El budismo en Japón

La importancia de las enseñanzas Tendai en el budismo japonés

Cultura Historia

A partir del periodo Heian, dos tipos de budismo esotérico, las sectas Tendai y Shingon, se difundieron en Japón como las “verdaderas enseñanzas de Buda”. En este artículo hablaremos de la secta Tendai, cuyo poder creció debido a su adaptabilidad a diversas situaciones y se convirtió en la base del budismo posterior en Japón.

Las enseñanzas Tendai con potencial de cambio

A partir del siglo IX (periodo Heian), el budismo en Japón se desarrolló en torno a dos tipos de budismo esotérico con características diferentes: las sectas Shingon y Tendai. Desde la perspectiva de la historia budista, el budismo esotérico, que fue el último en aparecer en la India, fue el primero en difundirse en Japón como “las verdaderas enseñanzas de Buda”.

De ellas, la secta Shingon, con su núcleo de doctrinas puramente esotéricas, se mantuvo firmemente comprometida con sus enseñanzas con escasas transformaciones en la historia posterior. La secta Tendai, por su parte, era una ideología compuesta creada mediante la vinculación de varias filosofías budistas fundamentalmente diferentes con su propia lógica y cubriendo el conjunto con una atmósfera esotérica, por lo que contenía la posibilidad de diversos cambios según los tiempos y las situaciones sociales. Para comprender la esencia del budismo japonés, hay que tener muy presente la influencia de esta secta Tendai en las generaciones posteriores.

La influencia de la secta Tendai, con sede en el monte Hiei, cerca de Kioto, sobre el budismo posterior en Japón ha sido muy significativa y de gran alcance. Vamos a explicarla en tres secciones.

La abolición de los ritos de ordenación: la difusa distinción entre monjes y laicos

Como se ha mencionado en los artículos anteriores, el budismo japonés comenzó como un tipo especial de budismo sin sangha (organismo autónomo de monjes que viven según las enseñanzas de Buda), pero, aun así, los “rituales de ordenación” estaban claramente definidos. Se basaba en el Vinayapiṭaka, el código de conducta de los monjes budistas que trajo a Japón el monje chino Jianzhen (688-763), y sigue siendo un ritual comúnmente practicado en los países budistas de todo el mundo. En sánscrito, la ceremonia se conocía como upasampadā. Se tradujo al chino como 受戒 (shoujie, literalmente “recibir los preceptos”), pronunciado jukai en japonés.

En aquella época, los monjes budistas de Nara eran una especie de funcionarios del Gobierno y no se les permitía tener una sangha que funcionara según la estricta Vinayapiṭaka. Sin embargo, solo se conservó la upasampadā estipulada en el Vinayapiṭaka y se utilizó como criterio para distinguir entre monjes y laicos. La posición de la upasampadā en Japón era similar a la de un examen de certificación para funcionarios nacionales.

Al tratarse de un examen de certificación nacional directamente bajo la autoridad del Estado, había naturalmente algunas limitaciones. El número de personas que podían aprobar la upasampadā y convertirse en monjes oficiales lo decidía el Gobierno.

Para la secta Tendai, que comenzó como un poder recién surgido con sede en el monte Hiei, cerca de Kioto, a principios del siglo IX, poco después de que la capital de Japón se trasladara desde Nara en el periodo Heian, esta “limitación numérica” era una cuestión problemática. Y es que se trataba de un derecho adquirido a favor de las seis sectas budistas tradicionales de la capital del sur, centradas en Nara.

Para eliminar este obstáculo, la secta Tendai estableció nuevas normas, como que “uno puede ordenarse sin tener que pasar por la upasampadā, sino solo por su propio esfuerzo”. Y a medida que se expandía el poder de la secta Tendai, esta tendencia caló en casi todos los círculos budistas. Incluso la secta Shingon, rival de la secta Tendai, acabó adoptando esta tendencia. Para el budismo japonés, en el que la upasampadā era un ritual vinculado al poder estatal, escapar de los grilletes de la upasampadā se consideraba un requisito esencial para una actividad religiosa libre.

Sin embargo, la “renuncia a la upasampadā” significaba, desde otra perspectiva, que “cualquiera podía obtener el estatus de monje de forma autodeterminada”. Como resultado, el budismo japonés perdió sus criterios de demarcación entre los monjes ordenados y los laicos que viven en la sociedad general.

Incluso hoy en día, los rituales de ordenación varían de una secta a otra, y pocas sectas tienen la upasampadā, que se basa en el Vinayapiṭaka, como ritual de ordenación. Desde la perspectiva de otros países budistas, la situación en Japón, donde se reconoce como monjes a personas que no han superado la upasampadā, parece extremadamente extraña, pero este es el trasfondo histórico de la situación.

Dejar las cosas tal cual: una afirmación a fondo del statu quo que acepta contradicciones

La filosofía de la secta Tendai intenta abarcar toda la miríada de enseñanzas que se han producido en la larga historia del budismo desde Shakamuni. Dado que intenta unir múltiples ideas que originalmente tuvieron distintos orígenes, surgen naturalmente muchas contradicciones. Sin embargo, para reconocerlas como “una doctrina”, es esencial la teoría de que “es correcto dejar las contradicciones como contradicciones”.

De este modo, en la secta Tendai se generalizó una actitud de afirmación total de la realidad, y los discípulos de Saichō (767-822) empezaron a afirmar ideas tan peculiares como “el estado del presente es directamente el estado de la iluminación”, “las pasiones mundanas son directamente la iluminación” y “todos los seres del mundo, ya sean orgánicos o inorgánicos, contienen elementos para convertirse en budas”.

Esto dista mucho de la enseñanza original de Buda, que afirmaba que “solo cuando hayamos eliminado las pasiones mundanas mediante la práctica ascética podremos alcanzar el estado de iluminación”. Sin embargo, es muy compatible con el antiguo animismo japonés y con la filosofía esotérica original en que todo el universo es una manifestación de una energía mística y que la iluminación es que cada individuo reconoce la unión con esa energía cósmica.

Por lo tanto, esta filosofía de afirmación extrema de la realidad, exclusiva de la secta Tendai, también se extendió por el mundo budista japonés, al igual que la renuncia a la upasampadā, a medida que la secta Tendai expandía su influencia. Esta enseñanza de “todo es bueno tal y como es” se ha difundido ampliamente en los círculos budistas japoneses contemporáneos y ha ejercido una fuerza significativa en la conformación del pensamiento del pueblo japonés.

El ascetismo extremo: un obstáculo para acercarse al mundo de Buda

En la secta Tendai, que es un complejo de varias filosofías budistas, no es posible dar una respuesta clara a preguntas como “¿Qué tipo de práctica debe realizar un monje ordenado para alcanzar la iluminación?” Pero, por otra parte, mientras el conjunto esté cubierto por una atmósfera esotérica, no queda más remedio que establecer una estructura jerárquica propia del budismo esotérico, en la que “solo aquellos que han superado ciertos obstáculos pertenecen al mundo de Buda, y el resto debe confiar en el poder de ciertas personas que pertenecen a dicho mundo de Buda para conseguir la felicidad”. Las prácticas basadas únicamente en los sutras esotéricos no pueden mostrar las cualidades distintivas de la secta Tendai como amalgama de las diferentes corrientes del pensamiento budista. Pero centrarse demasiado en la naturaleza compuesta de la filosofía Tendai dificultaría encontrar una forma concreta de práctica. La respuesta fue establecer nuevos tipos de práctica que fueran exclusivos de la secta Tendai.

La práctica debía ser un signo visible de que el practicante se había acercado al mundo de Buda. Por lo tanto, debía establecerse a un nivel de severidad tal que “es imposible que la gente corriente la supere, pero solo en raras ocasiones alguna persona lo consigue”. En respuesta a este requisito, la secta Tendai ideó diversos métodos de práctica ascética difíciles de alcanzar, y quienes los superaban eran muy elogiados por los creyentes ordinarios como santos que se habían acercado al mundo de Buda. Tales prácticas físicas extremas estaban en contradicción directa con la afirmación categórica de la realidad antes mencionada, es decir, “las cosas son buenas tal y como son”, pero también se consideraba que tales contradicciones se resolvían mediante una afirmación superior de la realidad. Cualquier contradicción lógica puede explicarse mediante una teoría afirmativa comprensiva como “las cosas son como son”.

La secta Tendai, compleja y altamente transformadora, creció en poder en Kioto, la capital de la época, lo que llevó a la creación de diversas ideas budistas basadas en esta secta. Desde este punto de vista, no es erróneo considerar a la secta Tendai como el fundamento del budismo japonés, ya sea bueno o malo. En el próximo artículo, analizaremos cómo el budismo japonés, que constaba de dos grandes sectas esotéricas, divergió de diversas maneras.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Pabellón Konpon Chūdō, el pabellón principal del templo de Enryaku, en el monte Hiei. PIXTA)

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