El Emperador rompe su silencio: “Juntemos nuestras fuerzas para superar las dificultades”
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Una excepcional Ceremonia Conmemorativa a las Víctimas de la Guerra
La Ceremonia Conmemorativa a las Víctimas de la Guerra en el 75.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar en condiciones excepcionales a causa de la actual crisis sanitaria. La participación se limitó a 540 personas —la cifra más reducida hasta la fecha—, menos del 10 % de las casi 6.200 que acudieron al acto el año anterior. Todos los asistentes, incluido el Emperador y la Emperatriz, llevaban la cara cubierta con mascarillas. El himno nacional se interpretó en su versión instrumental, sin coro.
Lo más inusual de la ceremonia fueron las palabras del Emperador, que recordó a los fallecidos en la guerra, expresó sus condolencias a sus familias y rogó por la paz y el fin de los conflictos con un “profundo pesar” en términos similares a los del año anterior, pero añadió también una alusión al nuevo coronavirus.
Según los responsables de la Agencia de la Casa Imperial, ante esta pandemia que no muestra señales de remisión, aflige a los japoneses y tiene al mundo entero contra las cuerdas, “el Emperador buscaba una oportunidad de dirigirse a los ciudadanos desde los inicios y, cuando por fin le llegó la ocasión, redactó él mismo las palabras que iba a pronunciar”. Así fue como el discurso de Su Alteza incluyó expresiones que nunca se habían oído en la Ceremonia Conmemorativa a las Víctimas de la Guerra de los dos anteriores monarcas, Hirohito y Akihito: “Ahora que nos enfrentamos a una nueva adversidad a causa de la propagación del nuevo coronavirus, deseo de corazón que todos unamos nuestras fuerzas para superar las dificultades y que sigamos aspirando a la paz y a la felicidad”.
Esta intervención constituye un mensaje firme y vehemente que insta a toda la ciudadanía a aliarse en la batalla contra el nuevo virus. Se nota que las palabras se eligieron con sumo cuidado para que no desentonasen en el discurso para la Ceremonia Conmemorativa a las Víctimas de la Guerra.
Sin plan de visita a las distintas regiones de Japón
La ceremonia conmemorativa ha sido el primer acto que se ha celebrado fuera del Palacio de Akasaka —residencia del Emperador— en medio año. En otoño de 2019 tuvieron lugar actos como la ceremonia de Entronización (sokuirei seiden no gi) y el desfile de los emperadores (shukuga onretsu no gi), mientras que en enero de este año se organizó la visita del público general al Palacio para el saludo de Año Nuevo (shinnen ippan sanga) y la reunión anual de lectura de poesía (utakai hajime), a la que la Emperatriz Masako asistió por primera vez en 17 años. El calendario oficial de la era Reiwa avanzaba sin obstáculos, cuando apareció el nuevo coronavirus.
Tras terminar todos los ritos y actos relacionados con la entronización del Emperador Naruhito, la pareja imperial planeaba visitar todos los lugares de Japón posibles para empezar a establecer contacto con los ciudadanos de todo el archipiélago a partir de su segundo año de reinado. Sin embargo, todos los viajes de 2020 se han visto aplazados y la situación no permite establecer un calendario para el año que viene. La ansiada visita de Su Majestad a las zonas damnificadas por desastres tampoco parece viable a estas alturas.
La Agencia de la Casa Imperial ha expresado así su preocupación respecto a estas dificultades: “Si la situación continúa, se creará una brecha con la época en que los Emperadores visitaban cuanto antes las zonas damnificadas para animar a las víctimas cada vez que se producía un gran desastre. Esto podría debilitar la imagen simbólica del Emperador”.
Ya que no les era posible abandonar el Palacio en la actual crisis sanitaria, el Emperador y la Emperatriz invitaron a un grupo de expertos para informarse sobre el problema. La primera reunión tuvo lugar el 10 de abril y el responsable de presentar explicaciones fue el entonces vicepresidente del Consejo de Expertos sobre el Nuevo Coronavirus Omi Shigeru. A mediados de agosto se habían llevado a cabo doce de estas reuniones.
El sitio web de la Agencia de la Casa Imperial recoge el comentario del Emperador antes de aquella primera reunión con Omi Shigeru: “Soy profundamente consciente de que esta pandemia es una gran prueba a la que se enfrenta la humanidad, que amenaza las vidas de muchas personas también en nuestro país y que causa dificultades a gran parte del mundo”.
En ocasión de la reunión sobre el sistema sanitario con el presidente de la Cruz Roja de Japón que tuvo lugar el 20 de mayo, Su Alteza dijo lo siguiente: “Las personas que trabajan en la sanidad, con la actual falta de recursos, están experimentando grandes dificultades. Me preocupa que, si esta situación se prolonga, estos profesionales sean víctimas del agotamiento y que algunos deban enfrentarse a prejuicios desconsiderados. Pienso que es importante que todos unamos nuestras fuerzas para superar estos momentos tan duros”.
Estas palabras, que se han publicado en el sitio web de la Agencia de la Casa Imperial ya que el Emperador no ha tenido la oportunidad de hablar en público, se han interpretado como un mensaje para comunicar a la ciudadanía que Su Majestad condena los prejuicios de los que es víctima el esforzado personal sanitario en la pandemia.
Se esperaba un mensaje más potente por parte del Emperador
Mikuriya Takashi, politólogo, sugirió en la edición matinal del periódico Mainichi Shimbun del 1 de mayo de 2020 que, dado que la situación actual constituye un problema a nivel nacional, el Emperador debía haber manifestado su opinión sobre la vida de los ciudadanos con un formato más potente, como un mensaje de vídeo.
Tan solo cinco días después de que se produjera el Gran Terremoto del Este de Japón, en 2011, el Emperador Emérito se comunicó mediante un mensaje de vídeo que decía lo siguiente: “Pido a las víctimas del desastre que no pierdan la esperanza y que sigan cuidando su salud para seguir adelante, y que en los tiempos venideros todos los ciudadanos ofrezcan apoyo a las zonas damnificadas”. Cuando, el 16 de abril de este año, se declaró el estado de emergencia en todo el país a causa de la propagación de la pandemia, hubo quienes esperaban un mensaje en la misma línea que el de 2011 por parte del Emperador.
Las expectativas respecto a la intervención del Emperador se vieron motivadas por los mensajes de ánimo y de llamada a la solidaridad ciudadana que distintos monarcas de países europeos que, como Japón, sufrían los estragos de la crisis sanitaria, emitieron por televisión a partir de mediados de marzo. La reina Isabel de Inglaterra, de 94 años, se dirigió a sus ciudadanos el 5 de abril mediante una videograbación en que decía lo que sigue: “Quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas del sector sanitario que trabajan en primera línea de fuego, así como a todos aquellos que se están quedando en sus casas. Si nos unimos en solidaridad con una voluntad firme, lograremos superar esta crisis. Mantengan la calma. Seguramente nuestros descendientes dirán de nosotros que fuimos la generación más fuerte de la historia. Por ahora tenemos que abstenernos de muchas cosas, pero llegará el día en que podamos reunirnos de nuevo con nuestros amigos y nuestras familias” (versión resumida).
La monarca, que lleva 68 años en el trono, realizó una quinta aparición televisiva (sin contar las protocolarias) excepcional y su mensaje fue escuchado por más de un tercio de los ciudadanos del Reino Unido.
El silencio del Emperador
En contraste con los soberanos europeos, que se dirigieron directamente a sus ciudadanos durante la crisis, el mensaje del Emperador Naruhito en ocasión de la Ceremonia Conmemorativa a las Víctimas de la Guerra fue la primera intervención oficial desde que compareciera en la rueda de prensa de su cumpleaños en febrero, seis meses antes. Algunas publicaciones de prensa hablaron del “silencio del Emperador”.
Las medidas para afrontar el coronavirus constituyen una cuestión política que ha suscitado debates en el Gobierno central y las Administraciones locales. Al parecer, el Emperador se habría abstenido de pronunciarse sobre el problema tanto a causa de la política de la Agencia de la Casa Imperial como del artículo 4 de la Constitución, que establece que carece de autoridad sobre la política nacional. Aunque el vídeo de la reina Isabel que hemos mencionado antes no pueda considerarse un mensaje político, es posible que el monarca japonés optara por el silencio porque tiene muy en cuenta la opinión de los que lo rodean y porque su ascenso al trono es todavía muy reciente.
En la rueda de prensa celebrada en febrero en ocasión de su cumpleaños, el Emperador Naruhito respondió así a una pregunta sobre su función: “Creo que es importante que el Emperador de cada era actúe reflexionando debidamente para adaptarse a la transformación de la sociedad y de los tiempos”.
Esta forma de pensar es el motivo de las excepcionales palabras que el Emperador incluyó en el mensaje de la Ceremonia Conmemorativa a las Víctimas de la Guerra. Todavía está lejos el día en que el soberano pueda retomar su interacción directa con los ciudadanos con la frecuencia habitual. El reto del Emperador de la era Reiwa será hallar la forma de dirigirse a los ciudadanos y mostrarles su apoyo si en el futuro llegan nuevas oleadas de la pandemia y los japoneses se ven obligados a limitar sus salidas al exterior y su actividad cotidiana aún más que ahora.
Fotografía del encabezado: El Emperador Naruhito y la Emperatriz Masako, con el rostro cubierto con mascarilla, atienden la Ceremonia Conmemorativa a las Víctimas de la Guerra celebrada el 15 de agosto de 2020 en Tokio. (Jiji Press)