a escena y matarse (risas)”.
¿Cómo voy a ir al hospital por un simple hueso roto?
Sakanoue Akane da vida a la novata detective Nohara Megumi, un soplo de viento fresco en un mundo masculino de sudor y sangre. Sus escenas de acción tampoco las hizo una doble; pese a haberse lesionado durante los ensayos, salió adelante en escenas muy duras.
“Esta película ha sido posible porque todo el equipo y el reparto hicieron piña, y nos siguieron hasta el final. Si alguien trabajaba duro, eso contagiaba y motivaba a los demás. Incluso Sakanoue pasó por esa prueba de fuego: golpeada, pateada, cubierta de sangre… cada vez con mejor aspecto. Así se va reflejando la evolución de esa detective novata”.
Ozawa, no queriendo quedarse atrás, no se limita a golpear y patear: combate mano a mano como luchadores de artes marciales mixtas. Y no obstante lo que más entrenó para el rodaje fueron los “músculos de golpear”. Compró un saco de arena con forma humana y durante un año entero se dedicó a aprender a golpear”.
“De verdad, es algo importante. Si tienes un artista marcial ante ti sientes que te va a dar. En cámara puede parecer que vamos a golpearnos, pero como no lo hacemos de verdad, si no hacemos nada se nota mucho, no podemos lograr ese tipo de realidad. No quiero ser parte de ningún crimen, así que llevo décadas sin golpear de verdad (risas). Pero me di cuenta de que había sido buena idea prepararme. Cuando me ves golpeando desde atrás, en pantalla, parece que lo estoy haciendo de verdad (risas). Los puños se me habían endurecido y mis golpes eran más fuertes, así que cuando golpeé en la última escena me rompí la mano con mi propia fuerza. Todos dijeron que había sido un tonto (risas)”.
Ozawa dijo que no quería ir al hospital porque entonces habría que parar el rodaje. Hace tiempo que dejó de contar, pero dice que se ha roto algún hueso en rodaje más de cincuenta veces.
“Supongo que me habré roto algo diez veces más. Si ese hueso roto hubiera sido el número sesenta habría sido perfecto para mi sesenta cumpleaños…”
El maestro de la acción era Chaplin
Siendo estudiante de instituto tenía tal fuerza en los brazos que pensó ser jugador profesional de béisbol, pero dejó el club porque “tuve que partirle la cara a un compañero mayor que se estaba portando como un idiota”. Solía saltarse las clases e ir a Ikebukuro o Shinjuku (barrios de Tokio) a ver películas.
“Recuerdo que cuando estaba en tercero de primaria vi por primera vez The Gold Rush (La Fiebre del oro, 1925), de Chaplin. A veces nos preguntan qué nos hizo querer ser actores, ¿verdad? No suelo contarlo, pero Chaplin siempre ha estado en mi corazón. Robert Downey Jr. interpretó a Chaplin en Charlie (1993), y se rompió la pierna dos veces en una escena en la que tropezaba. Así de bueno era Chaplin”.
“Usaba su cuerpo para hacer reír a la gente. Por eso yo también quise usar mi cuerpo para impresionarlos. Las películas de Chaplin tienen partes que te hacen llorar, que son dramáticas, pero al final son películas de acción. Hace mucho tiempo, cuando le conté estas cosas al director Ōbayashi Nobuhiko, me dijo que era cierto, que la acción es la base de toda película. Pero lo cierto es que yo no hago cine porque quiera hacer acción, sino porque quiero impresionar al espectador. Así que aunque tengamos presupuesto y dobles, yo hago mis propias escenas”.
En la película no faltan ese tipo de asombrosas heroicidades, incluyendo un episodio en el que el equipo se alojó en la famosa Smoky Mountain de Filipinas para rodar.
“Me encantan esas sensaciones excitantes. Japón es tibio, aburrido. Por eso decidí hacer las cosas por mí mismo. Para esta película escribí el guion, reuní el dinero, actué… si lo hubiera planificado otra persona, ¿crees que me habrían dejado hacer este papel después de haber cumplido los sesenta? Ni locos. Me habrían dicho que no, que si me rompía algo sería un desastre. Y eso quería decir que tenía que hacerlo yo, por mi cuenta. Justo estaba pensando en esto, después de terminar un rodaje, cuando vi un concierto de Yazawa Eikichi en WOWOW (plataforma de vídeo). Una gira de treinta y una actuaciones, con setenta y dos años. Me pareció un tipo impresionante, pero… él se produce a sí mismo, toca sus canciones y gestiona su dinero. Por eso puede hacer treinta y un conciertos a los setenta y dos años. Entonces comprendí que tenía que hacer las cosas por mí mismo”.
Pensaba que Ozawa había declarado su intención de seguir actuando en películas de acción tras cumplir los sesenta, pero al final de nuestra entrevista me sorprendió diciendo:
“Con esta película mi carrera como actor llega a su fin, y aunque volveré a hacer cosas quizá me queden unos diez años en la industria; de modo que a partir de ahora voy a disfrutar mi vida. Quiero hacerme arqueólogo. Estoy estudiando seriamente, de verdad. He sido actor durante cuarenta años, y trabajado duramente hasta los sesenta. Mi sueño es poder escribir ‘académico’ en la casilla de ocupación cuando viajo a otro país (risas). Ya basta de escribir ‘actor’. Un funcionario de inmigración me preguntó qué tipo de películas hacía, y cuando le dije que eran películas de yakuza me llevaron a una sala y ¡ay! (risas) me registraron todo el cuerpo. ¡Eh! ¡Que solo son películas!”
Imágenes de la entrevista: Hanai Tomoko.
Texto: Matsumoto Takuya (Nippon.com)
Información de la película
- Reparto: Ozawa Hitoshi, Sakanoue Akane, Katsuya, Mimoto Masanori, Nakano Hideo, Ozawa Kazuyoshi, Nagakura Daisuke, Yamaguchi Yoshiyuki, Motomiya Yasukaze, Namioka Kazuki, Tak∴, Mitsu Dan, Katō Masaya, Katase Rino, Lily Franky
- Producción ejecutiva / guion: Ozawa
- Dirección / dirección de acción: Sonomura Kensuke
- Tema principal: “Kowamote”, de Crazy Ken Band (Doublejoy International / Universal Sigma)
- Producción: Solid Feature
- Distribución / publicidad: Shibuya Production
- Año: 2022
- País: Japón
- Duración: 117 minutos
- Página web oficial (en japonés): badcity2022.com
- Desde el 20 de enero en Shinjuku Piccadilly y salas de todo el país