Lazos entre España y Japón en la tierra natal de San Francisco Javier
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La espiritualidad en Europa
En el otoño de 2014 fui invitada a un seminario de la Universidad de Navarra que se celebraría en Pamplona, la tierra de los famosos Sanfermines sobre los que escribe Hemingway en Fiesta (The sun also rises, 1926), una oportunidad que aproveché para hablar de la espiritualidad de España en Europa.
Bajo la dictadura de Franco (1939-1975), España se acercó a Europa en primer lugar por compartir la cultura cristiana, y en segundo lugar por la economía. Durante la Transición Española el país se acercó a Europa también políticamente, y comenzó a compartir con ella avances sociales como los Derechos Humanos y la democracia. De este modo, España como potencia media en busca de su propia misión en Europa, destacó su “espiritualidad europea” en el proceso de integración en la Unión. Un ejemplo de ello es que el expresidente Felipe González (en el Gobierno entre 1982 y 1996) abogó fuertemente por el derecho de la ciudadanía europea y lo incluyó en el Tratado de Maastricht.(*1)
Hoy en día en Europa hay una sensación de estancamiento político y económico, y en un creciente clima de escepticismo respecto a la Unión Europea, propuse a modo de conclusión que no hay nada de malo en insistir de nuevo en la fusión de la espiritualidad con la modernidad, siempre cuidando que no se convierta en un instrumento de agitación de masas teniendo en cuenta la historia del pasado. Los profesores y los alumnos coincidieron ampliamente.
San Francisco Javier y su alta valoración por parte de los japoneses
Por cierto, en las afueras de Pamplona está el castillo de los jesuítas en el que nació San Francisco Javier. La imagen de este religioso aparece siempre en los libros de texto de historia de Japón, por lo que es ampliamente conocido por los japoneses, e incluso se ha llegado a vender un dulce llamado “zabieru” (la trascripción fonética de Xavier), algo que revela que en Japón se ha convertido en un personaje histórico cercano. Yamaguchi, ciudad donde San Francisco Javier estuvo y que trató de evangelizar, está hermanada con Pamplona, donde existe incluso un parque que ha recibido el nombre de la ciudad japonesa.
La familia paterna de San Francisco Javier pertenecía a la nobleza de la región, y en ella había muchos hombres de armas. El castillo en el que nació Francisco Javier se hizo famoso gracias a la obra de Shiba Ryōtarō Kaidō wo yuku: nanban no michi I (Viajes por la carretera: viaje al pais de Europa meridional), y cada año lo visita una multitud de japoneses (aunque el castillo que hoy existe es una reconstrucción). Francisco Javier llegó a Japón en 1549 (una fecha que los japoneses recuerdan por el juego de palabras Igo yoku hiromaru kirisuto kyō, o “desde entonces el cristianismo se extendió plenamente”), y logró evangelizar desde Kagoshima hasta Hirado, Yamaguchi y Oita.
El religioso tiene en alta estima a los japoneses, y destaca la extraordinaria calidad humana de los mismos. Además, destaca su honorabilidad, y deja por escrito que disfrutan de un alto grado de alfabetización, apenas roban (el robo estaba penado con la muerte), y no se pierden en los juegos de azar. Podemos decir que esta alta valoración que hace de los japoneses contribuye a construir la primera imagen de Japón que llegará a la iglesia católica(*2).
San Francisco Javier pasó tres años evangelizando Japón, tiempo tras el que se dirigió a China en una nueva misión evangelizadora, muriendo sin embargo en el camino y siendo enterrado allí en 1552. Sus restos están conservados en la basílica del Buen Jesús (su cuerpo embalsamado se expuso de nuevo al público por primera vez en 10 años hasta enero de 2015), en el centro evangelizador por excelencia en la época, la colonia de Goa en la India, aunque también hay reliquias como su brazo, oreja, nariz y dientes guardados en distintos paises.
Interés por la tradición y la modernidad de Japón en la Universidad de Navarra
La Universidad de Navarra, incluyendo la facultad de medicina, es por otra parte una institución católica fundada por el Opus Dei(*3) -con una arquitectura moderna y funcional-, cuya escuela de negocios en particular es altamente valorada en todo el mundo. Esta misma escuela ocupó el 5.º puesto en el ránking mundial de la revista Economist en 2014. ¿Será porque compaginan el cultivo del espíritu con el cultivo de una mentalidad empresarial?
En la noche se me brindó la oportunidad de ofrecer una charla en torno a Japón dirigida a los 70 estudiantes en la residencia masculina de esa misma universidad. Una residencia cuyo aspecto exterior es el de un pequeño palacete medieval. Dicho sea de paso, el almuerzo al que fui invitada se desarrolló en el comedor del profesorado, un espacio tranquilo de estilo antiguo, y la comida por supuesto también fue tradicional española. El edificio de esta universidad no traiciona las expectativas de los visitantes, pues ofrece desde el exterior la “imagen de España” con sus elementos tradicionales, poniendo al mismo tiempo énfasis en el aprovechamiento eficiente de los espacios, una combinación muy acertada para mi gusto.
Entre las preguntas de los estudiantes hubo de todo, desde cuestiones sobre los deportistas japoneses, ya que por aquel entonces el tenista Nishikori Kei había adquirido fama (en España además de los futbolistas, son famosos otros deportistas como el tenista Rafael Nadal, golfistas, etc.), hasta sobre el cine japonés (por supuesto Kurosawa Akira, pero también filmes sobre Japón como ‘Cartas desde Iwōjima’, o películas de animación de Studio Ghibli como ‘El viento se levanta’), o en torno al pensamiento de los emprendedores japoneses, la mentalidad del pueblo nipón, o el estado del cristianismo en Japón después de San Francisco Javier.
Sin duda a estos estudiantes tan interesados por la relación entre San Francisco Javier y Japón les desilusionaría saber que, pese a la gran popularidad que ha alcanzado el religioso, en Japón apenas hay un 1 %(*4) de cristianos incluyendo a los católicos.
Lo que más me sorprendió fue el comentario de un alumno que dijo que “las novelas japonesas actuales apenas son volúmenes de un centenar de páginas”. En un primer instante pensé que el alumno estaba comparando las obras actuales con las novelas de Ōe Kenzaburō traducidas al español, pero su referencia era la novela Genjimonogatari (siglo XI)... (él era un alumno de ciencias). La razón por la que plantearon estas preguntas fue su interés por conocer el secreto que ha permitido a un país como Japón combinar la modernidad con sus elementos tradicionales, su espíritu y sus artes. Tuve la impresión de que ellos estaban especialmente interesados por el plano psíquico y espiritual.
En pos de los intercambios entre Japón y Europa
Tal como apunta Kawashima Shin en uno de sus artículos, para promover la investigación sobre Japón como herramienta para las relaciones diplomáticas, es necesario impulsar los programas de intercambio personal. Para avanzar en los intercambios con el extranjero es necesaria una minuciosa preparación por parte de Japón como país anfitrión. Varios de los estudiantes de la residencia que antes he mencionado estaban interesados en estudiar en Japón, mostrando un especial interés por las becas, e incluso preguntando por los requisitos para llegar a ser diplomático. No es que estos alumnos, que cursan estudios de Medicina y de Dirección y Administación de Empresas, quieran ir a Japón porque tengan un interés en el orientalismo o por puras palabras.
A veces es imposible explicar la espiritualidad y la mentalidad emprendedora desde la eficiencia y la racionalidad. San Francisco Javier no tuvo como objetivo Japón desde el principio, pero después de conocer en Malaca a un japonés ávido de conocimiento que se hacía llamar Anjirō, tomó la determinación de evangelizar Japón.
Además de capacitar a más investigadores extranjeros dedicados a Japón, se debería invitar a un buen número de estudiantes y expertos interesados en la espiritualidad y la tecnología japonesa de áreas como la economía o la política, o las ciencias naturales, fomentando el intercambio entre sendas especialidades académicas para que nazcan nuevos campos multidisciplinares que ayuden a una comprensión más profunda de Japón. Y esto no es sólo algo que incumba a los que estudian en el lugar de nacimiento de San Francisco Javier, el religioso que hace más de 400 años se dirigió a un país aún desconocido. Es igualmente un estímulo que Japón puede aprovechar para adquirir una nueva perspectiva procedente del sur de Europa.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: vista de la ciudad de Pamplona.)
(*1) ^ Para más detalles, consultar el enlace señalado a continuación. España siempre tuvo a Europa como referente, no a los Estados Unidos. Universidad de Navarra.
(*2) ^ Asami Misaichi, Furanshisuko Zabieru Tōhō fukyō ni mi o sasageta senkyōshi (Francisco Javier, el misionero que se consagró a Oriente, 2011). Para más información sobre San Francisco Javier en Japón, consultar Peter Milward, El Japón que vió San Francisco Javier (1998), y Kōno Suminori, Sei Furanshisuko Zabieru zen shōgai (La vida de San Francisco Javier, 1988).
(*3) ^ Fundado en 1928 y es una prelatura personal perteneciente al sistema jerárquico de la iglesia católica. Alega que Dios está presente en todas las facetas de la vida cotidiana como el trabajo y la familia. http://opusdei.jp/ja-jp/section/section/
(*4) ^ En 2012 según una estadística del Ministerio del Interior y Comunicaciones: http://www.stat.go.jp/data/nenkan/23.htm
Europa Hosoda Haruko religión Espiritualidad San Francisco Javier