Gankutsu Hotel Kōsōkan: la obsesión de un hombre que cavó en paredes de roca durante 21 años
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El edificio conocido como Hotel Gankutsu, en la ciudad de Yoshimi, Hiki-gun, prefectura de Saitama, no cuenta con las funciones normalmente asociadas a un hotel. Su creador, Takahashi Minekichi, tampoco pretendía construir uno, y lo denominó más bien Kōsōkan (“pabellón de lujo”). Esto no dejaba de ser una especie de apodo, y cuando la gente de la zona veía a Minekichi trabajando despreocupadamente pensaban que estaba cavando una especie de caverna (gankutsu). De ahí el nombre posterior.
21 años de construcción, a 30 centímetros excavados por día
¿De dónde sacó la idea de construir una cueva cavando en la ladera de una colina? Se pueden considerar dos posibilidades basadas en entrevistas con la familia Takahashi y los pocos materiales que se conservan.
Una es el hecho de que a unos pocos centenares de metros del Gankutsu Hotel Kōsōkan se hallan unas ruinas del período Kofun tardío llamadas Yoshimi Hyakuana, o Yoshimi Hyakketsu, conocidas hoy día por contener un túmulo funerario horizontal, pero que el diplomático y arqueólogo austriaco Henry Siebold había considerado las ruinas de una vivienda primitiva. Algunos teorizan que la influencia de las teorías de Siebold le dio a Takahashi la idea de cavar un hoyo en la ladera de la colina y utilizarlo como vivienda.
La otra posibilidad es que a partir de sus experiencias de la infancia hubiera llegado a pensar que las cuevas con temperaturas estables durante todo el año son un lugar perfecto para guardar objetos. Sin embargo, a pesar de que estas ideas sí podrían haberle servido como inspiración, no parecen suficientes como para motivar el grandioso plan que Minekichi pensaba llevaría tres generaciones y ciento cincuenta años para construir en su totalidad. Debe de haber algo más que lo impulsara en su interior.
Minekichi nació en 1858, el año de la Purga de Ansei, y pasó su infancia y juventud durante la turbulenta transición de la época Edo a Meiji. Por otra parte, inspirado por la avanzada cultura de Europa occidental, con inventos tales como la luz incandescente de Edison o el teléfono mostrado en la Exposición Mundial de Filadelfia, se piensa que Minekichi se había llenado de un cierto espíritu emprendedor, y sentía una premonición de la llegada de una nueva era. Según uno de los documentos sobre él, titulado Gankutsu Hotel no shiori (Guía del Hotel Gankutsu) y publicado por Kōsōkan, “Su educación se reducía al aprendizaje básico de kanjis en la escuela del templo, pero también existía un cierto discurso sobre arquitectura, física, mineralogía y filosofía”. El hotel se convirtió en tema de discusión desde el momento que se hizo pública su construcción, y llegó a ser una atracción turística desde la era Meiji hasta la Shōwa que visitaron muchos curiosos.
En junio de 1904 Minekichi celebró una ceremonia inaugural y comenzó la excavación el 25 de septiembre de ese mismo año. Tenía 46 años. Existen varias teorías, pero el plan original del Gankutsu Hotel Kōsōkan del que solía hablar era magnífico, con una fachada de 54,6 metros y un edificio de tres plantas que tardaría en construirse tres generaciones y ciento cincuenta años. Siguiendo este plan, Minekichi comenzó a cavar una superficie similar a la de una estera de tatami (medida cotidiana en Japón, que varía según la región; en Kantō es de 88cm x 1,76m), y una profundidad de unos treinta centímetros por día, lo cual continuó haciendo durante los siguientes veintiún años, hasta su muerte en 1925.
Posteriormente su hijo, quien había sido adoptado por la familia Takahashi, se hizo cargo de este trabajo y continuó con la excavación. El trabajo se vio interrumpido durante la Segunda Guerra Mundial, pero tras el fin del conflicto se reanudó. Después de 1965, el mantenimiento y la gestión del lugar se convirtieron en el enfoque principal del proyecto, y Taiji dedicó mucho tiempo a ello, pero en enero de 1987 él también falleció.
Calidad de la roca y agua de manantial que imposibilitaba perforar según el plan
A juzgar por el boceto original de Minekichi de la fachada, se trataba de un edificio de tres pisos con una fachada de aproximadamente 21,8 metros. Fuera de forma intencionada o por casualidad, la relación entre el ancho y el alto del edificio se hallan muy cerca de la proporción áurea. Sin embargo, la fachada dibujada en la superficie de la roca consiste en un edificio de dos pisos con un frente de unos veinte metros, y el tercer piso está casi sin empezar, con tan solo unos rastros de tallas del exterior en algunas de las ventanas.
Según el boceto original, la fachada sigue ciertos conceptos básicos de la arquitectura de estilo occidental, como la simetría y la estructura de tres capas. A juzgar por la composición de la fachada, parece que el interior fue diseñado para ser simétrico con la sala central. Si se hubiera planeado crear un laboratorio de ciencias en el lado izquierdo de la sala central, no sería de extrañar que también se hubiera concebido un espacio correspondiente en el lado derecho.
Si medimos el espacio interno, sin embargo, comprobaremos que no presenta una estructura cercana a la simetría. La razón es que resultaba difícil excavar a través de la toba, una parte de la roca que contenía una mezcla de zonas duras y blandas y dificultaba los trabajos según el plan por medio de cinceles y picos. Había también agua de manantial y otros elementos que obligaron a adoptar la forma irregular que se puede ver hoy día.
La característica principal del Gankutsu Hotel Kōsōkan es, por supuesto, que fue excavado en roca. Todo está cavado y tallado. No se añadió nada más tarde, salvo por los herrajes que dan al exterior en la planta baja (primer piso en Japón) y las rejas en el balcón del primer piso (segundo piso en Japón). Los suelos, paredes, techos, muebles y accesorios de la habitación están todos hechos de dicha toba.
Encarnar el espíritu científico de una nueva era
Si la arquitectura se caracteriza por su belleza de uso, algo que la distingue de otras artes, ¿cómo podemos entonces entender la mesa de laboratorio, jarrones, estanterías y mesa de investigación que no se pueden mover y cuyos materiales no se pueden usar, o los pilares y vigas que no existen para soportar el peso de los pisos superiores? Quizá la clave para resolver este misterio de la arquitectura se halle en esto. De algunos documentos se desprende también que Minekichi concibió el Gankutsu Hotel Kōsōkan como una “atracción artificial”, y lo planeó como algo que mostrar, desde un principio.
Solo podemos realizar conjeturas, pero quizá el propósito de Minekichi fuera expresar el espíritu y estilo de vida de una nueva era, que anhelaba llegara ya. Occidente como ideal, la ciencia que parece inaugurar una nueva era, la belleza, la justicia y la racionalidad se expresan en esa fachada de tres capas de estilo occidental, su estructura simétrica, su proporción áurea, su estricta escala, su salón central con techo abovedado... quizá quisiera que la gente de la época pudiera ver los espacios interiores de esa nueva era, como el laboratorio de ciencias y la sala de teléfonos, salpicados de un lenguaje arquitectónico familiar. Quizá fuera este el sueño de toda una vida, para Minekichi.
Una arquitectura de ensueño que no deja de desmoronarse
Hay muchos edificios en todo el mundo que, al igual que el Gankutsu Hotel Kōsōkan, son aún desconocidos para muchos, concebidos y creados por alguien que no se especializó en arquitectura. Ferdinand Cheval construyó el Palacio Ideal de Cheval en Hauterives, un pequeño pueblo cerca de Lyon, en el sur de Francia, que llegó al cine en 2018. La Torre Watts, de Simon Rodia en Los Ángeles, es ahora una de las atracciones turísticas en el barrio de Watts. Ambos han sido designados edificios históricos a nivel nacional, y ahora muchas personas saben de ellos. En Japón, por otro lado, Miyake Sakae construyó el famoso Instituto de Investigación Miyake Sakae en Miyoshi, distrito de Awa, en la prefectura de Chiba (hoy día parte del municipio de la ciudad de Minamibōsō), que lamentablemente fue demolido en septiembre de 1987.
El Gankutsu Hotel Kōsōkan no podrá ser completado: está a punto de ser demolido. Un tifón en 1982 provocó el derrumbe de parte del acantilado, y en junio de 1985 la mayor parte de la fachada se vio arrancada debido a la exfoliación de la roca. Desde entonces, la erosión de las paredes internas y externas ha continuado avanzando, y hoy día la imagen completa del hotel que Minekichi planeara solo se puede ver en fotografías realizadas por Arai Hidenori en 1978.
El Gankutsu Hotel Kōsōkan, que en su día se cerrara herméticamente con puertas de hierro, se está desmoronando gradualmente con el paso del tiempo, y el sueño de Minekichi está a punto de desaparecer, sellado en la roca.
Imágenes: Arai Hidenori
Texto: Karasaki Tetsushi
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: vestíbulo central del Gankutsu Hotel Kōsōkan.)