Chōshi Dentetsu, una línea ferroviaria que se salvó de la quiebra gracias a una galleta
Guíade Japón
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Chōshi (en la prefectura de Chiba), conocida como la “ciudad de los peces”, debe su apodo a que en ella se encuentra el puerto pesquero más productivo de Japón. Es la población situada en el punto más oriental de la región de Kantō y su forma de península, que da al océano Pacífico, nos regala una costa llena de magníficos paisajes accidentados. El mar frente a la costa es una de las mejores zonas pesqueras de Japón donde convergen las corrientes de Kuroshio y Oyashio y la industria pesquera ha prosperado aproximadamente desde mediados del siglo XVII. Además, al encontrarse en el estuario del río Tone, la cuenca más grande de Japón, el puerto se desarrolló como una base de transporte acuático a la que llegaban los productos de la región de Tōhoku. Pero la pesca no es la única industria importante en Chōshi, la localidad también es conocida como la “ciudad de la salsa de soja” ya que en ella se fundaron Higeta y Yamasa, grandes empresas productoras de este condimento básico en la gastronomía japonesa.
A principios del periodo Meiji (1868-1912), Chōshi era la ciudad más poblada de la prefectura de Chiba, pero en años recientes el número de habitantes no ha dejado de disminuir. En 1965 contaba con más de 90.000 habitantes; en contraste, en 2020, la cifra estaba por debajo de los 60.000.
A pesar de estas circunstancias adversas, Chōshi Dentetsu, conocida coloquialmente como Chōden, ha seguido funcionando como un medio de transporte para los habitantes. Esta línea de trenes fue inaugurada en 1923 como heredera de los ferrocarriles Chōshi Yūran Tetsudō, que comenzaron a dar servicios a principios del periodo Taishō (1912-1926) y fueron clausurados durante la Primera Guerra Mundial. Esta línea se extiende a lo largo de aproximadamente 6,4 kilómetros y une las terminales de Chōshi, el centro de la ciudad, con Tokawa, cerca del puerto pesquero de Tokawa y origen del puerto pesquero de Chōshi, en unos 20 minutos. La línea en sí se ha convertido en una parada turística indispensable para quienes adoran sus trenes y estaciones con una atmósfera retro, sus tranquilos paisajes que se pueden admirar desde las ventanas, así como sus novedosos productos de recuerdo.
Nuresenbei, la milagrosa galleta que salvó de la quiebra a Chōden
La línea local de trenes Chōshi Dentetsu saltó a la fama a nivel nacional en 2006 gracias a que la galleta nuresenbei, un producto de su negocio secundario de alimentos, se volvió tan exitosa que evitó la quiebra de la empresa ferroviaria.
Entre 1955 y 1965, esta línea transportaba a más de dos millones y medio de personas al año, pero con la disminución paulatina de la población de la localidad, el volumen se redujo a solo un millón para 1989. Bajo estas complicadas circunstancias, la empresa decidió abrir un negocio secundario: la producción de galletas húmedas de arroz nuresenbei. En el año 1997, cuando concluyó la construcción de su fábrica, comenzaron a vender de manera oficial estas galletas y, al año siguiente, los ingresos anuales habían superado los 200 millones de yenes, cifra que casi duplicaba las ventas obtenidas de los pasajes de tren.
La línea sobrevivía gracias a los ingresos por la venta de nuresenbei, pero en agosto de 2006, el expresidente de la empresa fue detenido por malversar más de cien millones de yenes. Sin recursos debido a los bajos ingresos que se obtenían de los ferrocarriles, tampoco se podría pagar la inspección obligatoria de los trenes que se tenía prevista para noviembre de ese año y cuyo costo ascendía a unos 10 millones de yenes. Por si fuera poco, tras una auditoría del Ministerio de Territorio, Infraestructuras y Transporte, también era necesario renovar algunas vías y cruces de la línea. El coste de estas reparaciones era de 50 millones de yenes, una cifra imposible de conseguir dadas las circunstancias de Chōden. Al encontrarse en un túnel sin salida, el titular del departamento de contabilidad, que continuaba vendiendo nuresenbei, publicó una súplica desesperada en el sitio oficial de internet.
Imploró a todas las personas que compraran nuresenbei ya que Chōden se enfrentaba a una emergencia y era la única forma de conseguir recursos para los gastos que se avecinaban.
Su ruego se hizo viral en foros y blogs de internet. Logró llegar a tantas personas que, en tan solo 10 días, se vendieron más de 10.000 unidades de galletas. Incluso después de que terminó exitosamente la inspección de los trenes, la historia siguió siendo retomada en televisión y otros medios de comunicación. En el año 2006, la venta de unidades de nuresenbei ascendió a un récord de aproximadamente 420 millones de yenes y el número de pasajeros de Chōden aumentó cerca de 50 %. También surgió el club de fans Chōshi Dentetsu Sapōtaazu, gracias al cual al año siguiente se pudieron renovar las instalaciones deterioradas.
Sin embargo, en los últimos años, el volumen de pasajeros oscila alrededor de las 500.000 personas, una cifra poco halagüeña. En contraste, las nuresenbei se han convertido en un recuerdo tradicional de Chōshi y sus ventas en internet van viento en popa. En fechas recientes, con la misión de mejorar las difíciles condiciones económicas a las que se enfrenta la empresa, han desarrollado una serie de productos únicos con un toque de autosarcasmo como el Mazui Bō (galleta asquerosa), una golosina cuyo nombre hace referencia a la terrible administración de la empresa; el Sabaibaru Karee (curri de supervivencia), que refleja que la línea ha logrado sobrevivir o el Densha ni Notte Hoshiimo, un juego de palabras entre hoshii (desear) y hoshiimo (batata seca), un dulce que invita a las personas a utilizar el tren. Otras medidas que se han tomado para conseguir recursos y fama es la venta de los derechos para poner un sobrenombre a las estaciones de la línea y la colecta de fondos por internet, gracias a la cual pudieron producir la película titulada Densha wo Tomeruna! – Noroi no 6.4 km – (¡No detenga el tren! Los 6,4 km malditos).
Oku Hideaki, director del departamento de ferrocarriles, señala que la situación económica de la empresa ha empeorado en la pandemia debido a la disminución del número de turistas. Para contrarrestar esta situación se han tomado una gran variedad de medidas.
En la actualidad, cerca del 80 % de los ingresos de Chōshi Dentetsu proviene del negocio de las golosinas. Oku dice que hay quienes opinan que es mejor que centren sus esfuerzos en ese negocio, pero él cree que el éxito de sus productos se debe justamente a que son hechos por una empresa ferroviaria. De hecho, también nos revela que la mayoría de los empleados son amantes de los trenes y que él mismo trabajó como conductor, por lo que no están dispuestos a darse por vencidos y desean continuar trabajando como un medio de transporte para los habitantes de Chōshi. Además, la lección que les dejó el éxito de las nuresenbei es la necesidad de dejar de lado el orgullo y hacer todo lo posible para dar a conocer la ciudad de Chōshi y la línea Chōden. Por último, Oku nos dice que les gustaría seguir trabajando para que más personas visiten la zona, sin olvidarse nunca de expresar agradecimiento a su lugar de origen.
Los edificios de las estaciones y los nombres de estas también son únicos
Tanto los pequeños trenes retro como los edificios de las propias estaciones de Chōshi Dentetsu se han convertido en destinos turísticos. Muchos fanáticos de los trenes desean bajar en cada una de las estaciones. Para ellos se recomienda el Komawari-tegata, un billete de uso ilimitado de un día que cuesta 700 yenes (adultos).
Los pequeños trenes de dos coches cruzan por zonas residenciales y por campos de coles. Algunas veces se escucha el golpeteo de las ramas de los árboles contra las ventanas, algo que solo se puede experimentar en una línea local. Además, el tren Taishō Roman, que reproduce el diseño original de los trenes cuando la línea fue inaugurada, se ha convertido en un éxito en Instagram.
Para los fanáticos de los trenes, la estación de Nakanochō es una parada obligatoria. Aquí se encuentra la sede de la empresa Chōshi Dentetsu y el patio ferroviario, cuya entrada cuesta 150 yenes (adultos). Aquí se pueden descubrir piezas poco conocidas de los trenes e instrumentos especializados, entre muchas otras cosas. También es posible admirar la locomotora eléctrica Deki 3, construida en Alemania en 1922. (Desde el 7 de agosto de 2021, las visitas están suspendidas por la pandemia de coronavirus.)
Un detalle impresionante de esta línea son los particulares nombres de estación. En el año 2015, la empresa decidió vender los derechos para ponerles sobrenombres. La terminal de salida se llama estación de Zettai Akiramenai Chōshi (No te rindas Chōshi) y la última parada es la estación de Arigatō Tokawa (Gracias Tokawa), ambas con un estilo muy acorde a la línea. Aunque también hay otras como la estación Paaru Shoppu Tomoe Nakanochō o Kintarō Hōmu Kannon, que tienen nombres de tiendas o empresas locales. La estación de Kasagami Kurohae ha sido nombrada Kaminoke Kurohae (Que te crezca cabello negro). Estos nombres podrían parecer una burla, pero según Oku, las empresas que compraron los derechos buscan ayudar a que la línea Chōshi Densetsu atraiga la atención de más personas.
Una línea llena de atractivos
Al ser una zona repleta de historia, hay muchos lugares que vale la pena visitar. Los más populares son el faro de Inubōsaki, símbolo de Chōshi, que se encuentra a siete minutos a pie de la estación de Inubō. Se trata de una torre blanca de 31 metros de altura que fue construida en 1874 sobre un acantilado. Cerca del faro, a finales de 2018, se inauguró el complejo comercial Inubō Terasu Terasu, donde hay boutiques de productos de Chōshi, un mercado de verduras y cafeterías, entre otros comercios. Además está el popular mirador Chikyū no Maruku Mieru Oka, a unos 15 minutos a pie de la estación de Inubō.
En la estación final, Tokawa, se puede disfrutar del ambiente de una ciudad pesquera. Cerca del puerto pesquero de Tokawa, el primero que se construyó en Chōshi, se puede respirar una atmósfera del periodo Shōwa (1926-1989), además de la avenida adoquinada Isshin y otros lugares muy pintorescos. A unos 20 minutos a pie de la estación Kasagami Kurohae se encuentra el centro comercial Wosse 21 con la torre Chōshi Port Tower, de 47 metros, desde donde se puede admirar el puerto y el mercado de productos marinos, aledaño a la torre.
Chōshi Dentetsu, una línea local de trenes que no sobrevive de los ingresos de sus pasajes. En el año 2019 comenzó a vender tonos de teléfonos celulares con sonidos de la línea tales como el ruido que hace el tren al pasar, la señal de arranque o la de los cruces ferroviarios. Oku nos dice que se están agotando las ideas de nuevos productos, por lo que próximamente planean hacer colaboraciones con otras empresas ferroviarias para conseguir que más gente viaje en líneas locales, lo que deja claro que están decididos a no abandonar el negocio del transporte de pasajeros.
Reportaje, texto y fotografías: equipo editorial de nippon.com.
Fotografía del encabezado: un tren partiendo de la estación de Nakanochō. Al fondo a la derecha, los tanques de salsa de soja del fabricante Yamasa.
(Traducido al español del original en japonés.)