El curri en bolsa de retorta cumple 56 años y sigue evolucionando
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Estados Unidos fue el pionero en comercializar alimentos en bolsa de retorta. En la década de 1950 ya se producía una gran cantidad de comida enlatada y un centro de investigación del ejército estadounidense desarrolló un empaque más funcional que las latas. Originalmente se pensaba utilizarlo en raciones de combate o alimentos para astronautas, pero atrajo la atención en todo el mundo como un sustituto de las latas cuando una envoltura al vacío para salchichas apareció en una revista especializada en empaques.
La empresa Industria de Alimentos Ōtsuka (actualmente Alimentos Ōtsuka) puso la mirada en este envase. Desde tiempo atrás, la firma contemplaba la idea de crear un curri que solo necesitara calentarse al baño maría. Utilizando la información del artículo como base, comenzó a desarrollar la tecnología. Tras varios procesos de prueba y error, el 12 de febrero de 1968 salió a la venta el primer curri en bolsa de retorta del mundo.
Al principio su caducidad era muy corta, por lo que solo se vendía en áreas específicas. Sin embargo, con la mejora del empaque, en 1969 se comenzó a comercializar en todo Japón. Justo ese año fue el mismo en el que la misión del Apolo 11 llegó a la Luna. La tripulación de la nave llevaba consigo comida envasada al vacío (cinco platos tales como carne de res y estofado pot au feu) y el consumo de este tipo de alimentos en el espacio dio mucho que hablar.
Gracias a la difusión de los alimentos en bolsa de retorta, más empresas comenzaron a entrar en el mercado del curri este tipo de envase. Desde hace aproximadamente una década, los fabricantes sacan continuamente a la venta nuevos productos que se pueden consumir a temperatura ambiente y con caducidades más largas, gracias a lo que también sirven como raciones de conserva en caso de desastre natural.
En el año 2020 se registró el mayor número de unidades producidas de curri en bolsa de retorta en la última década, con una producción de aproximadamente 25 millones de cajas. Aunado al gran éxito que consiguieron los curris locales y con especias, el hecho de que la gente pasara más tiempo en casa a causa de la pandemia de coronavirus expandió el mercado para los hogares.
En fechas recientes, los empaques tradicionales para calentar al baño maría están siendo sustituidos por bolsas transparentes que se pueden calentar en el horno de microondas. Con una historia de más de medio siglo, el curri en bolsa de retorta está preparado para seguir evolucionando.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: PIXTA.)