Arte y bienestar social: buscando soluciones a desafíos sociales
Explorando el potencial del arte para transformar la sociedad con el artista Hibino Katsuhiko
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Acabar con ideas preconcebidas permite adentrarse en nuevos territorios de expresión
“Hace unos 40 años, visité un museo especializado en arte marginal en Lausana, Suiza, en el que se exponen obras de personas con discapacidad que no han recibido educación artística formal. Quedé sumamente impresionado al verlas”.
Además de ser el rector de la Universidad de Artes de Tokio, Hibino Katsuhiko es un artista de renombre internacional. Se expresa trascendiendo géneros: utiliza cajas de cartón como material, se desempeña en el diseño publicitario y el arte escénico, entre otras muchas disciplinas. También visita centros de asistencia y lleva a cabo proyectos en aldeas para involucrar activamente a la población local a expresarse de manera artística. No aprovecha la autoridad de la Universidad de Artes de Tokio, sino que desarrolla proyectos de arte que parecen estar en el extremo opuesto de esa autoridad. El origen de los mismos, dice, yace en su encuentro con el arte marginal.
“Cuando aprendemos a usar las tijeras, no podemos volver ya al tiempo en el que no sabíamos cómo utilizarlas, ¿verdad? De igual manera, cuando se crea un concepto establecido, es difícil escapar de él. Si destruimos las técnicas y valores que nos han inculcado, podremos llegar a un nuevo territorio expresivo. Considero que el arte marginal tiene esa posibilidad”.
En el programa DOOR, liderado por el rector Hibino en la Universidad de Artes de Tokio, las clases son impartidas por especialistas en diversos temas que ofrecen perspectivas más allá del bienestar social actual, tales como las personas con discapacidad, las que apoyan proyectos para acabar con la pobreza infantil, las personas de la comunidad LGBTQ+, entre otros. Se trata de un experimento que busca encontrar formas de resolver los desafíos a los que se enfrenta la sociedad actual a través del potencial del arte, en el que participan unos 50 estudiantes universitarios y 125 cursantes trabajadores.
Yo estoy matriculada en el programa DOOR y me estimula la innovadora perspectiva que ofrece este proyecto para aproximarse a los desafíos que enfrenta la sociedad.
Arte que abre las puertas a la sociedad
“Desde mi encuentro con el arte marginal, me interesaba la forma de expresión de las personas que no estaban atadas al sentido común o los valores. Un museo de arte de Japón que colecciona y exhibe obras creadas por personas con discapacidad me invitó a hospedarme unos días en un centro de asistencia. Todo comenzó cuando me solicitaron que supervisara el proyecto de arte TURN, que comenzó como parte de las actividades culturales del Gobierno de Tokio. Su misión era aprovechar las características especiales del arte que descubre valor en la diferencia, ayudando al mismo tiempo a personas diversas a producir alguna forma de expresión para contribuir a la creación de una sociedad que acepte la diversidad”.
Para Hibino, que hasta entonces apenas había tenido contacto con personas con discapacidad, era como “viajar al lugar más distante del mundo”. Sin embargo, mientras convivía y creaba obras con estas personas le impresionó que “simplemente se dejaban llevar por el deseo puro de pintar” y carecían de una intención deliberada de hacer cosas mejores que el día anterior. “Era un territorio al que nunca podría llegar, pues soy un ser humano que fue educado a intentar mejorar cada día”, comenta.
“Con estas experiencias como base, quería que los universitarios también visitaran los centros para experimentar estos estímulos y que los centros también aceptaran a los creadores. Hace siete años, cuando era decano de la Facultad de Artes, inauguré el programa DOOR en la facultad. Desde el año fiscal 2024 la jurisdicción del programa pertenece a la administración central de la universidad y tenemos previsto que puedan matricularse no solo particulares (estudiantes y participantes trabajadores), sino también organizaciones (oficinas burocráticas y escuelas de enfermería)”.
En la denominación de DOOR se incluye el significado de abrir nuevas puertas. Hibino fue quien propuso el proyecto Tobira Project, en el que han colaborado la Universidad de Artes de Tokio y el Museo Metropolitano de Bellas Artes de Tokio, para crear una comunidad artística con base en el museo. También fue quien apodó a los comunicadores artísticos que participaban en el proyecto como tobirā.
Yo, como participante en el programa, he asociado el DOOR con una de las primeras obras de Hibino, DOG OF THE DOOR. En dicha obra se ve de espaldas a un perro asomando la cabeza en una puerta semiabierta. El mundo que observa el perro a través de la puerta es otro que el que percibimos nosotros, porque lo aprecia a una altura diferente de la de los humanos. Creo que este perro, desde su perspectiva diferente, disfruta de otro paisaje y alcanza a ver más allá de la puerta, algo que no aparece en este lienzo. Al volver a estar frente a esta obra con la idea anterior en mente, es posible comprender un poco más de cerca el objetivo al que aspira DOOR: arrojar la luz artística permite ver cosas que antes eran invisibles.
Lo detonante, más que la obra en sí
En DOOR, además de las asignaturas obligatorias, es posible elegir otras como visitar centros de cuidado, museos de arte o provincias, lo que permite un contacto real con los “lugares” y las “personas” para así materializar la unión entre el arte y el bienestar social. Por ejemplo, se crean y exponen obras con el fin de dar a conocer a la sociedad las visitas a los centros de cuidado de niños o también es posible crear una obra sobre la sensación obtenida durante una estancia en una aldea rural. En cualquiera de estos programas, la importancia reside más en el proceso de creación y en las expresiones que provoquen algo, que en la obra en sí.
Durante la entrevista, Hibino, que también es director del Museo de Arte Contemporáneo de Kumamoto, me habló de los momentos en los que admiró pinturas con el observador de arte invidente Shiratori Kienji.
“Cuando vemos una pintura la consideramos una obra, pero para Shiratori, que no puede ver, la situación representa una ‘experiencia’ de la que hablan varias personas frente a la pintura. Es decir, él admira el espacio artístico en sí. Al hablar con él comprendí que los cuadros son solo un medio y que el verdadero trabajo de los artistas es hacer que surjan reacciones en quienes las observan”.
Arte que parece serlo y no serlo
A pesar de ser rector de la Universidad de Artes, Hibino no solo busca que se ofrezca una educación especializada de alto nivel, sino que los propios estudiantes, y él mismo también, experimenten en carne propia los espacios donde surge el arte en crudo. En esto también se asemeja a Keith Haring, el chico favorito del mundo del arte pop, al que conoció cuando hacía actividades principalmente en Nueva York en la década de 1980.
Haring, de la misma edad de Hibino, se contagió de VIH y murió a los 31 años. Aspiraba a una sociedad libre de discriminación y prejuicios. Llevó a cabo un gran número de talleres para niños en muchas partes del mundo. También es conocido por las obras que creó en orfanatos.
Hibino también lleva a cabo en muchas partes del país una serie de talleres bajo el concepto de consultas a través del arte llamados HIBINO HOSPITAL, así como el proyecto Asatte asagao, que buscan crear cambios en la sociedad a partir del la creación artística.
“El proyecto Asatte asagao comenzó en 2003 en la ciudad de Tookamachi, en la prefectura de Niigata. Junto a los habitantes de la localidad de Azamihira, se cultivan flores para obtener sus semillas. Luego se insuflan los sentimientos que surgieron en ese proceso en las semillas, llenas de información genética, y se entregan a los estudiantes del siguiente curso de DOOR o a personas de los lugares que serán sede de los próximos proyectos de arte. Se trata de un intento de expandir las posibilidades de un nuevo arte a través de la idea de construir un pasado mañana que se asemeja a un mañana, pero no es lo mismo. O el arte que parece serlo y no serlo”.
Formar a quienes abrirán las próximas puertas
A 140 años de su fundación, la Universidad de Artes de Tokio es la única universidad nacional que abarca todas las artes. Un gran número de artistas se han graduado en dicha institución. Sin embargo, Hibino considera que es peligroso formar solo a un número reducido de artistas, ya que esto hará que la universidad se convierta en un monumento natural.
“Los artistas deben recibir estímulos de muchas minorías y comunidades, no ser presos de conceptos fijos o ideas preconcebidas y dejar en libertad su imaginación. Es la única manera de que demuestren su capacidad. Al extender las formas y posibilidades de expresar el arte, crearán conexiones con el bienestar social. El arte es una fuerza vital que supera el conocimiento humano. Me gustaría que cualquier persona en la sociedad actual pudiera experimentarlo y quiero que la Universidad de Artes de Tokio aborde el desafío de crear un espacio que haga esto posible”.
Este artista, que hasta ahora ha abierto varias puertas, intenta formar a la próxima generación de artistas que abrirán las siguientes con la mirada hacia 140 años adelante.
Fotografías de la entrevista: Kawamoto Seiya.
(Traducido al español del original en japonés.)