El museo conmemorativo y las ruinas del Gran Terremoto del Este de Japón en la ciudad de Kesennuma
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Pupitres y sillas destruidos, un coche volcado entre escombros de hormigón. Todo esto se encuentra en lo que fuera un aula en el segundo piso de una escuela.
Las ruinas del Instituto Kōyō de la ciudad de Kesennuma, en la prefectura de Miyagi, fueron conservadas tal cual sobrevivieron al terremoto y tsunami de 2011 con el fin de transmitir a través de ellas el temor que representan estos desastres naturales, así como las lecciones que dejaron. Junto con las instalaciones de exhibición, esta escuela renació como el Museo Conmemorativo y Ruinas del Gran Terremoto del Este de Japón de la ciudad de Kesennuma, inaugurado el 10 de marzo de 2019.
Satō Katsumi, director del museo, nos dice que su intención es que los visitantes observen las ruinas y los escombros con sus propios ojos para que estas pruebas tangibles les permitan vislumbrar lo que sucedió el 11 de marzo de 2011 y comprender la importancia que tiene la concienciación sobre la prevención y la evacuación.
Nadie, ni siquiera el personal del museo, ha entrado en el cerco ni tocado las ruinas. Ya que muchas de las ventanas de las aulas y pasillos fueron destruidas por el tsunami, la lluvia se cuela al interior, la nieve se llega a acumular y los fuertes vientos mueven algunos de los objetos. En el caso del gimnasio, el techo fue arrastrado por el tsunami y la maleza ha crecido en su interior. El día del reportaje hacía buen tiempo y soplaba una brisa marina que levantaba la arena. Mientras observábamos las ruinas que se van deteriorando poco a poco, resonaron en nuestro interior las palabras del director: “No podemos permitir que se erosionen los recuerdos del desastre y las lecciones que nos dejó”.
Una escuela arrasada por un tsunami de 12 metros
En la ciudad de Kesennuma 1.152 personas perdieron la vida y 214 desaparecieron como consecuencia del Gran Terremoto del Este de Japón del 11 de marzo de 2011. En el distrito de Hajikami, donde se encontraba el Instituto Kōyō de Kesennuma, el tsunami arrasó la mayoría de los edificios. La escuela sobrevivió a la destrucción total, pero en sus instalaciones quedaron marcadas las cicatrices que son vestigios del descomunal temor que provoca un tsunami. Por suerte, los aproximadamente 170 estudiantes, profesores, empleados y trabajadores de la construcción que se encontraban ahí en el momento del terremoto, pudieron escapar del lugar.
En el edificio del museo recientemente construido están expuestos videos y fotos del momento del desastre. Tras pasar por esta zona, se pueden visitar las ruinas. El visitante se encontrará primero con el gravemente dañado edificio sur, que da al mar. El pasillo de la planta baja quedó sin ventanas y desde ahí se puede observar el interior de las aulas destruidas. Es difícil de imaginar que en ese lugar se impartían clases.
El segundo piso se encuentra a una altura de aproximadamente ocho metros del suelo. Hasta ahí entró por el balcón un coche disparado, hecho que manifiesta la increíble violencia del tsunami. Un fichero de metal que sobrevivió en el tercer piso está oxidado en la parte inferior, lo que revela que el agua del tsunami alcanzó aproximadamente los 12 metros de altura.
La planta de congelación se estrelló contra el tercer piso
Desde la azotea se puede ver el gimnasio sin techo. Con el fin de escapar del tsunami, las personas que se encontraban en la escuela apilaron pupitres para subir a la torre, el punto más alto de la construcción. Esta escena también se conserva tal cual. Se cree que la potencia del tsunami se redujo gracias a que impactó contra dos grandes edificios de la planta de congelación que estaban frente al mar, lo que impidió que el agua llegara hasta la azotea.
El señor Satō nos cuenta que por más increíble que suene, los edificios de la planta de congelación quedaron destruidos por el tsunami y se estrellaron contra el tercer piso del edificio de la escuela, una prueba más de que lo sucedido en el Gran Terremoto del Este de Japón fue algo insólito.
Al salir al exterior por la planta baja, se puede comprobar la huella del impacto que hay en la esquina de la parte este del tercer piso del edificio. En el panel explicativo se dice que fue mejor que la colisión no se produjera en la fachada del edificio de la escuela, ya que la pared de la parte afectada del edificio muestra un grave daño.
Al entrar entre el edificio norte y el de prácticas generales se puede ver un coche destruido sobre los escombros. Hasta este lugar también fue arrastrada una casa con dos personas en su interior que, por fortuna, pudieron ser rescatadas. En el pasillo de la planta baja del edificio norte hay expuestas fotos de la vida escolar antes del desastre. Imágenes de jóvenes de sonrisas despreocupadas y las aulas ordenadas que contrastan con las ruinas a las que el edificio fue reducido tras el tsunami. Una visión, sin duda, desoladora.
Como parada final, de regreso en el museo conmemorativo se ofrece una exhibición de fotos de las tareas de rescate, la vida en los refugios y videos que transmiten la importancia de la vida misma y las reflexiones de los damnificados.
¡A un lugar más alto y lejano!
Teniendo frente a nuestros ojos las pruebas de lo terroríficos que pueden ser los tsunamis, parece casi un milagro que todos los que estaban en el Instituto Kōyō de Kesennuma hayan sobrevivido. Satō nos dice que en esta escuela se hacía un gran trabajo de concienciación y prevención sobre los desastres, por lo que se llevaban a cabo simulacros de manera habitual. Sin duda, esto quedó demostrado en el comportamiento que tuvieron los estudiantes en ese momento.
Inmediatamente después del terremoto, los 170 estudiantes y otras personas que estaban en el lugar se reunieron en el campo de la escuela que estaba a solo un metro sobre el nivel del mar. Las tareas de evacuación fueron dirigidas por 27 profesores y empleados del instituto. Como las instalaciones estaban en plena remodelación, se dirigieron al templo Jifukuji, cerca de la zona, que se encuentra a unos ocho metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, consideraron que no era un lugar seguro y se trasladaron hasta la estación de Rikuzen Hashikami, que está a 16 metros sobre el nivel del mar. De ahí, continuaron camino arriba hasta la escuela secundaria de Hashikami, a 32 metros sobre el nivel del mar, donde llegaron 45 minutos después del terremoto. En total fue un recorrido de más de dos kilómetros.
No existen fotos o videos del momento de la evacuación. El director Satō enfatiza que, en ese momento, tanto los alumnos como los profesores luchaban por resguardarse y que la meta principal era lograr huir a un lugar más alto y lejano posible, con un tono de advertencia ante quienes graban evacuaciones en catástrofes naturales tales como las inundaciones en años recientes.
El museo se encuentra a 20 minutos a pie desde la parada de autobús Rikuzen Hashikami de la línea de autobuses BRT Kesennuma de la JR. Su ubicación no es la más conveniente, pero aun así hay gente que llega al museo en autobús y no en coche. Satō también recomienda que, después de visitar el museo, se tome la ruta que siguieron los estudiantes para resguardarse para comprender mejor la angustia del momento y la importancia de evacuar en el caso de un desastre natural.
Museo Conmemorativo y Ruinas del Gran Terremoto del Este de Japón de la ciudad de Kesennuma
- Dirección: Hajikamisemukai 9-1, ciudad de Kesennuma, prefectura de Miyagi.
- Horario: de abril a septiembre, de las 9:30 a. m. a las 5 p. m. (entrada hasta las 4 p. m.), de octubre a marzo, de las 9:30 a. m. a las 4 p. m. (entrada hasta las 3 p. m.).
- Días de descanso: todos los lunes (abre en caso de ser festivo y cierra al siguiente día hábil), después de un día festivo (excepto sábados, domingos y durante el periodo vacacional de Semana Dorada), del 29 de diciembre al 4 de enero. *Abierto todos los días 11 de cada mes, el 1 de septiembre (día de la prevención de desastres), el 5 de noviembre (Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis) sin importar el día de la semana del que se trate.
- Entrada: adultos, 600 yenes; estudiantes de instituto, 400 yenes; estudiantes de primaria y secundaria, 400 yenes (existen descuentos grupales y pasaportes anuales).
- Cómo llegar: 20 minutos a pie desde la parada de autobuses Rikuzen Hashikami de la línea de autobuses BRT Kesennuma de JR.
Reportaje, texto y fotos: equipo editorial de nippon.com.